Tuesday, January 16, 1996

07:40 AM. MHS. Corridor

Hoy soy yo quien llega tarde al Medford High con la hora pegada, aunque se puede entender que está justificado. En todo caso, por si sirve de algo frente al resto de los profesores, no he sido la única y Mr. Bacon se ha visto en la misma tesitura que aquellos que hemos venido en el bus, por lo que sus alumnos de primera hora tal vez se piensen que no acudirá o tendrán un poco más de tiempo para alborotarse antes de que éste aparezca por la puerta. En cierto modo, la inquietud de todo el mundo es cerciorarse de quiénes han venido y quienes han optado por quedarse en casa hasta el próximo martes y alargar estos días de vacaciones extra un poco más. Sin embargo, el capricho o las circunstancias de unos cuantos no hará que se altere más el calendario escolar, aunque la ventaja para nosotros sea que tendremos una semana más para preparar los exámenes, si es que no se mantienen en la fecha prevista, dado que hemos perdido cuatro días que se habrán de recuperar y no será renunciando a las vacaciones de invierno del mes que viene.

Para mi sorpresa y alegría a quien me encuentro en el pasillo, junto a las taquillas, confiada en que yo seré una de las que acudan a clase, aunque me tengan que traer a rastras, es Yuly. Por lo cual asumo que no se ha encontrado con muchas dificultades para venir, dado que no creo que se haya quedado aquí atrapada desde el viernes pasado, ya que en tal caso alguien habría tenido que venir a rescatarla y por su aspecto me da la sensación de que ha estado en su casa, porque la encuentro bastante relajada y hasta cierto punto aliviada al comprobar que yo también he venido, dado que debía confiar en que yo ya estaría aquí, pero no me ha encontrado por ninguna parte cuando suelo ser la primera interesada en localizarla para que nos saludemos, dado que no solemos disponer de más de dos o tres minutos, salvo que nuestras aulas se encuentren en el mismo pasillo y vayamos juntas hasta la puerta.

El caso es que ella ya se ha despojado de toda la ropa de abrigo y tiene aspecto de llevar un buen rato por aquí, que ya está en condiciones de acudir a clase y se ha dado este margen de espera por si me veía llegar. En todo caso, tiene aspecto de llevar casi tantas capas de ropa como yo, porque es absurdo pensar que en West Roxbury no haya nevado casi tanto como aquí, que, a pesar de la distancia, la verdad es que no está tan lejos, al igual que yo ella también puede argumentar que vive en Boston, si alguien que no sea de aquí le pregunta. Porque para los que somos de aquí dar ese dato tan general es como no decir nada, aunque en su caso West Roxbury sea un barrio de Boston, mientras que Medford conserva su identidad como entidad independiente, lo que ya tuvimos ocasión de aclarar hace algún tiempo, aunque la discusión no llegase a ser una disputa entre nosotras ni un motivo para evidenciar las diferencias entre nosotras. Por mucha ropa que ella se ponga o frío que haga en la calle, Yuly no pierde su identidad, se la reconoce, tiene esa mezcla de nacionalidades que la convierte en una chica tan peculiar, aunque ello no sea del agrado de todo el mundo, pero es su manera de expresarse, de evidenciar su buen estado de ánimo y que es una chica bastante sociable, de manera que igual simpatiza con aquellos que se sienten más americanos que con los que tienes un sentimiento más europeo, sobre todo con ese carácter latino. Lo que a mí en principio me debería espantar, pero es con la única chica con quien me entiendo y he llegado a encontrar una mayor afinidad, como ella asegura que también le pasa conmigo, que de todas con las que se relaciona a diario soy la única que no le he puesto reparos a su procedencia, lo que para mí supone una ventaja porque nuestra amistad se queda aquí no hay como tal una obligación para que nos veamos después de clase o hagamos planes, aunque por mi parte sabe que estaré encantada de que me haga todas las visitas que quiera al internado, aunque yo no le corresponda de igual modo.

Yuly: ¡Estás un poco despistada esta mañana! – Me recrimina. – Date prisa en vestirte que ya sabes lo que pasa. – Me advierte.

Jess: ¡Seguro que me estoy lista antes que tú! – Le respondo con toda intención. – Será a ti a quien recriminen por lenta.

Yuly: Me parece que esta vez será a ti. – Replica con intención.

