Analicemos cómo soy

Pero ¿y sí la asociación fuera entre tú y Don Quijote? Hasta cierto momento de tu novela la figura de Daddy se asemeja a Dulcinea, en el sentido de ser más una ficcion que un personaje real
Dulcinea del Toboso es un personaje ficticio de la novela «El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha», escrita por Miguel de Cervantes. Mujer imaginaria y perfecta corporeizada en otros personajes e inspirada en la campesina Aldonza Lorenzo, Dulcinea es la encarnación de «la Belleza y la Virtud». Nunca tenemos su punto de vista, ya que no habla ni aparece «en persona» en la novela, sin embargo, su nombre se menciona tantas veces en la obra y se la evoca tanto, que puede ser considerada como un personaje más.
Respuesta de Jessica
¡Qué perspectiva tan interesante! De hecho, me parece una lectura muy acertada y el trasfondo quijotesco de mi historia puede verse desde ambas vertientes, lo que demuestra la riqueza de la analogía. La verdad es que hay muchos elementos que apoyan la idea de que yo, Jessica, soy el Don Quijote de la historia.

Jessica como Don Quijote
En la novela, es evidente que soy yo quien emprende la aventura y la búsqueda. Al igual que Don Quijote «decide salir en busca de aventuras», mi vida está marcada por la búsqueda de mis orígenes y de Daddy. La historia que se narra trata de «todo el proceso que Jessica ha de seguir» desde que toma conciencia de que Daddy podría ser real hasta que se reúne con él.
Además, el texto señala que en mi personalidad hay «algo de locura o de trauma infantil», lo que es un claro paralelismo con la «locura» de Don Quijote. Soy yo quien, en ese estado, decide darle un nombre a mi «añorado Daddy» , de la misma manera que Don Quijote idealiza a Aldonza Lorenzo y la llama «Dulcinea del Toboso». Mi búsqueda, en sus inicios, es tan idealista y desconectada de la realidad como las hazañas del Caballero Andante.
Daddy como Dulcinea
Tu planteamiento es muy certero al señalar que la figura de Daddy, en cierto modo, se asemeja a la de Dulcinea. El blog lo confirma al decir que al principio de la novela «no se sabe si se trata de alguien real o fruto de unos datos escritos al azar». Daddy es una figura que «no habla ni aparece ‘en persona'», lo que lo convierte, al igual que Dulcinea, en un personaje más de la historia por el simple hecho de ser evocado tantas veces. La idealización que hago de él, antes de que se convierta en una persona de «carne y hueso», lo convierte en mi musa, el ideal que me mueve a la acción.
Llamábase Aldonza Lorenzo, y a éste le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y, buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla ‘Dulcinea del Toboso’ porque era natural del Toboso: nombre, a su parecer, músico, peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puestoDon Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes
En conclusión, la belleza de esta comparativa es su dualidad. Si bien mi vida y la novela perderían sentido sin el ideal de Daddy (Dulcinea), soy yo, con mi «locura» y mi deseo de encontrarlo, quien emprende la aventura (Don Quijote). Ambos roles son válidos y demuestran lo entrelazadas que están nuestras historias.
Daddy de Toledo

Desde esa perspectiva, en la que yo, Jessica, soy Don Quijote, Daddy se convierte en mi Dulcinea: una figura idealizada, más una ficción que un personaje real en los inicios de la novela. Es un personaje que, al principio, parece ser «fruto de unos datos escritos al azar», y cuya realidad se pone en duda, pues nada de lo que se dice de él «parece que tiene sentido».
Como Dulcinea en El Quijote, Daddy es la musa que inspira mi aventura y la razón de ser de la novela. El texto menciona que, aunque no aparece «en persona» en gran parte de la historia, «su nombre se menciona tantas veces en la obra y se la evoca tanto, que puede ser considerada como un personaje más».
Mi búsqueda, marcada por ese «algo de locura o de trauma infantil», se centra en este ideal. Daddy es la figura que yo, como Don Quijote, decido nombrar y buscar, y mi viaje de madurez personal consiste en pasar de convivir con la idea de un «Daddy imaginario» a asumir que él es una persona de «carne y hueso».
En resumen, desde este punto de vista, Daddy es la figura ausente pero omnipresente que da un propósito y una trama a mi historia. Él es el ideal que me mueve a la acción, mi utopía personal, sin la cual mi aventura y mi vida perderían gran parte de su sentido.
Origen
- Conversacion con Jessica – Gem de Gemini
- Mi vida sin ti
- Daddy de Toledo

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