Tres deseos

Introducción

Friday, April 21, 1995 (05:00 PM)

Jessica se encuentra en su dormitorio, en el trastero, castigada por el incidente de la semana anterior, en el sentido de que se espera que escriba una reflexión al respecto. Lo que ha aplazado con la excusa de las vacaciones. Sin embargo, parece que la paciencia de las tutoras tiene un límite. Aparte de que esta tarde se siente un poco más motivada a «portarse bien». Le han dicho que se podrá quedar el próximo curso.

El caso es que, para que no se sienta olvidada del mundo y menos aún el día de su cumpleaños, Ana viene a hablar con ella. Se entiende que las últimas noticias son demasiado importantes y que Jessica necesitará compartir confidencias e impresiones. También es una medida para controlar sus reacciones ante los acontecimientos.

Se entiende que ha debido pasar algo que a Ana le ha tenido que preocupar, que ha hecho que se sienta un tanto defraudada, que Jessica ha perdido su confianza, ya sea por su rebeldía natural o porque necesitaba llamar la atención de alguna manera, de manera que su travesura, el motivo de este castigo, ha sido como una manera de llamar la atención, de dar a entender que se siente abandonada.

La cuestión es que Ana es una mujer afable, comprometida con su trabajo y con las niñas que tiene a su cargo, en particular con aquellas que son un poco más difíciles de tratar y necesitan de ese apoyo de más, que no significa siempre un mayor control o supervisión, aunque en el caso de Jessica considera que lo requiere, por lo particular de sus circunstancias personales.

Jessica es una muchacha un tanto introvertida y de algún modo ha habido que encontrar la manera de romper con ese muro psicológico y social que ésta ha levantado a su alrededor. Ha sido y es una chica que necesitaba sentirse escuchada, que se valorasen sus frustraciones y anhelos. Para lo cual Ana ha demostrado plena disposición desde el primer momento, aunque al principio ganarse esa confianza no fuera fácil.

Lo prometido se cumple.

Podemos decir que esta tarde Ana acude a hablar con Jessica con la intención de hacer balance, de reafirmarse en esa confianza mutua, de demostrarle a Jessica que puede confiar en ella, porque no es alguien que hable sin más ni por quitarse un problema de encima. Es alguien que sabe de sus sueños y ha puesto sus medios para intentar hacerlos realidad.

Ana: ¿Recuerdas que un día te propuse que me dijeras tres deseos? —me pregunta. – Uno fue que te hablaría de tu Daddy y así lo hice. Te dije todo lo que sabemos sobre él, que no es mucho. —Me comenta. – Aún me quedan por cumplir otros dos. —Me dice. —Bueno, creo que, en realidad, ya he cumplido el segundo porque de momento te quedas aquí, en el St. Clare’s. – Me recuerda. – No ha sido un trámite fácil, pero los administradores lo han aceptado de momento.

1.º deseo: que le hablen de Daddy.

Como sabemos, para Jessica no hay nada ni nadie más importante que su padre, de quien no sabe nada y tampoco hay certeza de que éste conozca de su existencia o tenga un mínimo interés por saberlo. Sin embargo, cuando a Jessica la abandonaron en la cuna del hospital, aquella nota dejada con ella indicaba la intención de que fuera entregada a él.

Los datos que se tienen del padre son bastante imprecisos, incluso se les puede atribuir una cierta incoherencia y nula validez, por lo cual quienes cuidaban de Jessica optaron por una postura más pragmática y obviar el tema, lo que de algún modo, acentuó más el interés de Jessica por sentirse escuchada, por encontrar en ese anhelo su conexión con el mundo y la realidad.

Jessica con 14 años

Ana, a lo largo de estos años, se ha mostrado mucho más accesible y cómplice en ese sentido, partícipe de los juegos y los sueños de Jessica, dejando que ésta sintiera esta cercanía. El padre de Jessica, su «Daddy», no es alguien que viva lejos, sino más como un «amigo»/»padre» invisible, alguien cercano, de quien hablar con toda naturalidad. Aparte de una excusa para compartir confidencias sobre los sueños y anhelos más reales de Jessica al respecto.

