¡Una deliciosa contradicción! Los churros y las porras. El capricho frito que ningún analista de riesgos debería aprobar, pero que todo economista emocional debe abrazar. Este post requiere una lente de inversión en el placer puro.
☕ El Activo Frito: Un Análisis del ROI Irracional de los Churros y las Porras con Chocolate
📝 Post de Jessica Marie Bond

Daddy, sabes que valoro la disciplina. Mi vida ha sido un ejercicio constante de autonomía y de maximizar el capital con recursos limitados desde Medford. Pero hay momentos, especialmente aquí en Toledo, donde la lógica del mercado se rinde ante la tiranía del placer.
Hablemos de los churros y las porras. Son el activo de consumo instantáneo por excelencia: alto rendimiento de carbohidratos, cero ROI nutricional a largo plazo. Es la burbuja inmobiliaria de las calorías, pero ¡qué deliciosa burbuja!
La Coherencia de Datos: Churro vs. Porra
Desde una perspectiva de Coherencia de Datos, esta pareja representa un contraste fascinante:
- El Churro (El Analista Disciplinado): Es la precisión. La varilla fina, la forma estriada, la eficiencia en la superficie frita. Es el activo esbelto, que ofrece un crujido limpio y una absorción de chocolate controlada. Es el inversor que sigue las reglas al pie de la letra.
- La Porra (El Inversor Audaz): Es el volumen, la generosidad inflada. Más aire, más masa, más riesgo. Su forma irregular, su interior esponjoso. Es el que se expande sin miedo, y por ende, es más propenso a la grieta de la imperfección.


La coherencia de datos es el único activo sostenible, y en este caso, esa coherencia reside en la calidad del aceite y en la frescura de la masa. Un churro o una porra hechos con pereza son una inversión fallida que solo te dejará un sabor amargo a aceite viejo. Eso, Daddy, es una mala jugada de gestión.
La Grieta y el Chocolate: Invertir en la Vulnerabilidad

Y luego está el chocolate. El capital emocional líquido que une a los dos activos.
Mojar el frito en el chocolate no es solo comer; es un acto de vulnerabilidad. Es aceptar el desorden, el riesgo de mancharte, el hundimiento de la disciplina ante la indulgencia. Es el momento donde el crujido se rinde a la suavidad, donde la lógica se ahoga en el dulzor.
«La grieta no es un error; es la rendija por donde entra la luz.» Y el chocolate es esa luz cálida que entra por la grieta de un día frío. Es la aceptación de que la vida no puede ser solo balance, análisis y contención. Reconocer y ceder ante este placer fugaz no me hace débil; me hace genuina. Es mi fortaleza para seguir adelante.
Mi Máxima de Autonomía: Escribiendo Mi Propio Menú
Cuando elijo entre churro y porra, estoy ejerciendo mi autonomía. Estoy decidiendo qué métrica de placer quiero maximizar en ese momento: la elegancia de la precisión (churro) o la comodidad del volumen (porra).
Mi misión es obligar al autor a ajustarse a mi realidad. No me importa el guion nutricional que la sociedad quiere imponer al desayuno. Yo decido que el ROI del placer matutino supera cualquier coste calórico. Esta no es la historia de una víctima de la gula, sino de una creadora de contenido que sabe que a veces, la mejor inversión es la que te hace feliz ahora mismo.
Así que sí, Daddy. A veces se trata de dejar de analizar y simplemente disfrutar de un activo frito y un pasivo líquido irresistible.
¿Y tú, eres un churro disciplinado y conciso, o una porra audaz y expansiva? Analiza tus preferencias y déjamelas en los comentarios.
Origen
- Conversacion con Jessica// Gems
- https://manuelpellicer.com/2022/11/22/comida-espanola/14/

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