Actividades juveniles

Introducción

Monday, October 10, 1994 (10:00 am)

Hay algo de lo que no se ha hablado hasta ahora en la novela, porque, en principio, resulta irrelevante. De hecho, casi diría que el hecho de omitir cualquier mención al respecto, como en otras muchas cuestiones, dado que Jessica es la narradora en primera persona, puede parecer algo premeditado, intencionado.

Ya sabemos que Jessica es una chica que no va a ninguna parte, que parece encadenarse a los muros del St. Clare’s para que nadie la mueva de allí bajo ningún concepto, salvo la excepción de que la acerquen un rato a la playa, pero en una visita rápida, sin mucha gente y que el regreso al St. Clare’s no se alargue mucho.

Sabemos que Jessica, al igual que el resto de las niñas, acude a clase al colegio de la parroquia, un edificio que no se encuentra demasiado lejos, algo más que cruzar la calle, pero se llega en nada y se regresaría en menos, si no fuera porque la vuelta es en ascenso y hay que moderar las prisas porque hay tráfico.

También se escapa o hace escapadas al parque que se encuentra al otro lado de la avenida, un poco más allá del colegio, pero sin que se pueda afirmar que se encuentra lejos porque se puede ir en una carrera y, en ocasiones, la vuelta es llevando detrás a unos chicos que la persiguen y es mejor mantenerse a salvo. dinámicas del parque y de participar en los juegos de los chicos.

Los domingos y festivos de precepto acude a misa. No se admite que se quede en la cama o que no le importe desayunar una hora más tarde; que mientras espera promete no moverse. Si hay que cumplir, hay que cumplir. Mejor que no entre por una puerta e intente salir por la otra o por la misma, si no la vigilan demasiado. La misa no es como el rato de oración diaria antes de las clases, según el horario del colegio.

A la parroquia tampoco puede acudir de manera voluntaria si necesita recurrir a la confesión, aunque sea porque le pese todo eso que deja de ingresar en concepto de asignación semanal que por el remordimiento de conciencia. Desde que celebró el sacramento de la primera Comunión, se espera que lo mantenga en sucesivas misas y en el tiempo, con la debida corrección y convicción.

La parroquia es algo más.

La parroquia es algo más y ya no en el sentido de que de ésta dependan el St. Clare’s y el colegio o que los sacerdotes allí asignados se consideren curados de espanto por todo lo que de un modo u otro llegan a escuchar de esos dulces angelitos que viven en el St. Clare’s, aparte de todo lo que suceda en la vida del barrio y por parte del resto de los feligreses.

La parroquia, en cierto modo, forma parte de esa conexión con el mundo exterior; no es una entidad aislada ni el primer eslabón en esa jerarquía eclesiástica hasta llegar al Papa. La influencia e importancia de la parroquia también ha de entenderse e interpretarse en un sentido horizontal.

Ya hemos mencionado que, por ejemplo, Jessica conoce de la existencia de la parroquia de St. Luke en Belmont. Aparte de que, gracias a la televisión vía satélite con la que cuenta el St. Clare’s desde la llegada de Ana, pueda tener una ligera idea de las dimensiones de esta red donde todas las parroquias están interrelacionadas unas con otras y estas a su vez con la jerarquía eclesiástica hasta llegar al Papa.

Peregrinos del y por el mundo

Adolescentes de otros barrios// WordPress AI.

La cuestión es que, aunque Jessica no se mueva del St. Clare’s, ello no implica que no sean la gente de otros barrios o parroquias los que acudan a la suya, que exista esa correlación, de manera que se organicen actividades que fomenten esas visitas.

Lo lógico sería pensar que estas reuniones multitudinarias se produzcan en las parroquias de Boston e incluso en la catedral. que la parroquia de este barrio tampoco es un lugar tan relevante y significativo, más allá de que pueda disponer de un colegio y, por lo tanto, de mayor capacidad.

En realidad, por lo que se llegará a insinuar en la novela, esas invitaciones a participar en las actividades parroquiales no se limitan tan solo a las parroquias o poblaciones más próximas; se abren a todo el que quiera sin importar lo lejos que viva, siempre que el trayecto les compense. Al igual que la gente viene, se invita a la gente de la parroquia a que responda a las invitaciones recibidas.

Se llegará a mencionar los encuentros de jóvenes con el Papa, de tal manera que esta apertura, ese impulso a viajar, no tenga límites, más allá de las circunstancias y consideraciones de cada cual. Que, si tú quieres ir, tienes plaza asegurada en el coche, autobús o medio que se vaya a utilizar para llegar; hasta te buscan alojamiento.

El problema es que Jessica no siente el impulso ni la necesidad de ir a ninguna parte, salvo con su padre, pero al menos en su ignorancia no sabe si eso que se organiza en su parroquia sucederá en las parroquias de Toledo; ni tan siquiera tiene la certeza de que en Toledo hayan oído hablar de su parroquia o los sacerdotes sepan dónde se encuentra Toledo.

Más adelante nos daremos cuenta de la relevancia que puede conllevar esta apertura social, este no estar tan aislada del mundo como ella da a entender y que este tipo de actividades ofrece un sin fin de oportunidades y de relaciones personales.

Origen

  • Esperando a mi Daddy. Monday, October 10, 1994.docx
  • Reflexiones personales