Tú, la mujer perfecta

En mi entrada anterior, «Proyecto de amor«, desmitificaba un poco el concepto del hombre, como «el típico macho» en la relación de pareja y cómo esa idea se refleja en mis novelas, donde no son los personajes «exitoso» quienes se acaban llevando a la chica, sino tipos como «Manuel» o «Daddy» que, por alusiones, se entiende que se refieren a mí. de tal manera que se descubre un poco la intencionalidad y subjetividad de la obra, el interés que se le puede poner en ese sentido, sobre la base de comentarios y suposiciones al respecto. Que, en el fondo, lo que las mujeres buscan en sus parejas no es tanto la idea del «líder del grupo», sino, más bien, a un tipo que se deje aconsejar por éstas. Dado que incluso el personaje de «Jack Catcher», con toda la presencia y personalidad que este tiene, es «Jack Catcher», acaba siendo un tipo al que su novia, su chica, (Luz McPherson) tiene comiendo de la mano. Sin que pretenda que esto sea una exaltación de la mujer a la hora de llevar los pantalones en la pareja, sino, más bien, en esa actitud de compañera, de consejera, en ese equilibrio que ha de haber dentro de toda relación, en donde ninguno está por encima del otro y ambos se necesitan y apoyan por igual

De esta cuestión ya había escrito con anterioridad, sin que ahora pretenda insistir sobre la misma idea, aunque en aquella ocasión, en vez de fundamentarse en rumores o en mis apreciaciones personales, acertadas o equivocadas, según se quiera ver, lo respaldaba desde un punto de vista un poco más científico.

MR. RIGHT. El hombre perfecto

Los investigadores apoyan la teoría de que los hombres son más propensos que las mujeres a asumir riesgos “idiotas” (Texto en inglés)

¿Cómo es la mujer perfecta?

¿Quién dijo que las medidas perfectas era 90-60-90? Unos científicos de la Universidad de Texas desmienten esta creencia y establecen cuál es, según la ciencia, el cuerpo perfecto por ser las medidas que mejor se asemejan al ideal de la silueta femenina. Y te preguntarás ¿cuáles son esas medidas y la mujer que toman como ejemplo de silueta ideal? 

Cosmopolitan

El informe arrojó que las mujeres más lindas tienen las siguientes características: ojos marrones en forma de almendra; cejas arqueadas a una distancia de 0,125 unidades de los ojos, una nariz delgada y pequeña de 0,37 unidades de largo, 0,1 de ancho (en el puente) y 0,25 de ancho en la base; labios gruesos con una boca con una extensión de 0,81 unidades de ancho y 1,44 de largo; un mentón poco pronunciado y regular con una extensión de 0,21 unidades; cara en forma de corazón con unos ojos de 1 unidad de ancho, pelo oscuro; y la cara cerca de la simetría facial perfecta.

Un estudio reveló cuál es el rostro perfecto
Natalie Portman (ilustración del artículo)

La cuestión es que he rebuscado aquí y allá en busca de cómo entiende la Ciencia que ha de ser la mujer perfecta y lo cierto es que tan solo he encontrado alusiones a su físico, que «la mujer perfecta» es tan solo una cara bonita y un cuerpo natural, que lo demás no importa. La mujer perfecta es eso «perfecta». Se le planta la corona y la banda de «Miss perfecta» y todos de acuerdo.

¡Pues vaya! ¿No os parece decepcionante? Hay millones y millones de mujeres en el mundo desde las que le quitan el sueño a más de uno hasta las que ya les gustaría que al menos alguien tuviera pesadillas con ellas y para encontrar, conocer, a la perfecta, que resulta que tan solo es una mujer segura de sí misma, que sabe lo que quiere, con las ideas claras, con personalidad y cierto toque de princesa de cuento, de dulzura en la mirada.

¿Existe en mis novelas?

Entonces, ¿Cómo son las protagonistas de mis novelas? ¿He buscado yo esa perfección a la hora de construir a esos personajes principales? ¿Hay algo de científico en mis novelas o es pura imaginación? Vosotros me diréis.

