Introducción
Friday, June 23, 1995 (10:30 AM) 11:20 AM
Ante la petición de Ana de que vaya al baño, porque se les hace tarde y después no habrá tiempo, la respuesta de Jessica resulta un tanto inesperada, sorpresiva, porque esta vez no se reafirma en el hecho de que ella no se va a ninguna parte, si no es con su padre, con su «Daddy». Esta vez no protesta, no se revela como si la vida y su dignidad le fueran en ello.

Jess: Ya voy. —Le digo con desgana y resignada.
Jess: I am coming.
¿A qué se debe este cambio de actitud?
Jessica tiene depositada toda su confianza en Ana, quien ha sido quien más la ha comprendido y respaldado en sus ocurrencias. No resulta muy creíble eso de que de buenas a primeras la traicione de esta manera, la obligue a abandonar el St. Clare’s con la promesa de un viaje de dos semanas que puede ser la mejor experiencia de su vida y que no se puede perder.
Si le hubiera dicho que su «Daddy» viene a buscarla, ella misma se hubiera hecho la maleta y bajado al porche a esperarlo. No se lo hubiera tenido que pedir dos veces, de hecho, ni siquiera una, porque Jessica salta en cuanto intuye que hay alguna buena noticia al respecto, aunque hasta ahora todas esas expectativas hayan sido en balde.
¡Es imposible que Ana sea capaz de traicionar su confianza de esta manera! Con esa premeditación, sin que haya una intención oculta detrás, como, por ejemplo, darle una pequeña lección, un escarmiento, para que Jessica no se sienta tan segura ni una privilegiada, tan diferente a las demás en ese o en cualquier otro aspecto.
- Las demás han asistido a clase de Spanish con normalidad. Jessica no ha pisado el aula ni una sola vez.
- Las demás tienen familias de acogida. Jessica conoce infinidad de maneras de que lleguen a conocerla y pierdan todo el interés.
- Las demás se marchan del St. Clare’s cuando les llega el momento. Jessica ya ha cumplido los 14 años y, aun así, se queda.
Espero que esto no sea más que una broma pesada, que me quiera dar una lección para que no me sienta tan segura y dé cuenta de que no hay razón para que me considere una privilegiada por el hecho de que el próximo curso siga aquí. Mi maleta y mis pertenencias salen por la puerta con la misma facilidad que las demás, con la única diferencia de que, tanto Jodie, Brittany y cuantas chicas me han precedido, lo han hecho con un entusiasmo que casi han tenido que frenarles en la puerta para que sus prisas no provocaran un accidente en la calle, porque a veces han salido demasiado lanzadas.

Una broma o una lección.
Jessica se autoconvence de que Ana tan solo pretende bajarle esos humos de «seguridad» o de victimismo, demostrarle que se le da el mismo que al resto, para que entienda que las excepciones que se permiten con ella no son porque sea tan lista, por eso de que con armar una de sus rabietas se acaba saliendo con la suya.
Lo que Jessica espera es que, una vez que se encuentre en el porche, con su maleta, lista para marcharse, en realidad no vendrá ningún taxi a recogerlas y Ana habrá de sincerarse, reconocer que todo ha sido un pequeño engaño, un intento por darle una lección y demostrarle que a ella también se la puede sacar de la casa por las buenas o por las malas.
Incluso es posible que le haga replantearse su situación, por eso de que se encontrará en la calle, que se le habrán cerrado todas las puertas; que, si no está dispuesta a aceptar las normas, lo que le espera es justo eso, «verse en la calle» convertida en una chica, en una adolescente sin hogar. Tal y como en alguna ocasión ha asegurado que no importaría verse, con tal de quedarse esperando noticias de su padre.


Entonces, Jessica está dispuesta a responderle que ha entendido la lección y que está dispuesta a enmendarse. Tras lo cual, confía en que Ana vuelva a abrirle la puerta y permita que regrese a su dormitorio, que aunque el lunes vengan los albañiles, la situación no será tan grave como para que no puedan quedarse.
Jessica está dispuesta a comprometerse a ser un poco más madura y responsable. Además, ya le ha prometido que asistirá a clases de Spanish en el high school, un curso de prueba, que se esforzará por aprobar, aunque no espere mostrarse demasiado ambiciosa con sus calificaciones. Con un aprobado por la mínima será suficiente.
Superado el susto.
Tras deshacer la maleta y haber vuelto a colocarlo todo en el armario y los cajones de la cómoda, una vez se haya repuesto del susto, bajará al comedor, donde seguro que Ana le tendrá preparado su plato favorito y podrán hablar con mucha más calma.
Seguro que Ana se toma con buen humor su cara de susto y le dice lo tonta que la ha visto por pensar que ella la traicionaría de esa manera, cuando le ha prometido que pondría todos los medios a su alcance para encontrar a su padre, pero que, sin embargo, como educadora, como su tutora, ha considerado que debía darle un toque de realidad.
Entonces, Jessica también se mostrará alegre y jovial a la hora de confesarle que de verdad ha llegado a temer que le decía en serio todo eso del viaje, que se debían ir juntas, porque el St. Clare’s permanecerá cerrado dos semanas como consecuencia de las obras.
La casa necesita de algunas reparaciones y una mano de pintura, pero los cimientos son firmes y no hay riesgo de derrumbe ni nada realmente serio como para pensar que sea un cierre definitivo.
Tal vez en el trastero, por eso de que ahora es un dormitorio más, necesite algún arreglo, sobre todo el pasillo de acceso, para que no resulte tan sombrío ni dé la sensación de que es el cuarto de castigo. En cualquier caso, como las demás niñas se han marchado de vacaciones hasta finales de agosto, a ninguna le tiene que importar que durante estos días Jessica ocupe uno de esos dormitorios y camas.
Origen
- Esperando a mi Daddy. Friday, June 23, 1995
- Reflexiones personales

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