Introducción
Lista de lo visitado hasta ahora: (ver lista en pagina aparte)
Al otro lado del puente, a pocos metros, si seguimos nuestro paseo, nuestra aventura, nos encontraremos con la presa, desde donde tendremos ocasión de observar la fuerza del agua.

El puente de San Martín de Toledo (s. XIV) es el final del meandro rocoso que río Tajo inicia en el puente de Alcántara para abrazar tres cuartas partes del núcleo histórico de la ciudad que, en la parte restante, delimitan sus murallas. Cuando las aguas casi tocan los tajamares del citado viaducto que se reconstruyó en la época del arzobispo Pedro Tenorio (1377-1399), una presa atraviesa el cauce entre la ya desactivada central eléctrica de Santa Ana, alzada en la orilla derecha, y los restos «decorativos» que, en la margen opuesta, quedan como recuerdo de otra «fábrica de luz».
Este lugar es citado por el historiador y capellán mozárabe Francisco de Pisa (1534-1616) en la Descripción que hace de Toledo, editada en 1605. Refiere la existencia de dos molinos harineros, cada uno con una rueda: el del Degolladero y, «del otro cabo», los de la Cruz o de Gaytán. En el catastro de Ensenada (1751) ambas aceñas ya no figuran entre las censadas en la ciudad.






En relación a los molinos de la orilla derecha, los llamados del Degolladero, debían esa denominación al desolladero de ganado que disponía la comunidad judía en su propia aljama, en estas laderas suburbiales que, en su parte más alta, acogerían el monasterio de San Juan de los Reyes entre 1477-1503.


Este molino destaca por su restauración y, hoy en día, es usado como Centro de Educación Ambiental, gestionándolo el Ayuntamiento de Toledo.
Pero sigamos nuestro camino, nuestro paseo, visto que podemos seguir adelante.

Superada la central de Santa Ana nos encontraremos con unos escalones en descenso para sortear el nivel del terreno. el camino ya nos indica que nos podemos acercar un poco más hasta la orilla del río. Pero ¿Cuánto más?

Superada la presa nos adentraremos en la selva, por donde ya empezamos a sentir que el camino se nos vuelve adverso, que hemos de enfrentarnos a los elementos, que ahora es cuando la alianza entre la cuidad y el río nos presentan batalla, que se ha terminado eso de pensar que nuestro caminar va a ser fácil.
Dejamos atrás el sendero pavimentado de la senda ecológica para adentrarnos en el último tramo, el que une el puente de San Martin con el paseo del Barco Pasaje, este tramo es el más natural con subidas y bajadas, barro, algún que otro agujero y piedra en el camino a tener en cuenta para no tropezar. Desde aquí se pueden ver las paredes verticales del acantilado de la Ermita de Nuestra Señora de la Cabeza, aprovechadas por escaladores para practicar escalada.


















La casa/museo de Victorio Macho, en la roca Tarpeya




Entre las curiosidades que se puede observar desde la senda, si alzamos la vista, se encuentran las banderas que ondean al viento en el patio de las Cortes de Castilla La Mancha, justo en frente del cerro de la Cabeza.


Aquí nos encontramos con una zona amplia y despejada del recorrido donde podemos hacer una pequeña parada


La torre de Alfarach
Nos detenemos a observar desde la distancia la torre de Alfarach, que se encuentra en un estado lamentable y un tanto olvidada. Una torre albarrana de forma circular ubicada bajo el Convento de San Gil (Cortes de Castilla-La Mancha), que tenía como objetivo defender esta zona de la muralla de la ciudad, conocida como “El Cubillo”.




Al-Faraj pudo ser una familia que tuvo que contar con varios miembros distinguidos en la ciudad. Uno de ellos el célebre poeta de la corte de al-Mamum, representante del cénit cultural y científico de aquel Toledo andalusí. También, quizá, quien diseñase, edificase, defendiese o a saber qué función desempeñó en relación a esta torre albarrana que hoy es conocida como de Alfarach. Ocupando la curva occidental del Tajo en dirección al Puente de San Martín, justo debajo del Convento de San Gil que hoy ocupan las Cortes de Castilla-La Mancha y sobre los restos de los molinos de Daicán y de la Reina. Otra opción es que su nombre derivase de alguna familia (mozárabe según Julio Porres) como podrían ser los al-Faray. La documentación es escasa en ese sentido, y de no tomar medidas para su conservación, también lo serán los restos materiales para poder estudiarla mejor y datarla con mayor precisión. Su situación de total abandono es alarmante -motivo por el que Hispania Nostra decidió incluirla en su Lista Roja-, y la pérdida de algunos elementos que aún se conservaban el siglo pasado como arcos y muros nos tiene que hacer tomar conciencia de la situación sin retorno a la que estamos llegando.
Tulaytula
A título personal considero que el referente más claro de cómo debió ser esta torre lo encontramos en la torre de la Almofala, en la zona de Safont, junto a la puerta del Vado
La torre es la señal de que regresamos a la civilización, aunque no abandonaremos al río en nuestro caminar, pero seremos testigos de cómo la ciudad se ha llegado a entender con éste y ha dejado de darle la espalda.
Web de referencia:
Toledo olvidado– Torre del Alfarach
En Castilla La Mancha– Paseo fotográfico
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