El último tren antes de medianoche

Lista de lo visitado hasta ahora: (ver lista en página aparte)

Introducción

Ya que nos hemos acercado por el Palacio de Galiana, lo justo es que aprovechemos el paseo y nos acerquemos por uno de los edificios que más visitas recibe y más gente despide a lo largo del día, la estación del tren, construido en consonancia con lo que a comienzos del siglo XX se consideró que tener la ciudad, como una de las primeras puertas de llegada a Toledo y por donde han pasado muchos personajes de la Historia, que han llevado el nombre de Toledo a todos los rincones del mundo.

Es el final o el comienzo de la línea férrea, sobre todo es lo que de algún modo marca la vida de esta ciudad, porque aquellos que pierdan el último tren se encontrarán con la tesitura de tener que pasar la noche en la ciudad, una noche toledana.

El primer tren AVE Toledo-Madrid Atocha es a las 06:25 de la mañana y el último a las 21:30

Tren Toledo – Madrid Atocha desde € 13,90 | Horarios y Billetes | Trainline (thetrainline.com)

El tren de Toledo a Madrid Atocha suele tardar un tiempo aproximado de 33 minutos en recorrer una distancia de 58 km. En esta popular ruta, puedes encontrar 15 trenes al día con distintos horarios y trayectos rápidos. No tendrás que hacer ningún transbordo durante el trayecto, ya que hay trenes directos disponibles hacia Madrid Atocha.

Estación del tren

Es una estación ferroviaria de carácter terminal situada. El edificio actual, inaugurado en 1919 y restaurado en 2005, destaca por su estilo neomudéjar. Fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento el 21 de noviembre de 1991.

La estación se encuentra en el punto kilométrico 20,842 de la línea de alta velocidad La Sagra-Toledo ramal de la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla.

Además pertenecía a las líneas férreas Castillejo-Añover a Toledo y Bargas-Toledo. La primera fue cerrada y parcialmente aprovechada para los enlaces de alta velocidad con Toledo y la segunda que unía Toledo con Extremadura fue clausurada en 1968.


Historia

Era el 12 de Junio de 1858 cuando llegó el tren a Toledo, fue todo un acontecimiento pues hasta entonces la Ciudad Imperial solo había estado comunicada por el camino Real que se dirigía hacia Madrid o también por lo que hoy es la Avenida de Barber se tenía acceso a unas torpes rutas que se dirigían a Extremadura y Ávila. Los pueblos estaban comunicados con la capital por muy rudos y a veces inviables caminos que hoy día nos resulta difícil imaginar cómo serían de penosos ciertos viajes, a veces por placer pero otras muchas por obligación.

La llegada del tren a nuestra ciudad fue todo un hito, pues Toledo en el siglo XIX no es que fuera pobre, es que rayaba en la miseria al no haber factorías, fábricas ni ciertos servicios, tampoco estaba enganchado a la incipiente revolución industrial y lentamente se había convertido en una ciudad de tercer orden. Solo la Fábrica de Armas, el damasquino o las temporadas de mazapán mitigaban algo la falta de trabajo que había en la ciudad, donde la plaza de Zocodover se convertía en un hervidero de obreros y modistillas buscando un empleo o trabajo temporal las más de las veces muy mal pagado. Y como dice el dicho toledano, siendo de Toledo, había que ser pescador o pajarero, para poder subsistir en muchas ocasiones.

Leyendas de Toledo

El ferrocarril llegó a Toledo el 12 de junio de 1858 con la puesta en marcha de la línea que la unía con Castillejo y con ello a las radiales que unían Madrid con Andalucía y el Levante.​ La inauguración contó con la presencia de Isabel II y Francisco Javier de Istúriz, presidente del gobierno.​ En diciembre de ese mismo año José de Salamanca impulsor de la línea a través de la Compañía del Ferrocarril de Castillejo a Toledo transfirió su concesión a la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (generalmente abreviada como MZA)

Antigua estación de ferrocarril de Toledo el 4 de marzo de 1914. © Archivo Histórico Ferroviario del Museo del Ferrocarril de Madrid. Fotografía de Juan Salgado Lancha. Signatura 3489-IF MZA 0-7

En 1917 se iniciaron las obras para sustituir la antigua estación de 1858 por una totalmente nueva. Narciso Clavería, fue el encargado de la construcción que concluyó en 1919 dando lugar a una estación de diseño atípico y de claro estilo neomudéjar que en su época generó polémica por alejarse drásticamente del diseño sobrio y funcional de la anterior estructura realizada por Eugenio Page.​

El arquitecto Narciso Clavería, conde de Manila, trabajaba en la Compañía de Ferrocarriles de Madrid, Zaragoza y Alicante (MZA) y fue el encargado de redactar un proyecto que tenía por objeto aunar funcionalidad y belleza.

El edificio costó más de un millón de pesetas y en él trabajaron algunos de los artesanos más reconocidos del momento, como Julio Pascual (que hizo la forja), Ángel Pedraza (la azulejería), Antonio Dorado y Eduardo Rivero (la albañilería artística) y Cristino Soravilla (las tallas de los espejos).

El propio Alfonso XIII había animado a que hubiera una estación de ferrocarril más acorde con la monumental de Toledo ya que visitaba asiduamente la ciudad y, de hecho, muchos de aquellos viajes se convertían en visitas de Estado o encuentros diplomáticos dentro de la agenda de trabajo que se mantenía en Madrid.