2.º deseo: Quedarse en el St. Clare’s

Dado que Jessica no sabe nada de su padre, ni hay ninguna certeza de que éste sepa algo de ella, vive con la creencia de que la está buscando, la intenta localizar y ella quiere darle todas las facilidades para que la encuentre, para que no se lo tenga que pensar demasiado, ni tenga que llamar a muchas puertas ni dar muchas vueltas de aquí para allá.

El hogar de Jessica es el St. Clare’s Home for Girls, un lugar concreto y determinado. A diferencia de lo que sucede con los datos sobre su padre, eso de «Toledo (España)» resulta poco preciso; hay que buscarlo en el mapa. Sin embargo, el St. Clare’s no tiene pérdida, está ahí mismo.

St. Clare’s Home for Girls// diseño 3D

Es posible que al padre le hayan dicho dónde abandonaron a Jessica, que es una niña, aunque el nombre de «Jessica» se lo pusiera una de las enfermeras. Sin embargo, el hospital no se encuentra demasiado lejos. Entendiendo que Jessica era un bebé abandonado, lo lógico es pensar que la llevarán a alguna casa de acogida próxima, que si el padre pregunta en el hospital le darán la dirección del St. Clare’s.

Si ahora que ha cumplido los 14 años la manda a otro lugar, la llevan de aquí para allá, se corre el riesgo de que con estas mudanzas y traslados se acabe perdiendo la pista de Jessica, que cambien las tutoras, se pierda el expediente o sencillamente se olviden de ella.

Pero como Jessica se queda, cuando el padre, su «Daddy», llame a la puerta y pregunte por ella, bastará con que la avisen y ella tardará menos que nada en bajar al hall o acudir al despacho.

3.º deseo: Localizar a Daddy

Vale que Jessica, por eso de que se agobia y frustra demasiado con todo lo referente al idioma, la cultura y el país, no demuestra demasiado interés por saber de su padre, pero ello no es impedimento para que pretenda que sean los demás quienes hagan las gestiones pertinentes.

Ana es una mujer adulta, con título universitario y que ha demostrado estar bien relacionada, que conoce a mucha gente. Por lo cual, en teoría, eso de encontrar al padre de Jessica debería resultarle fácil, aunque hasta la fecha no hay constancia de que haya habido ningún resultado positivo.

La promesa y el compromiso es que lo está buscando, que ha puesto todos los medios a su alcance, aunque haya que tener en cuenta que todo tiene sus limitaciones, que Ana tan solo es la segunda tutora del St. Clare’s y que se intenta localizar a alguien de quien tan solo se sabe que nació en Toledo (España), en otro país, en otro continente.

Pero es que Ana tiene un teléfono móvil. Ha conseguido que durante estos años Jessica se ausente de la clase de Spanish y que ello no afecte de manera negativa a sus calificaciones ni a su expediente académico. A lo largo de estos años ha conseguido para Jessica y para el resto de las niñas del St. Clare’s lo que parecía imposible.

Teléfono móvil de Ana (1989))

Ahora ha conseguido que Jessica se pueda quedar en el St. Clare’s cuatro años más, al menos uno. Ha convencido a los administradores, cuando la edad límite son los 14 años y en teoría no se admiten excepciones, ni puede asegurarse que todo el mundo esté a favor de esta medida de gracia.

En realidad, hasta ahora, Ana ha sido sincera y no ha dicho que eso de encontrar al padre de Jessica sea un objetivo inalcanzable, tan solo que las gestiones que ha hecho no han dado el resultado esperado.

Origen

  • Esperando a mi Daddy. Monday, April 21, 1995.docx
  • Reflexiones personales