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Introducción
El otro día os hablaba de los hallazgos arquitectónicos encontrados durante las otras en la calle reyes Católicos, de los restos de la iglesia de San Martín, entre la puerta del Cambrón y la Iglesia de San Juan de los Reyes, frente al palacio de la Cava. Sin embargo, ese no ha sido el primero ni el último de los secretos descubiertos en la ciudad en los últimos meses.
No sé, puede que esta misma tarde o a más tardar en un par de días, cuando las autoridades competentes lo consideren oportuno y los medios de comunicación se hagan eco de la noticia la ciudad nos sorprenda de nuevo, porque la ciudad es así, que se rompe un poquito por aquí y otro poquito por allá, cuando no se escarba porque se quieran reparar unas grietas en el suelo o en un muro y te encuentras lo que no te esperas. ¡Esto es Toledo!
La cuestión es que este hallazgo fue a comienzos de año, se dio a conocer a finales del mes de marzo, el paseo de Cabestreros, la carretera que sube desde la puerta de Alcántara hacia el casco, un poco más arriba de la puerta de Doce Cantos, junto a los los restos del acueducto, por debajo del Corralillo de San Miguel,



La muralla omeya

En mayo de 2020, hace ya más de un año, el efecto de las últimas lluvias provocó la descompactación de un tramo de la muralla en el paseo de Cabestreros, a escasos metros de Doce Cantos. En noviembre empezaron los trabajos de restauración en la zona, descubriendo en ese tramo de la muralla restos de la estructura defensiva de época omeya, consistente en un tramo de muralla y las bases de tres torres.
La magnitud del hallazgo se hizo pública el pasado mes de abril y, desde entonces, esa zona de la ciudad que hasta ahora había pasado desapercibida recibe la mirada de cientos de curiosos.
Las obras de emergencia realizadas en un tramo de muralla del paseo de Cabestreros, que comenzaron en octubre del año pasado (2020) después de que el servicio de bomberos de la ciudad detectara en una inspección partes del lienzo de la misma en situación de extrema precariedad con riesgo de desplome hacia la vía de circunvalación del recinto amurallado, han permitido descubrir tres nuevas torres y una base de 30 metros de muralla del Califato Omeya que se encontraban ocultas.
Los vestigios que han salido a la luz son Las tres torres y la base de muralla de 30 metros de la época del Califato Omeyas, que formaban parte del recinto conocido como alficén.
Las construcciones descubiertas se encuentran parcialmente enterradas bajo edificaciones de época posterior, como el Hospital de Santiago, debajo del cual se encuentran las bases de dos torres. Fuera de este se encuentra la tercera torre y el tramo de muralla y, posiblemente, otras partes aún enterradas. La intención, según la alcaldesa Milagros Tolón, es recuperar la tercera torre y la muralla para integrarlas en el conjunto de murallas medievales de la ciudad.

La obra, realizada con sillares a soga y tizón, es propia de la arquitectura oficialista del Califato Omeya y muestra su poder a través de esta forma de edificación en sillería y de la modulación de las piezas en su colocación.

Este torreón se va a recuperar y se va a integrar en el sistema defensivo de la actual muralla medieval, de los siglos X y XI, que rodea parte de la ciudad.

El Ministerio considera el hallazgo «de gran importancia ya que, por primera vez, se ha podido documentar arqueológicamente el cierre suroriental de esta área palatina de los Omeyas en la ciudad de Toledo». El estudio de este gran espacio Omeya arrojará luz sobre el resto de los tramos de muralla de este costado de la ciudad donde, según los expertos, « pueden existir más tramos de este recinto que, hasta la fecha, no han podido ser encuadrados cronológicamente».
Hasta la fecha, (Marzo 2021) se han podido consolidar los lienzos accesibles y se ha completado la zona de coronación en la que se había producido pérdida y caída del material pétreo. La consolidación se ha realizado con hormigones de cal compatibles con los materiales originales. También se han limpiado y estabilizado los taludes situados sobre la muralla, dándoles acceso para facilitar su mantenimiento y colocando drenajes y líneas de vida para evitar caídas.
El desarrollo de la obra de emergencia, que continúa en la actualidad, está suponiendo la consolidación de estos lienzos de muralla y la retirada de escombros históricos.
CCM. Noticias

UNA FORTALEZA INEXPUGNABLE

Todas estas estructuras forman parte del alficén (en árabe, al-Hizam), un recinto construido en el siglo X por orden del califa Abderramán III. Situado en la parte noreste de la ciudad, estaba rodeado por una muralla que lo separaba del resto de la medina y contaba incluso con un ingreso independiente desde el puente de Alcántara, por lo que era el lugar más inexpugnable de Toledo. En su interior había dos alcázares, uno con funciones militares y otro que servía de residencia.
Este tramo en concreto ha podido datarse en época omeya debido al sistema de construcción: algunas piedras están colocadas horizontalmente, mientras que otras están en vertical; otra característica distintiva es que no se utilizó argamasa para unirlas. Debido a la fuerte pendiente del terreno el espacio se organizaba en terrazas y a menudo se reaprovechaban estructuras de épocas anteriores o se construía sobre ellas.