A las dos nos encanta que se ponga de manifiesto la complicidad que nos une y hace que nuestra amistad sea diferente al trato que mantenemos con el resto de las chicas. Nosotras somos amigas, además de compañeras. Las dos reconocemos que nos distraemos con facilidad, que nos tomamos esto con más calma de la debida. Pero, si nos lo recriminamos la una a la otra, si lo consideramos como una competición, esa pasividad y relajación se desvanece. Tampoco es que pretendamos que las prisas o la rivalidad provoquen que nos presentemos en nuestra respectiva aula a medio desvestir. Se trata más de que nos centremos en lo que hacemos y nos olvidemos de distracciones y conversaciones que ahora mismo no nos aportan nada. Supongo que ella no ha sentido un cierto pudor por el hecho de estar en el medio del pasillo despojándose de toda la ropa de abrigo que se ha puesto esta mañana. Yo al menos me sentiría más tranquilas si disfrutase de un poco menos de público, pero ese sentimiento de pudor a estas alturas de curso y en estas circunstancias no tiene demasiado sentido. Lo cierto es que, como ella es hija única y yo me he criado en el St. Clare’s, debería ser yo quien me sintiera menos pudorosa en estas circunstancias. Sin embargo, ella es mucho más extrovertida y yo me siento cohibida cuando estoy rodeada de gente y más cuando me estoy despojando de ropa, por muchas capas que aún me queden por quitar antes de pensar que me desnudo en público.

Yuly: ♫Dale a tu cuerpo alegría, Jessica Bond, que tu cuerpo es pa’ darle alegría y cosa buena. Dale a tu cuerpo alegría Jessica Bond. ¡Eh, Jessica Bond! ¡Ah, ah!! ♫

Jess: ¡Deja ya la cancioncita! – Replico. – ¡Cuándo te pones en plan española no hay quién te aguante! – Le advierto en tono serio. – Esto es Medford, en el estado de Massachusetts, USA, y no Vigo. – Le recuerdo.

Yuly: Seguro que Ana, tu tutora, me agradece que sea tan pesada. – Se defiende. – ¡Si no fuera por mí, lo de España te sonaría a chino! – Me dice en tono afable y se atribuye todo el mérito. – De lo poco bueno que sacarás de este curso, me parece que yo estoy entre ello. – Justifica.

Jess: ¡OK! – Le respondo. – Pero no hagas que lamente nuestra amistad. – Le ruego.

Yuly: ♫Dale a tu cuerpo alegría, Jessica Bond, que tu cuerpo es pa’ darle alegría y cosa buena. Dale a tu cuerpo alegría, Jessica Bond… eh, Jessica Bond. ¡Ah, ah!! ♫

Yuly canta en español y sé que lo hace con cariño, no como una burla contra mí. Es su manera de ser. Casi prefiero que cante ella, aunque sea mal, a que lo hagas los chicos con la cancioncita del “Sex bomb”. No siempre entiendo lo que me dice Yuly, pero al menos sus canciones son mucho más divertidas, por lo que entiendo que la vida en España será muy alegre, lo que ella define como el espíritu latino. Que no es lo mismo que el espíritu hispano, dado que Yuly prefiere que se establezca esa diferencia, ya que, como nos explicó Mr. Bacon el otro día, España se encuentra en Europa y no junto a la frontera de México ni en las islas del Caribe. Supongo que después de que 1992 fuera el año de España, por todo lo que sucedió allí, no es muy coherente que haya gente en clase que aún no sepa ubicarlo en el mapa. A mí me lo explicó Ana en su empeño porque venciera mi pretendida ignorancia al respecto, que de algún modo ha de justificarse que durante tres cursos me ausentara de la asignatura de Spanish y, sin embargo, me aprobasen como si hubiera acudido a todas las clases y superado todos los exámenes, cuando lo cierto es que no hice ninguno y, si conozco a los profesores, fue porque tuve que convencerles para que me permitieran faltar a sus clases. No hablo español, pero, según Ana y quien me ha escuchado, cuando leo mi pronunciación es tan correcta que ese hipotético suspenso no estaría justificado. Lo malo es que no hago mucho esfuerzo por enterarme de lo que leo. Sin embargo, tengo la impresión de que Mr. Bacon no será tan considerado como los otros profesores, de manera que, como no me esfuerce un poco, tendré la asignatura suspensa de por vida y ello impedirá que me gradúe.

Teacher: [En el pasillo] (Grita) ¡Quién no esté su aula en dos minutos, tendrá una ración extra de ejercicios! – Nos advierte.

