El despertador y la amenaza de siempre

Etiqueta: Esperando a mi Daddy

Thursday, September 7, 1995. 06:20 AM Trastero

Jueves, 7 de septiembre de 1995: El despertador y la amenaza de siempre

Por Jessica (personaje)

La primera llamada: 06:20 AM

Suena el despertador. Por segundo día consecutivo mi sueño se ve interrumpido por su sonido.

Desde la puerta, Ana me ordena: «Arriba, dormilona, no llegues tarde al autobús. Si quieres dormir más, ya conoces la solución.»

—Voy —le respondo entre bostezos, con más desgana que entusiasmo.

Es el segundo día de clase, uno menos para que llegue el próximo fin de semana y pueda quedarme en la cama hasta las nueve o diez de la mañana.

La negociación silenciosa en la cama

La solución. Matignon High. Ese es su chantaje emocional de siempre. Y funciona. Cada mañana funciona. Tengo que levantarme. Es mi mantra, la única cosa que me saca de la cama. Si me trasladan, Daddy no podrá encontrarme aquí, en el St. Clare’s. No puede no encontrarme. Ese pensamiento es lo único que me empuja a empezar el día.

—¿Hoy tienes clase de Spanish a primera hora? —me pregunta Ana, como si no supiera que esa clase es el origen de todas mis pesadillas. —No, me parece que es World History I —le respondo sin mucha seguridad.

I don’t speak Spanish. ¡No quiero y no me gusta! Me inventaría mil y una excusas para quedarme en la cama, pero no serviría de nada. Ana ya me ha advertido que mis excusas se las creerá el día que sea capaz de decírselas en español y suenen convincentes. Por lo cual, tengo la batalla perdida antes de abrir la boca.

El empujón final y la ansiedad matutina

—Pues entonces, espabila —me contesta—. No me obligues a coger la escoba y sacarte de la cama por las malas.

Ante esa amenaza, no me queda más remedio que saltar de la cama.

Miro mi Notebook of Jessica para confirmar el horario. Tenía razón: Spanish es la segunda clase, no la primera. Un pequeño alivio.

  1. World History I
  2. Spanish
  3. English
  4. Lunch A
  5. Writing workshop
  6. Science
  7. Algebra

A las 07:00 AM, camino de la parada del autobús en Fulton Street, siento un nudo en el estómago. Es por la clase de Spanish, sí, pero hoy es peor. Es por Yuly, la chica nueva, y esa estúpida redacción que nos mandó ayer Mr. Bacon. En parejas. Sobre nuestras «motivaciones» para estudiar español. ¿Mis motivaciones? La única motivación es que no me echen de aquí. Y ahora tengo que explicárselo a una chica que parece encantada con el idioma y que me mira con una suficiencia que no soporto. Llevo la carpeta apretada contra el pecho, como un escudo.

Supongo que esto de ser una adolescente no es algo tan sencillo como me gustaría. Tengo la sensación de que mi nerviosismo es demasiado evidente, de que todo el mundo me observa. Pero de lo que estoy segura es que mi inquietud no se debe a ninguno de los chicos. Con sus estúpidas cancioncitas, solo demuestran lo tontos que son.

Origen

  • Esperando a mi Daddy. Thursday, September 7, 1995. pagina 1
  • NotebookLM

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.