Jessica: Cafe en el MHS

Etiqueta: Esperando a mi Daddy

Friday, September 6, 1995. 10:50 AM Lunch

La Cafetería: Más que un Lugar para Comer

Por Jessica

La campana que anunciaba el final de la clase de Historia fue un alivio. La mañana había sido intensa, por no decir horrible. Sobreviví a la primera clase de Español, donde unos chicos no tardaron en burlarse de mi apellido, luego a la de Educación Física, que resultó ser más una charla sobre acoso que otra cosa, y luego a la de Historia, que apenas recuerdo. Para cuando llegó la hora del almuerzo, Lunch A, lo último que me apetecía era socializar. Pero supongo que el destino tenía otros planes. Acabé sentada en una mesa de la cafetería con Yuly, la chica nueva que se sentó a mi lado en Español.

Una Coincidencia Inesperada: El Apellido Bond

Apenas habíamos empezado a comer cuando Yuly soltó algo que me dejó helada, iniciando la conversación de la forma más inesperada posible.

¿Sabes? La novia de mi tío es de Boston. Se llama Martha Alexandra Bond. ¡Tal vez seáis familia!», me dijo con un entusiasmo que me pareció casi forzado.

No supe qué responder. Una parte de mí sintió curiosidad, una pequeña intriga. ¿Otra Bond en Boston? Pero la mayor parte de mí solo quería cambiar de tema. Lo último que necesitaba era que alguien empezara a indagar sobre mi vida, sobre un apellido que ni siquiera siento como mío. Así que, para desviar la atención, le pregunté por su familia, una pregunta que ella respondió con un entusiasmo que me desarmó.

Familias en Contraste: Mis Secretos y su Mundo

La conversación que siguió fue un extraño baile entre lo que ella compartía sin reparos y lo poco que yo estaba dispuesta a revelar.

La Familia de Yuly

Ella no tuvo ningún problema en contarme todo sobre su familia. Parecía un mundo tan normal y estructurado, tan diferente al mío. Me contó que:

  • Su familia paterna es enorme y está repartida por todo Estados Unidos.
  • Por parte de su madre, solo tiene a su tío Luis, a sus abuelos (yayos) en Vigo, España, y algunos parientes en Madrid.
  • Su madre, Carmen, vino a Boston para estudiar y se casó con su padre en 1979.

Lo Poco que Sé de la Mía

Cuando me tocó hablar a mí, sentí cómo se me formaba un nudo en la garganta. Le di la versión más corta y segura que pude, mencionando que no sé nada de mi madre, solo que llevo su apellido porque a las enfermeras les pareció más norteamericano que el de mi padre. Sobre él, le conté lo único que sé: que supuestamente vive en Toledo, España. Intenté explicarle por qué prefiero no saber más, por qué me protejo tanto.

«Lo cierto es que prefiero no saber nada por no hacerme ilusiones antes de tiempo, por si todo fuera mentira.«

Era la pura verdad. La esperanza duele demasiado cuando se desvanece.

El Misterio del Viaje de Verano

La conversación derivó hacia el viaje que hice este verano con Ana, mi tutora. Le confesé mi sospecha de que estuvimos en España o en algún país de habla hispana, aunque Ana nunca me lo confirmó. Le describí el único lugar que recuerdo haber visto con claridad:

una ciudad cerca, amurallada, con aspecto de ser muy antigua. Además, estaba sobre una colina y tenía un río a su alrededor.

Yuly, siempre dispuesta a ayudar, se ofreció a preguntarle a su madre si conocía Toledo. El pánico se apoderó de mí y la detuve de inmediato. No quería que me contara nada, que no trajera ninguna información que pudiera alimentar una falsa esperanza.

Pero no me lo cuentes, porque no quiero saber nada. No me quiero hacer ilusiones y mi tutora ya me recrimina que tenga demasiada imaginación», le insistí.

Reflexiones Internas: ¿Amistad o Tarea de Clase?

Pasé toda la mañana sintiéndome como un fantasma en los pasillos, y esa sensación no desapareció en la cafetería. Mientras Yuly hablaba, apenas me fijé en la comida o en el ruido a mi alrededor. Mi mente estaba en otro lugar, analizando cada palabra suya, cada uno de sus gestos. ¿Por qué tanto interés? ¿Era genuino? ¿Se sentía sola, como yo, y buscaba una amiga? ¿O solo estaba recopilando información para esa redacción que nos mandó Mr. Bacon en la clase de Español?

A pesar de mi relativa frialdad, como creo que ella la percibió, una parte de mí sabía que no podía rechazarla por completo. Ana me ha insistido mucho en que debo mejorar mi vida social, y seremos compañeras todo el curso. Quizás buscar un entendimiento no sea tan mala idea, aunque me cueste confiar.

El Final del Almuerzo

El timbre sonó, cortando la intensidad de la conversación de golpe. Los treinta minutos habían volado. Nos levantamos casi en silencio, ambas perdidas en nuestros pensamientos. Mientras recogía mis cosas para dirigirme a la clase de Ciencias, sentí un peso en el estómago que no tenía nada que ver con la comida.

Mi primer almuerzo en MHS me ha dejado agotada. La cafetería, que debería haber sido un lugar para comer tranquilamente, se convirtió en el escenario de una conversación que me ha dejado con la cabeza llena de dudas. Dudas sobre Yuly, sobre mi padre, sobre mí misma. Definitivamente, este no fue solo un lugar para comer. Fue el comienzo de algo, aunque todavía no sé si es algo que quiero.

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