¿Riesgo de fuga?

¿Terminas?

Saturday, June 24, 1995. Baños de la terminal del aeropuerto (09:30 AM)

Es Ana y no nosotros quien mejor conoce los trucos y las artimañas de Jessica cuando esta no quiere algo. Que nosotros, como lectores o meros seguidores de esta historia, sabemos tan solo lo que Jessica tiene a bien contarnos en su diario (la novela) y lo que en buena lógica somos capaces de deducir.

Están de viaje y hasta que no regresen al St. Clare’s no es descartable que Jessica pueda hacer alguna de las suyas para llamar la atención, para evidenciar que no le convence esta experiencia, ya que le aleja de la posibilidad de que su padre la encuentre, de que lleguen noticias de ésta y haya alguien para recogerlas, porque de los albañiles, con todo lo que tienen que reformar en la casa, tampoco es que se pueda fiar.

Si llegasen noticias de Daddy, se supone que en un sobre cerrado; como va a estar toda la casa patas arriba, lo de dejar el sobre en un lugar seguro va a resultar complicado. Además, a poco que se descuiden, hay una corriente de aire, un percance imprevisto y el sobre sale por la ventana, acaba por los suelos, lo confunden con un papel inservible y lo utilizan para limpiar la máquina que hace el cemento y de ahí al contenedor de la basura.

El caso es que a Jessica hay que tenerla vigilada con seis ojos mejor que con dos. En todo caso, poner un poco de complicidad, de buen humor y tono afable para no perder su confianza, tomarse toda esta situación un poco a broma y con ello rebajar la tensión del momento, aunque tampoco demasiado.

[Desde el otro lado de la puerta] Terminas, ¿o haces un túnel para escapar? —me pregunta con cierta impaciencia y mucha complicidad. —Nos esperan y será mejor que no nos pasemos las dos semanas en la terminal. –Me advierte.

¿Cuánto tarda una adolescente en hacer un pis rápido?

Cabría pensar que poco, poco más que entrar, cerrar la puerta y volver a salir. Pero, como sabemos, en esta ocasión Jessica se ha topado con una distracción con la que Ana no contaba, ese mensaje en la pared: «Yuly, from Boston, was here«, que ha requerido su tiempo y atención. No todos los días una se aleja del barrio donde se ha criado para viajar a un lugar alejado y desconocido del mundo y se encuentra con lo único que le resulta «familiar».

Ana tiene algo de prisa porque se entiende que sus amigos se han comprometido a venir a recogerlas y lo apropiado no sería hacerles esperar. Sin embargo, conocemos las costumbres de Jessica y es fácil pensar que, por perder tiempo para evitar ese encuentro, verse en el compromiso de encontrarse con esa gente extraña para ella, se distrae con una mosca o con lo que sea.

Jessica haciendo un tunel

😅 «¿O haces un túnel para escapar?»

Podemos imaginar cómo sería esa escena de escape como si estuviéramos escribiendo una novela de aventuras. Aquí va una versión creativa basada en el ambiente y los detalles narrados:

Imagina que Jessica, encerrada en uno de los cubículos del baño de la terminal de llegadas del aeropuerto de Barajas, se siente acorralada por el misterio de su viaje. Sin saber en qué país está exactamente, comienza a preguntarse si hay una vía de escape. Aquí es donde entra su espíritu curioso y rebelde…

🔧 Paso 1: Localización y preparación

  • El baño, con sus azulejos gastados y mensajes en varios idiomas, ofrece una atmósfera perfecta para un desliz clandestino.
  • Jess inspecciona los paneles traseros del cubículo. Uno de ellos, flojo por el paso del tiempo, revela una cavidad detrás del lavabo.
  • Con su estuche escolar —donde guarda más que lápices— comienza a raspar la pared, soñando con encontrar un pasadizo secreto.

🕳️ Paso 2: La excavación del túnel

  • Se vale del cepillo de dientes de viaje, la hebilla de su cinturón y una tapa de perfume rota como herramientas improvisadas.
  • Tras horas de esfuerzo, crea un agujero que se conecta con los conductos de mantenimiento bajo el suelo de la terminal.
  • Avanza reptando entre cables, tuberías y sombras… oliendo la humedad que le indica que está bajo tierra.

🚨 Paso 3: El escape final

  • El túnel se bifurca, pero uno de los caminos conduce a una compuerta metálica que da al exterior, cerca del aparcamiento P2.
  • Al abrirla, Jess emerge cubierta de polvo… justo frente a Ana y los amigos, que pensaban que solo se estaba arreglando en el baño.

Esto, por supuesto, es solo una fantasía inspirada en el tono intrigante del texto. En la historia original, todo está marcado por la confusión de Jess, su deseo de descubrir la verdad y un entorno lleno de pistas contradictorias.

Cartel de llegadas

Origen