Hoy no hace día de salir al patio, de manera que nos veremos en la cafetería, lo cual, si cabe, resulta más agobiante, porque nos sentiremos mucho más controladas y no resulta tan fácil de la gente nos ignore, aunque quizá lo peor de todo sea que todo el mundo hará lo mismo, dado que no quedan muchas opciones y no hay distinción entre chicos y chicas. Razón de más para que estos días nos sintamos atrapados, aunque por lo menos no nos tenemos que lamentar de que vayan a aprovechar esa media hora para recuperar los cuatro días perdidos por la nevada, que tal vez sería una solución para que no se alargase el curso en junio, pero si nos dan a escoger supongo que preferimos este encierro, aunque hayamos de repartirnos por los pasillos y la cafetería para que todo el mundo encuentro un rincón para reunirse con los amigos, como hacemos Yuly y yo, ya que en ese aspecto no somos dos bichos raros ni siquiera por el hecho de aprovechar ese tiempo para estudiar juntas, más bien para hacer los ejercicios de Spanish aunque también hablemos de cosas de chicas y de nuestras inquietudes individuales.

Period	Schedule		                Subject
Period 1	07:53 AM – 08:49 AM	Science
Period 2	08:52 AM – 09:48 AM	Algebra
Period 3	09:51 AM – 10:47 AM	English 
        	10:50 AM – 11:20 AM	Lunch A

10:54 AM. MHS. The ladies’

Hemos quedado en vernos en la cafetería, pero no me he podido aguantar y en cuanto el profesor nos ha dado permiso me han faltado ganas para venir al servicio. Espero no haberme resfriado ni nada por el estilo, que esto tan solo sea consecuencia del nerviosismo y de la tensión de la mañana, pero llevo un buen rato con ganas de hacer pis y si me he aguantado en el anterior intermedio ha sido porque llevo tantas capas de ropa encima que me hubiera entretenido demasiado y llegado tarde a clase de World History, pero ahora que estoy relajada me puedo bajar los pantalones sin prisas, hasta cierto punto dispongo de tiempo para darme cuenta de que no soy la única que anda un poco floja en ese sentido o confirmar que el frío nos afecta a todas por igual, aunque a diferencia de los chicos, nosotras disfrutamos de un poco más de privacidad y no es tan fácil eso de saber con cuántas capas ni con qué tipo de prendas se ha abrigado cada una, aunque me puedo hacer una idea por cómo voy yo, a pesar de que me en mi caso me atengo a las limitaciones que conlleva vivir en el internado. En cualquier caso, ya no llevo prendas de segunda mano, porque me causaría un poco de reparo que alguien la reconociera de las donaciones que se nos hacen. Ana es de las que opina que no debería obsesionarme con ello. sin embargo, entiende mis reparos y se muestra algo permisiva al respecto, por lo que casi toda mi ropa es nueva, pero sobre todo se ha intentado evitar que parezca de chicos, aunque no haya reparo en que tenga ropa que se pueda considerar para todos con independencia del sexo.

Lo cierto es que yo creo que ya he superado en muchos aspectos eso de querer parecer un chico, porque ya no es tan fácil esconder el hecho de que soy una chica y tampoco reniego con tanta firmeza de mis circunstancias. Me he dado cuenta de que me siento mucho mejor cuando intento ser yo misma y no crearme una fantasía para camuflar mi realidad. Además, supongo que ahora que mi situación está un poco más normalizada asumo que me es más fácil hacer amistades y que las demás no me vena como un bicho raro que no encaja en ningún grupo. Aunque sea eso lo que parecen recordar los chicos de mí y resaltar con sus burlas. Yuly ha tenido ocasión de conocerme y aunque reconoce que soy un tanto maniática con algunos temas tampoco soy una chica tan diferente a las demás o a ella misma. Es más, estoy convencida de que ella no está tan desesperada por hacer amigas en el Medford High que se haya conformado con la primera que le ha hecho caso. Ya la voy conociendo y sé que ella es un poco exquisita a la hora de abrirse demasiado a los demás, porque de algún modo también se siente señalada por eso que su orgullo patrio anda dividido.

