¿Secuestradora de menores?

Introducción

Friday, June 23, 1995 (10:30 AM)

¿Qué sabe Jessica de este inesperado viaje? ¿De su destino?

  • Que tendrán que tomar un vuelo con una escala, dos aviones (el viaje de ida).
  • La vuelta será en dos semanas o antes, en función de cómo avancen las reformas en el St. Clare’s.
  • El lugar al que van se encuentra lejos de la playa, pero cerca del alojamiento hay una piscina en la que podrá refrescarse.
  • Van a casa de unos amigos de Ana.

¿Qué no sabe?

  • Tiempo de vuelo
  • Dirección del vuelo
  • Lugar exacto de destino
  • Coste del viaje: pasajes de avión y demás gastos
  • Quiénes son esos amigos de Ana.
  • Lo que se puede hacer allí, aparte de ir a la piscina.

¿Está Jessica en peligro?

¿Acaso Ana es una delincuente, una secuestradora de adolescentes sin hogar, que, una vez que superan la edad máxima para estar en el St. Clare’s Home for Girls, se supone que ya nadie va a preguntar por ellas? Jodie y Brittany se mudan al otro internado y, al menos hasta ahora, han tenido familias de acogida, gente que se preocupase por ellas.

Sin embargo, Jessica está sola y desamparada. El único que podría preguntar por ella, preocuparse por su bienestar, es su padre, de quien no se sabe nada y a quien no ha resultado fácil localizar e imposible contactar con él. Se duda incluso de la veracidad de los pocos datos de que se dispone de éste.

Además, no es sospechoso que una recién licenciada universitaria en 1988 ya dispusiera de un teléfono móvil, de una tecnología que en aquel entonces no estaba al alcance de cualquiera y que, por lo tanto, debía tener un coste elevado y poco asequible.

Si al menos fuera más abierta y directa con la información sobre este inesperado viaje organizado desde no se sabe cuánto tiempo a espaldas de Jessica, habría motivo para que se despejase cualquier duda o inquietud al respecto.

Es muy sospechoso que se den tantas circunstancias y ningún impedimento para este viaje, para que Jessica no se pueda negar ni resistir, porque desde el primer momento no le está dando la menor opción.

Todo legal

Sin embargo, y para despejar cualquier posible, las palabras con las que Ana informa de la intención de este viaje resultan bastante clarificadoras: «No he conseguido la autorización hasta hace media hora.» Que no es esta previsible resistencia por parte de Jessica lo que hubiera podido dejar en nada los planes

Ana: (…) Tan solo te lo digo porque necesito que me acompañes en un viaje. – Me explica. – Salimos dentro de una hora. Te hubiera avisado antes, pero no he conseguido la autorización hasta hace media hora. Tampoco he querido darte ocasión de que te escondas. – Alega

¿Una autorización?

La legalidad de llevar a un menor en acogida de vacaciones fuera de los Estados Unidos es un tema complejo que depende de varios factores y requiere un análisis cuidadoso. No existe una respuesta simple de «sí» o «no», ya que intervienen leyes nacionales, estatales e internacionales.

Aquí desgloso los puntos clave que deben considerarse:

1. Estatus legal de la acogida y la «responsabilidad parental»:

  • Acogimiento vs. adopción: Es fundamental distinguir entre acogimiento (foster care) y adopción. En el acogimiento, los padres biológicos o el estado (a través de una agencia de protección infantil) mantienen la custodia legal, mientras que la familia de acogida tiene la custodia física y la responsabilidad de cuidado diario. En la adopción, los padres adoptivos adquieren la plena responsabilidad parental legal. La situación de «acogida» implica que la responsabilidad legal sobre el menor no recae plenamente en la familia de acogida.
  • Autoridad legal para viajar: La familia de acogida no tiene automáticamente la autoridad legal para sacar al menor del país. Esta autoridad reside en quien tenga la responsabilidad parental. En el caso de un menor en acogida, esto suele ser la agencia de protección infantil del estado, o, en algunos casos, los padres biológicos (si no se han extinguido sus derechos parentales).

2. Requisitos legales en Estados Unidos (y a nivel estatal):

  • Permiso de la agencia de protección infantil: Cualquier viaje internacional con un menor en acogida requerirá el consentimiento expreso y por escrito de la agencia de protección infantil que supervisa el caso. Es probable que esta agencia tenga políticas y procedimientos específicos para viajes internacionales, que podrían incluir:
    • Evaluación de la necesidad o el beneficio del viaje para el menor.
    • Verificación de la seguridad del destino.
    • Aprobación de los padres biológicos (si sus derechos no han sido rescindidos y aún tienen alguna autoridad parental).
    • Requisitos de documentación detallados.
  • Órdenes judiciales: En muchos casos, los tribunales de familia o de menores están involucrados en la supervisión de los casos de acogimiento. Podría ser necesaria una orden judicial específica que autorice el viaje internacional.
  • Documentación de viaje: Además de la autorización de la agencia, el menor necesitará sus propios documentos de viaje (pasaporte estadounidense válido). Para obtener un pasaporte para un menor, generalmente se requiere el consentimiento de ambos padres legales o una orden judicial que autorice a una sola persona a solicitarlo. Esto puede ser un obstáculo si la familia de acogida no tiene la autoridad legal para solicitar el pasaporte por sí misma.
  • Cartas de consentimiento notariadas: Incluso si se obtiene la autorización, es muy recomendable llevar una carta de consentimiento notariada de la agencia de protección infantil y/o de los padres biológicos (si aplica) que autorice el viaje del menor con la familia de acogida. Esto es crucial para evitar problemas en el control de fronteras, tanto al salir de EE. UU. como al entrar en el país de destino, ya que los oficiales de aduanas están instruidos para prestar especial atención a los menores que viajan sin ambos padres.

