Siento que no podré vivir mi muerte, acercarme a ti para darte el pésame. Mis dedos ya no secarán tus lágrimas, mis oídos podrán ya así oír tus llantos, no recibiré el perfume de tantas flores. Me gustaría poder asistir a mi entierro, pero estoy seguro que me será imposible, porque mi mente estará lejos del cuerpo, y en la tierra sólo se enterrará el hielo. Y mi mente viva, mi espíritu libre, volará, no querrá saber que me habré muerto, ni cómo he de lamentar tus sentimientos, que tan pronto se haya acabado mi vida. Pero siento que no asistiré a mi entierro, no tendré tiempo, porque estaré ocupado.
Manuel Pellicer Sotomayor, Poema de 1993

Debe estar conectado para enviar un comentario.