Los chicos son los que a la menor ocasión se despojan de la camiseta, ya entiendo que en esta época del año se lo pensaran dos veces, pero las chicas, en cambio, hemos de ser un poco más cohibidas. Según Yuly, para nosotras es mejor porque somos quienes disfrutamos de las vistas sin ningún pudor, mientras que a ellos se les debería caer la cara de vergüenza con solo pensarlo. Son convencionalismo sociales o consecuencia del pecado, según la mentalidad de cada cual. La cuestión es que con independencia de cuál fuese mi actitud en la infancia, ahora me muestro mucho más pudorosa y hasta cierto punto avergonzada, en parte porque un estoy creciendo y no me siento muy cómoda y en parte porque tengo la sensación de que mi desarrollo, si no más lento que el de las demás en ese sentido, al menos no parece que vaya a ser algo que destaque. Yo tampoco quiero que eso llame demasiado la atención, esa es la verdad, pero, si es algo que tiene que estar ahí, al menos que no sea un motivo más para que me señalen, que al final me temo que va a ser lo que pase, aunque Ana me diga que no me obsesione con ello o me arecerá más importante de lo que es porque el caso es que está ahí y eso ni yo lo pongo en duda. Como Ana dice, no por ello Daddy me querrá menos porque tampoco me merezco que me quiera al menos todo cuando yo anhelo o más.

Yuly: (La escucho cantar desde el otro lado de la puerta) ♫Dale a tu cuerpo alegría, Macarena, que tu cuerpo es pa’ darle alegría y cosa buena. Dale a tu cuerpo alegría, Macarena. ¡Eh, Macarena! ¡Ah, ah!! ♫

Entiendo que canta tanto por el hecho de hacerse notar como por suponer que yo me encuentro en alguno de los WC que tienen la puerta cerrada, aunque debería ser un poco más comedida, aunque al menos en esta ocasión no ha utilizo mi nombre para canción, porque como ocurra igual que con la cancioncita del “Sex bomb” antes de que quiera darse cuenta todo el Medford High la estará tarareando y sin que haya manera de pararlo. Al menos no conozco a ninguna chica que se llame Macarena, por lo cual quiero pensar que nadie relacionará la canción conmigo. De todos modos, sin tener muy clara la traducción de la canción, sospecho que el mensaje de fondo no debe ser muy diferente, aunque a Yuly le guste cantarla con idea de que me dé prisa, lo que sospecho su tío le ha debido cantar a ella con la misma intención y le ha resultado pegadizo y motivador, hasta cierto punto molesto, ya que con tal de no escucharla dan ganar de darse prisa en terminar lo que se esté haciendo. Entiendo que hoy tiene motivos para sentirse algo impaciente porque he sido yo quien he llegado tarde y ahora estoy perdiendo tiempo aquí dentro, pero después del descanso tendremos clase de Spanish y Health & Physical Education por lo que pasaremos un par de horas juntas.

Hoy ha faltado mucha gente a clase, de manera que, aunque yo no sea la única que está en el aseo las probabilidades de que Yuly haya intuido que me encuentro aquí son bastante altas. Las primeras impresiones que he tenido en el bus se han confirmado a lo largo de la mañana, aunque en lo referente a los profesores no haya faltado ninguno y en consecuencia han intentado dar las clases con la normalidad habitual, con algo más de presión para los que estábamos en clase porque era más fácil que se dieran cuenta de quien prestaba atención y quien pensaba en las musarañas. Ante lo cual yo considero que he estado en un punto intermedio, pero tampoco creo que se haya notado demasiado, porque las clases han resultado tan amenas como aburridas, en todo caso bastante activas, ya que como asegura Yuly, aquí eso de sentarse a escuchar el rollo que nos hayan de soltar no se lleva tanto como en España. Aquí es el alumno quien aprende y el profesor quien dirige ese aprendizaje, aunque Mr. Bacon conmigo no tenga demasiado éxito, pero tampoco puede decir que acudo a sus clases a dormir. 

Jess: Ya salgo. – Le digo mientras me empiezo a vestir.

Yuly: (Desde el otro lado de la puerta) Vale. – Me contesta un poco más relajada. – Entonces, no te han secuestrado los esquimales. – Me dice con jocosidad.

Jess: ¿Esquimales? – Le pregunto con cierta contrariedad por su comentario.

Yuly: Sí, es que como estamos lejos de mi casa, hace un frío que te hielas y hay nieve por todas partes, es como si estuviéramos en el Polo Norte. -Argumenta con jocosidad.

Jess: ¡No creo que haya esquimales en Medford! – Le respondo en tono afable. – Además, como me dice Ana, a mí no me sacan de aquí, aunque yo quiera. – Le comento con buen humor.

Yuly: Bueno, al menos no te quedes encerrada en el WC. – Me ruega con complicidad.