3. Normativa internacional:

  • Convención de La Haya sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores (1980): Esta Convención es fundamental en casos de traslados o retenciones ilícitas de menores. Aunque no prohíbe los viajes internacionales en sí, establece mecanismos para la restitución de menores si son trasladados sin el consentimiento de la persona o institución que tiene la custodia legal. Un viaje sin la debida autorización podría ser interpretado como un traslado ilícito, con graves consecuencias legales.
  • Convenio de La Haya de 1996 relativo a la competencia, la ley aplicable, el reconocimiento, la ejecución y la cooperación en materia de responsabilidad parental y de medidas de protección de los niños: Este convenio busca armonizar las leyes de los países signatarios en lo que respecta a la responsabilidad parental y las medidas de protección de los menores. En el contexto de un menor en acogida, este convenio subraya la importancia de la cooperación entre las autoridades de los distintos estados para garantizar la protección del menor. Las medidas de acogimiento se consideran «medidas de protección», y su reconocimiento y las autoridades competentes se rigen por este convenio.
  • Leyes del país de destino: Es crucial investigar las leyes del país de destino en relación con la entrada de menores, especialmente aquellos que no viajan con sus padres biológicos. Algunos países pueden tener requisitos adicionales, como visas especiales o autorizaciones específicas de los padres o tutores legales.

Conclusión y recomendaciones:

En resumen, no es automáticamente legal llevar a una menor en acogida de vacaciones fuera de los Estados Unidos sin las autorizaciones correspondientes. El proceso es riguroso y busca proteger el interés superior del menor y evitar cualquier tipo de sustracción.

Para que sea legal y sin complicaciones, la familia de acogida debe:

  1. Contactar inmediatamente a la agencia de protección infantil que supervisa el caso del menor. Ellos son la autoridad principal para otorgar o denegar el permiso y guiarán sobre los pasos a seguir.
  2. Obtener todas las autorizaciones por escrito: Esto incluye el permiso explícito de la agencia de protección infantil y, si es necesario, de los padres biológicos y/o de un tribunal.
  3. Asegurarse de que el menor tenga un pasaporte válido y cualquier visa necesaria para el país de destino. La solicitud del pasaporte debe ser conforme a la ley, con la autoridad legal adecuada.
  4. Llevar consigo toda la documentación que acredite la relación de acogida y las autorizaciones de viaje, preferiblemente notarizadas y, si es necesario, traducidas.
  5. Investigar los requisitos de entrada del país de destino para menores que viajan sin sus padres biológicos.

Ignorar estos pasos puede resultar en la denegación de la salida del menor en la frontera de EE. UU., la denegación de la entrada en el país de destino o incluso acusaciones de sustracción internacional de menores, lo que podría tener graves consecuencias legales y afectar negativamente el bienestar del menor. Es fundamental actuar con la máxima diligencia y transparencia en todo momento.

La tutela y custodia de Jessica

Se entiende que Ana no tiene libertad para llevarse a Jessica ni adónde ni cuándo le plazca. A lo sumo se puede pensar que las gestiones para que se quede en el St. Clare’s son menos complicadas que el hecho de sacarla de allí.

Sabemos que a lo largo de este último curso se han hecho las gestiones correspondientes y oportunas para que Jessica se pueda quedar más allá de la edad límite, que esta ha sido consciente de ello en todo momento y la principal interesada.

Jessica vestida esa mañaña

No se habla con demasiado detalle de ese proceso en la novela, porque, si cabe, es más relevante el resultado final.

En cualquier caso, sabiendo que Ana tiene de algún modo «superpoderes», no es descartable la hipótesis de que ambas gestiones se hayan llevado a la vez, que de algún modo Jessica haya sido engañada para conseguir su colaboración, que Ana ha abusado un poco de esa confianza ciega que hasta ahora le ha demostrado.

También podemos partir de la hipótesis de que ambas gestiones puedan estar más relacionadas de lo que en un principio pudiera parecer, que ello no altera en absoluto el hilo argumental de la novela ni los acontecimientos posteriores.

Sabemos, porque así ha quedado constancia que Ana se ha marcado como objetivo localizar al padre de Jessica, pero sobre todo, ayudarla a superar sus traumas infantiles derivados de ese abandono al nacer, de manera que todo sigue un proceso, un plan.

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