¿Y después qué?

Esperando a mi Daddy

Diario: Saturday, October 7, 1995 08:25 AM- 01:00 PM

Reflexiones de Jessica

Seguimos y terminamos el examen del SAT (Sabado, Saturday, SAT) aunque me parece a mí que a Daddy no le debe gustar mucho eso de hacer exámenes, ni siquiera por distracción, por lo cual Yuly y yo nos quedamos un poco a solas con la tortura ¡Con lo bien que me hubiera venido que me chivase las respuestas. A él se le debe dar bien eso de escribir, pero lo que es pensar, lo que son los problemas de Matemáticas, que lo haga otro. Supongo que se fue a espiar a Ana mientras corregía esa primera parte del examen, porque ésta también tuvo que hacer sus números, sus cálculos. Como había sido una mezcla de English y Spanish, la calificación de Yuly es bastante aceptable. En mi caso, como era de esperar, puede decirse que destaca por que he hecho gala de mi encanto personal. a suerte es que este examen es de prueba una práctica y la calificación no tiene ningún valor académico, más allá de la constatación de que sigo peleada con el idioma y me ganan por KO técnico. o por goleada, que para el caso es lo mismo.

De manera que cuando Yuly y yo nos quedemos dar tiempo las diferentes pruebas van pasando y es Ana la única que tiene un exacto control sobre el tiempo y cuando llega la hora de descansar, se asoma por la puerta y nos dice eso de:

Ana: (En la puerta) Y… tiempo. – No dice. – Soltad los lapiceros y no hagáis trampas porque sois dos y os veo.

Momento en el que nos podemos levantar e ir al baño, aunque sin entretenernos demasiado porque la tortura, digo «el examen», continua un poco más, ya que parece que no acaba nunca ¡Ni que fuera una clase de Spanish! Según parece esto del tiempo es así que no es una invención de Ana para presionarnos, aunque esta mañana influye eso de que a Yuly viene a recogerla y por lo tanto tampoco hay tiempo que perder, aparte de que ocupamos el comedor y que si queremos comer alguien habrá de estar en la cocina con esos menesteres. ¡Ya te digo yo que a Daddy no le se ocurre! dado que parece que tampoco no quiere hacer el examen.

Para escribir el ensayo, como ya no se trata de hacer cálculos, sino de escribir, aunque para esto no necesito ayuda, Daddy parece que vuelve a mi lado, a curiosear más que otra cosa. El tema del ensayo es «Tener una amiga». Otra de esas genialidades de Ana, ya que se aprovecha de la circunstancia del momento, como si no hubiera mil y una manera menos originales de saber lo que Yuly y yo pensamos al respecto. Lo malo es que, como el examen es confidencial después, no tengo la ocasión de leer ni de saber lo que ésta ha escrito al respecto. Quiero pensar que nada malo, porque, como ya he adelantado, ésta seguirá viniendo por el internado y se sentirá aquí como si fuera su segunda casa. A ver si alguien se convence de que le han de cerrar la puerta para que regrese.

¡Que no, en serio! Que puede venir cuando quiera, incluso abusar de nuestra hospitalidad. Pero, eso sí, ella descarta quedarse a dormir o que hay que buscarle una familia de acogida o adoptiva porque ella ya tiene la suya y se siente muy feliz con sus padres. Aunque, si les preguntásemos a éstos, quizá esperarían que fuera un poco menos alocada, porque lo que es inteligencia y buenas cualidades como estudiantes le sobran.

Después del ensayo un ejercicio para mejorar oraciones y otro para identificar errores, un tipo test con opciones múltiples ¡Con la cantidad de cosas que mejoraría yo en mi vida! Lo de corregirlas lo dejo al criterio de Ana porque es la que entiende y quien me aprieta las tuercas. El Daddy de verdad se exime de responder, claro. Es algo que le afecta directamente. Me tiene abandonada y sin querer saber nada de mí. Sería su actitud lo que me gustaría arreglar, pero ya tendrá ocasión de explicarse ¡Ya! En cuanto le tenga delante y no se puede buscar excusa como esa de que vivimos muy lejos, no parece saber nada de mí, o que es mejor que me haga mayor porque no se siente mentalizado ni en disposición de hacerse cargo de una adolescente rebelde y testaruda.

Ana: (En la puerta) Y… tiempo. – Nos dice. – Soltad los lapiceros y no hagáis trampas porque sois dos y os veo. – Nos avisa. – ¡Se terminó por hoy!

Después del examen

Como son las 12:30 PM y tenemos tiempo, que parece ser que nos hemos dado un poco de prisa o que Ana no ha querido que nos privásemos de tener un momento de complicidad de amigas, nos escapamos de su vista antes de que se acuerde de que falta algo en el examen. Nos subimos a mi habitación, porque es donde Yuly ha dejado su mochila y donde ambas esperamos tener un poco de tranquilidad hasta que nos avisen de que la esperan en la puerta. A ver su sus padres no son demasiado puntuales y nos conceden cinco minutos de más para compartir confidencias.

Entre las confidencias que compartimos, con lo que me sorprende, es con una invitación al zoo, para que vayamos juntas. ¡Qué sí! Que la invitación es para Jessica Marie Bond, la chica del St. Clare’s Home for girl, esa que no va a ninguna parte mientras su anhelado Daddy no venga a por ello, no sea que durante esa ausencia éste aparezca y como no le espera se piense que no se quiere ir con él. Casi acabamos de tener esa fuerte pelea por causa de un malentendido y ahora me sorprende con que quiere compartir conmigo algo que a ella le entusiasma, que que da la vida.

¿Tú qué prefieres? ¿Otra práctica de examen SAT o un día en el zoo? ¿Yo que le contesto? ¿Si tú estuvieras en mis zapatos qué le responderías? Si fuera ir a Carson Beach, a donde Ana me lleva a cambio de horas de lectura no comprensiva en español, casi te diría que no me lo pensaría. Pero se trata del zoo, de ir con Yuly y quizá con sus padres, porque eso de que vayamos a ir solas lo veo un poco complicado. No sé si desde el internado lo autorizarán.

El lunes 9 de octubre es fiesta. segundo lunes del mes de octubre, el Columbus Day. No hay clase incluso es posible que haya buen día, por lo que no habría que preocuparse por la lluvia. Según Yuly, me vendrán a recoger y me traerán por la tarde. Somos amigas desde hace tan solo un mes, aunque ella tenga la impresión de que lo somos desde siempre, que le he caído simpática, hasta el punto de no importarle sufrir conmigo la tortura de los exámenes. Sin embargo, yo me encuentro con la tesitura de que aun no me siento preparada para dejar a un lado mis muchas manías. Aún es pronto y me temo que tal vez nunca me sienta del todo mentalizada. Tal vez cuando vayamos a la universidad. Pero no es porque la considere una mala amiga ni porque yo lo sea. Es que yo soy un poco especial a la hora de alejarme del internado.

Franklin Park Zoo. Zoo de Boston

Al zoo iré, pero mucho más adelante y no al de Boston. Veré a los leones antes que a Daddy. Ya os contaré cuando sea el momento. Te aviso y te apuntas.

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