No hubo inauguración al uso de la nueva estación de ferrocarril, pero la casualidad hizo que aquel 24 de abril de 1919 los participantes en un congreso de medicina, que presidía Santiago Ramón y Cajal, decidieran regalarse un día de ocio en Toledo en medio de sus sesiones de trabajo. Y de esta forma estrenaron la nueva estación.

Entre ellos estaba Marie Curie, que viajaba con su hija Irene como recogió la prensa (ABC y El Eco Toledano) de la época. Unos años más tarde, en la década de los treinta, Marie Curie volvió a Toledo, invitada por Gregorio Marañón.

La nueva estación del ferrocarril, que logró abrir «una nueva puerta a la ciudad, una puerta monumental», afirma Del Cerro Malagón, contaba incluso con un Salón de Honor para atender visitas oficiales. Una sala que se convirtió en capilla después de la Guerra Civil y en la que todavía hoy se oficia misa cada domingo por la mañana.

En 1921 la ciudad de Toledo rindió homenaje al arquitecto de la estación, que también fue un gran apasionado de la fotografía y que ha dejado un importante legado de imágenes de la época, muchas de ellas tomadas en Toledo durante los años de construcción de la estación (se pueden ver en la web del Archivo Municipal de Toledo, http://www.toledo.es/toledo-siempre).

El 5 de julio de 1927 el Estado inició las obras de una pequeña línea férrea de apenas 18 kilómetros que buscaba unir Toledo con Bargas.​ Con ello se pretendía que Toledo dejará de ser una estación terminal y tuviera una conexión con Extremadura. A pesar de la sencillez de las obras fueron paralizadas en 1931 y no se retomaron hasta 1938 tras varios amagos de abandonar el proyecto.​ En 1939 Toledo fue enlazada por fin con la radial Madrid-Cáceres y con la Toledo-Castillejo.​ Aunque puesta en marcha la línea no tardó en tener problemas debido a su deficiente construcción que la hacían vulnerables a las continuas crecidas del río Tajo las cuales anegaron en varias ocasiones un puente cercano a la ciudad de Toledo obligando a suspender el tráfico.​

Finalmente el 26 de febrero de 1947 se decidió una nueva suspensión que resultó ser definitiva ya que RENFE ordenó el cierre de la línea en 1968.

El 15 de noviembre de 2005 se abrió la línea de alta velocidad La Sagra-Toledo, tercera línea de alta velocidad abierta en España uniendo de forma exclusiva hasta La Sagra y sin estaciones intermedias Toledo con Madrid. Desde la apertura de la línea de alta velocidad Toledo no cuenta con ningún enlace férreo por ancho convencional a la red ferroviaria española lo que impide el tráfico de mercancías a las zonas industriales de la ciudad.

En 2016 la fachada fue restaurada de nuevo.

La estación

Estación del tren fachada principal
Fachada
Torre del reloj
Torre del reloj vista desde los andenes

La estación de ferrocarril de Toledo es una estación monumental catalogada como tal desde 1991. Es obra del arquitecto Narciso Clavería.​ El grueso de la construcción se llevó a cabo entre 1916 y 1917. Fue restaurada en el año 2005 con la llegada de la alta velocidad. Se encuentra al este de la ciudad.

Detalle del interior del vestíbulo
Vestíbulo

De estilo neomudéjar abarca una superficie de 12.600 metros cuadrados.​ Para su construcción se usó ladrillo, piedra, hierro y cemento. El edificio de viajeros se compone de un pabellón central flanqueado por dos alas laterales de menor altura. Toda la estructura está decorada con arcos polilobulados y almenas escalonadas en la parte superior. En uno de los extremos se encuentra la torre del reloj. Cinco puertas permiten acceder a un vestíbulo de gran riqueza ornamental que ofrece una buena muestra de la artesanía y orfebrería toledana: mosaicos de azulejos, celosías, taquillas y lámparas forjadas.

Interior de la estación
Interior de la estación
Puerta del vestíbulo
Una de las antiguas taquillas de la estación toledana.
Vestíbulo

Con la renovación operada en 2005 se modernizaron los andenes, se construyeron nuevas marquesinas para proteger a los viajeros además de renovar la existente, se realizó un aparcamiento de 325 plazas, una nueva cafetería y nuevos accesos. Se recolocó también la valla histórica de la estación, obra de Julio Pascual, que también goza de la consideración de Bien de Interés Cultural.​ La torre del reloj fue ampliamente restaurada.

Fachada trasera
Estación de Trenes AVE de Toledo, David Utrilla
Vista de los andenes

Dispone de dos andenes, uno lateral al que accede la vía 1 y otro central compartido por las vías 2 y 3. Carece de vías de servicio o de playa de vías. Dado que se trata de una estación terminal, todas las vías se integran en la misma plataforma.

Cuenta con venta de billetes, atención al cliente, aseos y cafetería. Todo el recinto está equipado con servicios adaptados para las personas con minusvalía. En el exterior existe un aparcamiento de 325 plazas, una parada de taxi y otra de autobuses urbanos.

Estación de tren Toledo 1990

La estación de tren ha servido como escenario para varias películas, como por ejemplo «Tristana» (1969)

Tristán e Isolda

Estación de Toledo – Wikipedia, la enciclopedia libre

La estación de trenes de Toledo: historia, curiosidades. Información útil – Leyendas de Toledo

Las bellas fotos que celebran el centenario de la estación de tren de Toledo – ENCLM (encastillalamancha.es)

La estación de tren de Toledo, un siglo recibiendo pasajeros (abc.es)

Anuncio publicitario