Carta al Papa

Esta carta fue pensada y escrita antes de saber quién iba a ser el nuevo Papa, con la inquietud de que tal vez la carta llegara tarde, como así ha sucedido al final. De todos modos, entiendo que he de publicarla.

Quienes me conocen saben que, de algún modo, el Papa es como un personaje terciario en mis novelas. Es el que vive en Roma y tiene la última palabra en lo referente al «St. Clare’s Home for Girls». Queda por confirmar si Ana Catcher, la tutora, también tiene línea telefónica directa con él. (El Papa al teléfono.)

A quien será nuestro amado Santo Padre,

Aunque aún no sabemos su nombre, ni su rostro, ni siquiera desde qué rincón del mundo llegará, mi corazón ya reza por usted.

Desde el silencio de mi casa, desde mi pequeña vida cotidiana como miembro del Pueblo de Dios, me uno con toda el alma al clamor de tantos fieles que imploran al Espíritu Santo: que venga con poder y fuego, que ilumine a los cardenales reunidos en Cónclave, y que conduzca a la Iglesia hacia el Pastor que Dios ha elegido.

Quiero que sepa que no está solo. Que en esta espera, en este misterio de gracia que se despliega en Roma, hay millones de corazones que laten con amor por la Iglesia y por usted, su futuro guía. Desde ya le ofrezco mis oraciones con profunda emoción y esperanza. Le ruego al Señor que le conceda un corazón firme y tierno, capaz de consolar al mundo herido y de abrazar a todos con la ternura de Cristo.

Rezo por todas las necesidades de nuestra amada Iglesia: por sus heridas y sus luces, por los que sufren en silencio, por los perseguidos, por los que se sienten lejos, por quienes buscan sentido, por los jóvenes, los ancianos, las familias, por los consagrados y por cada alma que necesita un faro de fe y misericordia.

Y rezo por usted, por su sí. Que sepa que desde ahora ya es amado, sostenido y esperado por sus hijos. Que la Virgen María, Madre de la Iglesia, le acompañe en cada paso y le enseñe a custodiar, como hizo con San José, el tesoro sagrado que es el Pueblo de Dios.

Con todo mi amor de hijo, y con una oración encendida,

El nuevo Papa

Este nuevo papa, Leon XIV es estadounidense. Chicago, 1955

Origen