Jess: Me estoy terminando de vestir. – Le aclaro. – Llevo puesto más de medio armario. – Le indico con intención.

Yuly: Ya me enseñaste todo lo que guardas en el armario, de manera que me lo creo. – Me responde con complicidad.

Jess: ¿Tú también te has puesto la mitad armario? – Le pregunto intrigada.

Yuly: No, mi abuela no me ha dejado que desmontase las puertas. – Me responde consciente de que sus palabras no tienen mucho sentido.

Jess: ¿Tu abuela? – Le pregunto contrariada. – ¿Aún sigues con ellos?

Yuly: La tormenta me ha atrapado con ellos y mis padres han preferido que no me moviera. – Me explica. – Por suerte me traje ropa para varios días y me puedo apañar.

Ya me comentó que se iba a quedar la primera semana de mes con sus abuelos, pero pensaba que haría sido hasta el viernes, hasta el día 5, por lo que deduzco que se ha tenido que quedar una semana de más, con lo que no creo que contara, aunque por lo que me ha contado al respecto, tampoco es tan raro eso de que se quede al cuidado de sus abuelos, por lo cual tampoco creo que se tenga que mudar con todo, como si la echasen de casa, por lo cual estableciendo una equiparación con el planteamiento de las chicas de internado con sus familias de acogida, es muy posible que tenga pertenencias en las dos casas y no se haya encontrado en una situación complicada, aparte que ella ya lo hizo con idea de venir a clase con normalidad, por lo cual habrá sido previsora, aunque quizá no tanto como para pasarse una semana extra en casa de sus abuelos, por lo que habrá tenido que recurrir a la lavadora o como yo suelo hacer ponerse alguna prenda con más frecuencia de lo habitual, aunque yo tampoco es que me cambie de ropa a diario, pero sí procuro variar. De todos modos, sí hay prendas que prefiero echar a lavar en el día, sobre todo la interior y la otra si se mancha.

Jess: (Abro la puerta para salir) Entonces ¿Cuándo te vuelves a casa? – Le pregunto intrigada.

Yuly: A mí me gustaría que fuera esta misma tarde, pero depende de lo que digan mis padres, porque no quieren que falte a clase. – Me responde. – De todos modos, sea Boston o West Roxbury me han de traer.

Jess: ¿Tus padres ya han regresado a casa? – Le pregunto con inquietud por los efectos del temporal.

Yuly: Les ha costado más de lo que pensaban regresar a casa, pero los dos están bien. – Me responde.

Jess: Me alegro. – Le respondo aliviada. – Suele haber problemas y accidentes a causa de la nieve.

Yuly: ¡No te voy a quitar la habitación! – Replica con intención ante lo que ha intuido de mis palabras.

No he podido evitar asustarme y preocuparme por sus padres, aunque el hecho de que ella se muestre tan relajada al respecto debería haberme dado a entender que no hay razón para que me inquiete. De todos modos, ella no se iba a quedar desamparada porque tiene una familia muy unida y en el supuesto de que se produjese alguna desgracia ella tendría con quien quedarse porque entiendo que tanto los de aquí como los de Vigo estarían dispuestos a hacerse cargo de su custodia y en último caso habría de ser ella quien decidiera en función de lo que más le convenga. Lo que entiendo que no será una decisión fácil porque aquí tiene su vida, pero de todos modos la pérdida de los padres le cambio los planes esquemas a cualquiera, por lo cual quizá prefiriera marcar distancias. Yo tampoco sabría elegir si me viera en esa tesitura, pero como Ana me ha explicado en alguna ocasión, y en especial tras nuestro viaje del verano pasado, yo dependo de que Daddy reclame mi custodia y ante eso no me podría negar porque él tendría la patria potestad, siempre que quedase confirmado que es mi padre biológico y lo mismo se podría decir de mi madre, aunque en el caso de esta, dado que no hay ningún documento que relacione con ella, tan solo un apellido, es posible que se lo pusieran un poco más complicado, que no bastaría con una simple prueba de paternidad, a pesar de que le ayudaría bastante.

Jess: Quien no ha podido coger el coche esta mañana es Mr. Bacon. – Le comento. – Ha tenido que venir en el bus como si fuera un estudiante más.

Yuly: ¿Por eso habéis llegado tarde? – Me pregunta contrariada.

Jess: Nos hemos encontrado en la parada de bus. – Le indico. – El bus ya iba con retraso de todos modos y ha faltado mucha gente.