Fotomontaje
Fotomontaje

Lo cierto es que tanto para la imagen de Ana como para Jessica desde hace algún tiempo utilizo las mismas fotografías.

De hecho, en un primer momento tampoco puedo afirmar que Ana tuviera como tal una cara definida, porque como ya he confesado en más de una ocasión, la novela «Silencio en tus labios» tenía como trasfondo mi propia realidad, yo iba a ser el narrador y el protagonista principal, hasta que poco a poco le he ido añadiendo fragmentos de otras novelas a las que no sabía cómo dar continuidad y que de un modo u otro encajaban con esta historia. de ahí que no tuviera mucho sentido que el personaje de Ana tuviera una cara real más allá de esa realidad propia. Era como coartar la imaginación de aquellos que alguna vez llegasen a leer la novela. ¡Qué cada cual se la imagine como quiera! Ana ya es una chica, una mujer, hecha y derecha cuando comienza la novela porque se supone que es alguien con quien Manuel pretende compartir su futuro.

Por su parte, he de reconocer que Jessica, de «Esperando a mi Daddy», ha tenido cara casi desde antes de ponerme a escribir, porque como ya he contado en alguna ocasión la idea de fondo de la novela partió de una entrevista, de una revista, del hecho de que a una chica le habían preguntado por la identidad étnica de su padre y por derivación se ponía en duda su propia identidad. ¿Quién era ella para definirse como tal? De aquel malestar de entonces, de la lectura de aquella entrevista, yo empecé a construir mi novela, a la que le he dado mi toque personal, ya que por supuesto la novela dista mucho de la biografía de aquella chica. Incluso he de admitir que las fotografías que he utilizado para ilustrar la novela son fotomontajes, de tal manera que es complicado reconocer a la chica original, aunque esté ahí en la proporción que aquel programa de Internet le quiso dar.

He de confesar que en lo referente a Jessica, por si ya no tenía suficiente con sus problemas familiares, por el desconocimiento y abandono que sufre por parte de sus padres, dado que en la novela se relata toda su vida, hay ocasión para que se le generen todo tipo de complicaciones entre las cuales he incluido alusiones a su físico, de tal manera que es un personaje bastante completo en todos los sentidos y eso del 90-60-90 le queda un poco lejos. He de querido dar estatura, como reflejo de su personalidad, de esa seguridad que se le supone, pero el hecho de no ser una chica demasiado «explosiva» es reflejo de sus deficiencias afectivas, que se justifican por cuestiones genéticas. como se diría de tener algo de real «la conozco como si la hubiera parido».

El caso es que en mis novelas he pretendido, o al menos esa ha sido mi mejor intención, dar a esos personajes femeninos una dignidad, unas características que lo abarquen todo. Si ha sido mi imaginación o los argumentos que quiera ponerle Ciencia que éstas sean de un modo u otro. Lo cierto es que personajes femeninos en mis novelas hay unos cuentos y cada una es a su manera, no hay dos iguales, ni aunque sean hermanas, como es el caso de Luz y Sharon Mcpherson. Bueno, aclaro, en «Esperando a mi Daddy» hay un par de gemelas revoltosas, «las twins», que no son tan fáciles de diferenciar a simple vista, pero cada una tiene su personalidad.

Hay chicas rubias, morenas y castañas, con un carácter más o menos fuertes y de edades muy dispares porque algunas son abuelas y madres, como es el caso de Victoria, la madre de Ana. entre los más jóvenes está una de las hijas de Manuel y Ana.

Con esto no sé si he logrado desmitificar compensar eso de desmitificar al hombre como el típico macho y poner a las mujeres a la altura de éstos. Lo que está claro, es que según mis novelas, las mujeres son y sois más que una cara bonita. En todo caso, cada una es como es y por mi parte tan solo me limito a reflejar esa realidad como mejor encaja en mis novelas.

Anuncio publicitario