Toledo en tiempos de los Omeyas
Toledo fue conquistada por Tariq, casi sin resistencia, antes de acabar el año 711, se dice que los judíos le abrieron las puertas. El nuevo rey, Oppas, tuvo que huir al igual que el Arzobispo.
Campaña de Muza (713-714)
Tariq decidió acabar el invierno en Toledo. Con la llegada de la primavera, el ejército musulmán avanzó por la calzada romana que unía Toledo con las ciudades de Alcalá de Henares, Guadalajara, Osma, Castrogeriz y Amaya (al Norte de Palencia). Siguió a León y Astorga, donde estableció guarniciones militares, regresando a Toledo para unirse a Muza.
Mientras tanto, el sitio de Mérida se prolongaba, aunque fue ocupada el 30 de junio del 713. Desde allí se dirigió a Segoyuela (municipio de Salamanca), y finalmente llegó a Toledo, donde se reunió con Tariq. Al parecer la reunión no fue cordial, algunas fuentes citan que Muza golpeó con el látigo a Tariq delante de las fuerzas para humillarle, le reprochaba el reparto de botín y el no seguir sus órdenes. Al parecer, después de este encuentro sus relaciones fueron bastante tensas y ambos debieron informar al Califa de la actuación del otro.

Cuando Muhammad I apenas llevaba una semana como emir, Toledo, capital de la Marca Media y continuo foco de sublevaciones y desencantos hacia el poder de los omeyas, volvió a alzarse en rebeldía pretextando un nuevo abuso de poder por parte de Muhammad I.
Los líderes de la revuelta depusieron al gobernador impuesto por Córdoba y formaron un ejército con el que consiguieron hacerse con el control de Calatrava, aunque la plaza fue recuperada al año siguiente por el príncipe al-Hakam.
No obstante, los toledanos persistieron en su actitud rebelde, por lo que decidieron buscar la alianza del rey astur Ordoño I para enfrentarse contra Muhammad I, el cual envió gustoso un impresionante contingente de tropas al mando del conde Gastón
Las tropas toledanas y astures fueron literalmente aniquiladas por las cordobesas en la batalla de Guazalete, en el año 853, en la que Muhammad I mató a más de ocho mil enemigos, cuyas cabezas amontonó juntas para que fueran claramente visibles.
De todas formas, Toledo siguió resistiendo varios años las continuas embestidas y asedios por parte del propio Muhammad I y las de su hijo y heredero al-Mundhir, hasta que en el año 858, ante el abandono manifiesto por parte de los aliados cristianos, la ciudad solicitó una amnistía que concedió el emir. En el año 875, Toledo volvió a alzarse en rebeldía, pero esa vez Muhammad I actuó sin dilación alguna, sometiendo a la ciudad a la rapiña de sus ávidas tropas.
Para acabar con el problema toledano, Muhammad I nombró gobernador de la ciudad a uno de sus propios hijos, al-Mustarrif.

¿Consolidación o reconstrucción?
Así pues, no es de extrañar que muchos sigan con interés el avance de los trabajos de consolidación, pero, recientemente, han comenzado a surgir en las redes sociales voces que critican la actuación.
Y es que, en el sentir de muchos, se está optando por una reconstrucción excesiva de lo que sería la base de esas tres torres y el tramo de la muralla omeya del antiguo Alficén.
Lo cierto que es, a tenor de lo que se puede ver en la fotografía, el nuevo acabado no deja lugar a dudas, pero es que precisamente ese es el criterio arqueológico para ese tipo de restauración, ya que siempre se tiene que distinguir lo nuevo de lo viejo. Los acabados iniciales chocan muchos en los primeros meses, pero poco a poco los materiales nuevos cogen pátina de tiempo y se integran mejor.
Otra cosa es la valoración estética que cada uno dé al trabajo, puesto que siempre habrá detractores de la reconstrucción frente a la recuperación. Toda reconstrucción volumétrica siempre creará polémica, aunque es cierto que ésta es especialmente llamativa.
La tribuna de Toledo, mayo 2021
Descubierto en Toledo un tramo de muralla y tres torres de época omeya (nationalgeographic.com.es)
Hallan en Toledo un tramo de muralla de origen Omeya y tres nuevas torres (abc.es)
El pasado Omeya de Toledo, al descubierto tras unas obras en la muralla (eldiario.es)
Encuentran una muralla omeya del siglo IX en Toledo | El Comercio
¿Consolidación o reconstrucción? | Noticias La Tribuna de Toledo
Toledo: descubiertas tres nuevas torres y 30 metros de muralla del Califato Omeya – CMMedia
Conquista de la península Ibérica por el Califato Omeya – Arre caballo!
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