Yuly: Yo me hubiera quedado en la cama, pero mis abuelos se enteraron de que había clase y no han tenido ninguna consideración.

Jess: Lo mismo ha hecho Ana conmigo. – Le contesto. – Ya sabes, o me mandaba a clase o me daba tiempo para hacer las maletas, lo que yo prefiriera.

Yuly: ¡A mí tan solo me han podido amenazar con mandarme a clase! – Replica con complicidad.

Jess: ¿Te acuerdas de que te comenté que me había cruzado con Mr. Bacon en la carnicería del Foodmaster? – Le pregunto. – Esto confirma que vive en mi barrio. – Añado. – Me ha dejado sin excusas para justificar que he perdido el bus.

Yuly: ¡Ya es mala suerte! – Replica. – De todos modos, me alegro de que hayas venido. – Me confiesa con sinceridad. – El día se hubiera vuelto muy aburrido.

Jess: Lo mismo he pensado yo, porque pensaba que lo tendrías más difícil para venir. – Le comento.

Yuly: Me ha traído un vecino. – Me aclara. – Mi abuelo no se atreve a conducir con las carreteras en estas condiciones. – Me explica. – Como te he dicho, no me han dejado otra opción que venir.

Jess: ¿Después te viene a recoger? – Le pregunto. – Si acaso, te vienes conmigo y les esperas en el internado. – Le propongo.

Yuly: Sí, si mis padres no están en la puerta cuando salgamos, me voy contigo. – Me responde muy segura. – De todos modos, confío en que vengan.

Jess: Yo lo he dicho para que no te quedes sola. – Le contesto. – Tal vez Ana te pueda acercar a casa de sus abuelos.

Yuly: Cuando sea la hora, lo hablamos. – Le dice para que no nos agobiemos ahora

Me parece más lógico ofrecerle que espere en el internado a que lo haga aquí, aunque no sé si va a ser una complicación añadida en caso de que no pueda avisar, pero se trata de mi amiga y no quiero disimular el hecho de que me inquieta que se quede sola. Entiendo que a Ana y Monica les parecerá bien que le haya hecho este ofrecimiento, a pesar de que Yuly no quiera ser muy negativa con respecto a que sus padres tengan un accidente y ella termine en las mismas circunstancias que yo, pero en todo caso, con su edad, no sería al St. Clare’s donde la enviarían, aparte que yo no quiero verla en esa tesitura, tan solo me inquieta el hecho de que venga desde tan lejos cuando incluso a mí ya me da la impresión de que el Medford High lo está, ya que he de venir en el bus y no tanto por las vueltas que éste haya de dar por el barrio después de que me hay recogido. Al menos yo tengo la opción de venir a pie, mientras que a Yuly le compensaría más que acampase en el patio, aunque ya sé no está permitido ni tampoco se lo plantea.

Yuly: Bueno, cuéntame, ¿Qué es eso de que Mr. “Panceta” y tú sois vecinos?

Jess: Vayamos a nuestro rincón y te lo cuento. – Le propongo. – Evitemos oídos demasiado curiosos. – Justifico.

Yuly: Sí, mejor que no levantemos falsos rumores.

Ya me siento bastante incómoda por lo que sucede en clase de Spanish como para que se extienda por el Medford High el rumor de que hay algún favoritismo hacia mí por parte de Mr. Bacon, cuando lo único que sucede, que he descubierto, es que vivimos en el mismo barrio, como muchos de los estudiantes e imagino que más de un profesor, aunque no les tenga localizados. Por lo cual no es algo que sea tan relevante. Para mí lo de Mr. Bacon tiene su importancia porque éste a comienzo de curso tuvo la ocurrencia de presentarse en el internado para dejarme en evidencia delante de Ana, porque dudo que haya ido casa por casa hablando con los padres o tutores de todos sus alumnos. De hecho, si así hubiera sido, Yuly me hubiera comentado algo al respecto, sobre todo después de que nos llamase la atención después de la lectura de aquella redacción sobre mis motivaciones, la que ella convirtió en un burdo intento por pasarse de lista, razón de más para que sus padres hubieran sido llamado a tutoría, pero que, sin embargo, en su caso no ha tenido consecuencias. Yo tan solo me quejo porque me da la impresión de que se ha tomado demasiado en serio eso de que yo he de aprender español y da la sensación de que se ha puesto de acuerdo con Ana, de manera que me siento presionada y controlada en todo momento para que haya algún avance en ese sentido.