Echada fuera

Introducción

Monday, November 21, 1994 (10:00 PM)

Si nos ponemos serios y ajustamos a lo que sabemos del personaje, de Jessica, eso de que la hayan echado del St. Clare’s, aunque haya sido por castigo, durante un rato, y para darle una lección sobre eso de dejarse manipular por los demás más que por ese fallido intento de escaparse, de salir a la puerta sin permiso, no es algo que la haya de dejar muy tranquila.

El St. Clare’s es su hogar, donde se siente segura, donde espera que su padre, su «Daddy», la venga a buscar. Sobre todo, hemos de tener en cuenta que su continuidad, pasado este curso 1994-95, resulta bastante incierta y este tipo de incidentes no le benefician demasiado. Si se va a comportar con esa irresponsabilidad, será un mal ejemplo y un peligro para las demás.

De hecho, siendo Jessica una chica a la que hay que sacar de la casa casi por las malas y pillándola desprevenida, el hecho de que ahora se muestre tan relajada, que no haya ofrecido ninguna resistencia y se lo haya tomado casi como un juego, nos debería preocupar.

El hecho de que se encuentre en compañía de Jodie nos puede llevar a pensar que se ha despreocupado, que no es consciente de la gravedad de la situación, porque tan solo se trata de un castigo, del que no se espera que tenga mayores consecuencias que un resfriado, si no se han abrigado lo suficiente o tardan demasiado en pedirles que se dejen de tonterías y vuelvan a entrar, que se vayan a dormir.

No monta una de las suyas.

Lo lógico y lo esperado sería que montase un pollo, tuviera una rabieta de las suyas, de las que hasta este momento de la novela no ha habido un ejemplo claro, tan solo insinuaciones. Que ella no se mueve del St. Clare’s si no es porque su «Daddy» ha ido a buscarla, aparte de que vaya al colegio en horario escolar o a la playa en verano.

La amenaza y advertencia de Jessica es que prefiere dormir en el porche antes que dejar que la manden a la otra residencia. De manera que podemos pensar que esta situación estaría dentro de eso que ella estaría dispuesta a asumir resignada, si no le queda otro remedio. Que da igual lo lejos que la lleven, que Jessica está decidida a volver, aunque sea a pie.

¿Qué pasaría si a estas horas de la noche el padre se presentase y se encontrase con este panorama?

Según las expectativas de Jessica, su mentalidad, su «Daddy» se puede presentar en cualquier momento, sobre todo porque procede de tan lejos; el viaje es tan largo, desde Toledo, en España, que es fácil suponer que se presente a últimas horas del día, porque el St. Clare’s tampoco es un lugar tan fácil de localizar, si no conoces el barrio.

Ella, que espera y pretende ser una hija que se gane el afecto de su padre en cuanto la conozca, el hecho de que este la encuentre en plena noche en el porche de la casa no le resulta muy favorecedor. Las explicaciones tal vez se las tuviera que pedir a Ana o Mónica, porque son las responsables del bienestar de las niñas, pero el hecho es que el comportamiento de Jessica y Jodie es mejorable.

Es decir, que siendo Jessica una chica a la que se teme que su padre la rechace si la considera problemática y difícil de educar, que se la encontrase en esta tesitura es motivo para que Jessica pudiera pensar que su padre pasará de largo; se lo pensará dos veces antes de acercarse a preguntar por ella.

Bueno, ya sabemos que Jessica como tal tampoco es lo que se consideraría una chica modélica. Es más un saco de problemas con patas, por las muchas y extrañas manías que tiene. Hasta el punto de que casi podemos pensar que es ella misma quien provoca que su padre no quiera nada con ella. ¿Quién querría a una niña así? La madre la abandonó al nacer y hasta ahora no ha habido ninguna familia de acogida que la haya querido por encima de esa rebeldía.

Origen

  • Esperando a mi Daddy. Monday, November 21, 1994.docx
  • Reflexiones personales