¿Habrá traslado?

Introducción

Saturday, November 19, 1994 (05:00 PM)

Aprovechando que están de paseo por el barrio y en confianza, Jessica no tiene reparo en compartir con Ana su mayor inquietud en estas fechas, que no es tan solo por saber si hay alguna novedad en cuanto a la localización de su padre, sino a algo mucho más práctico y que a ella le afecta de manera directa.

En cuanto termine el curso, la norma es que las niñas que residen en el St. Clare’s, que cumplan los catorce años en el año, se trasladen a otra residencia. Jessica cumplirá esa edad en abril; con el inconveniente de que no tiene familia de acogida y que no ha conocido más hogar que el «St. Clare’s Home for Girls». Que, de todas las niñas, Jessica está aquí desde que nació, desde que la abandonaron en el hospital.

La otra residencia

La otra residencia, aparte de que sea para adolescentes, para estudiantes de high school, es un edificio mucho más grande, moderno y donde el trato no es tan personalizado. Ya no tiene la concepción de casa de acogida, de manera que los residentes se sienten un poco más desamparados en ese sentido, aunque reciban el trato acorde a su edad y circunstancias. Sin embargo, pierde ese carácter de hogar.

Es un paso más en ese desarrollo personal, en ese crecimiento personal en todos los aspectos, sin dejar por ello de ser una institución con los mismos principios y valores, pero ya no depende de la parroquia del barrio ni hay como tal esa cercanía entre los residentes y los cuidadores.

Ya no serán quince niñas abandonadas al nacer o procedentes de familias desestructuradas. Será una residencia con una mayor diversidad entre las particularidades de sus residentes, más numerosos, algunos de los cuales tan solo están allí como paso previo a la universidad, que han optado por esta residencia antes que afrontar el traslado diario a sus casas para asistir a clase.

Parece un ambiente en el que Jessica, aunque no se dude de que vaya a estar bien atendida, se haya de enfrentar a situaciones que ahora mismo le acobardan. Es el mundo de los adolescentes, sin privilegios por ser de tal o cual manera, salvo que haya una justificación. En donde ella será y se sentirá como una más, con todo lo que ella implica.

Su rebeldía contra el mundo será considerada y valorada como una chiquillada, porque con más o menos intensidad, cada adolescente ha de afrontar sus propios dilemas, sin que los de Jessica vayan a tener prioridad ni más consideración. Será momento de enfrentarse a las dificultades del mundo real, de prepararse para el futuro y dejar atrás la ingenuidad e inocencia de la infancia.

La otra residencia se encuentra un poco más lejos de la playa; implica perder sus vínculos con el St. Clare’s, que cuando lleguen las vacaciones de verano, eso de quedarse no sea una opción y haya de acatar que la manden a algún campamento de verano; que, si decide faltar a clase de alguna asignatura, lo más probable es que le llamen la atención y no se muestren tan comprensivos.

Lo que a Jessica más le importa y preocupa es que allí no tendrá a nadie que se moleste por intentar localizar a su padre y, en el caso de que éste viniera a buscarla, el referente es el St. Clare’s Home for Girls, no esa otra residencia. Si le dicen que ha de buscarla allí, quizá se lo piense y desista, crea que no le necesita porque ella sigue con su vida.

La decisión es de Monica.

Ana: Ya sé que piensas que, de las dos, Monica es la mala. – Me responde. – Entiendo que aún te recuerde la vida que llevabas antes de que yo llegara y me ocupase de ti, pero me parece que no eres justa con ese juicio. – Alega en favor de Monica. – Ella os adora a todas. Se desvive por cada una de vosotras, pero tiene su manera de hacer las cosas y por el hecho de que sea quien manda os asusta un poco, pero os quiere más que si fuerais sus propias hijas.

Jess: Pues seguro que espera el día en que yo me marche. —Replico.

Jessica, con más o menos objetividad, considera que Monica, como directora del St. Clare’s, con esa mentalidad más tradicional, es más partidaria de que ha de seguir el mismo paso que las demás, que no se puede amparar en esos privilegios que a la larga no le harán ningún bien porque se engaña a sí misma con expectativas sin demasiada consistencia.

Monica//Copilot designer

Esta mañana ya le ha llamado la atención por el supuesto caos que se ha encontrado en el dormitorio. Que eso de dormir en el trastero resultaba demasiado literal después de casi seis meses, en vez de en un dormitorio acogedor. Es decir, que Jessica necesita ser un poco más responsable y consciente de su situación.

Con el asunto de la ropa se ha mostrado igual de exigente y desconfiada, entendiendo que Jessica ha de empezar a ser más consciente de esa imagen que transmite de sí misma y abandonar esa relativa dejadez, tanto las mezclas raras como el hecho de mantener una actitud algo infantil y despreocupada. Ha de empezar a vestir como la adolescente que es, con la debida corrección.

Jessica 13 años//Copilot designer

Premiar a esta adolescente con la concesión de todos sus caprichos no parece que sea la medida ni la decisión más adecuada, sino una manera de fortalecer sus traumas infantiles y sus problemas. Necesita un toque de realidad y abandonar esa idea victimista de bebé abandonado que nadie quiere.

Necesita verse y relacionarse con gente de su edad, identificarse con estos por algo más que su año de nacimiento o el curso que estudie. Porque, de hecho, tiene el referente de Jodie y Brittany, que, aun siendo como ella niñas del St. Clare’s, aparte de tener familias de acogida, se plantean ese cambio como una oportunidad, más que como una tragedia. El mundo no se acaba por mudarse.

Origen

  • Esperando a mi Daddy. Saturday, November 19, 1994.docx
  • Reflexiones personales