El águila bicéfala

Las armas de la ciudad de Toledo

En el Libro Becerro de los privilegios con­cedidos al Cabildo de Jurados de Toledo, figura en el tomo primero, folio 68 vuelto, la descripción de las armas de la ciudad concedidas, según manifiesta el propio documento, por Alfonso VII en 1135 y «que fueron un emperador en trono majestuoso, en las manos estoque y cetro con un orbe y por respaldo un águila tendidas las alas de cuyas armas ha usado Toledo desde aquella era junto con las reales de nuestros mo­narcas…».

El privilegio original no se conserva; lo cierto es que hasta el siglo xv no tenemos otros testimonios del escudo descrito que los reyes sentados en su trono con respaldo, cetro y un dose­lete gótico en sendas tallas de caliza que se encuentran en la fa­chada principal de la iglesia parroquial de Ventas con Peña Aguilera, colocadas en aquel lugar por pertenecer dicha población al señorío de la ciudad. Estos escudos carecen de forma heráldica y los tronos no tienen por respaldo el águila con las alas tendidas, que tampoco hemos visto en ninguna otra representación. También corrobora lo anterior las relaciones topográficas de Felipe II diciendo que el escudo de Toledo es «un rey justiciero con una es­pada en la mano y un cetro o mundo con una en la otra».

Escudo de la ciudad de Toledo
(basado en el existente en la Puerta de Bisagra)

Del siglo XVI tenemos buena muestra de estas armas, labradas por lo general sin forma heráldica en todas las puertas, puentes y edificios oficiales y religiosos; en ocasiones solos, como en el puente de Alcántara y acompañando al águila bicéfala con las armas de Castilla, León y Granada, las más, inspiradas sin duda en las labradas por Covarrubias de forma soberbia en la Puerta Bisagra.

Escudo de Toledo. Fachada principal de la puerta de Bisagra

Los reyes sentados que acompañan al águila bicéfala completan las armas de la ciudad, utilizadas con este ordenamiento desde mediados del siglo XVI hasta nuestros días, siendo así admitido por la costumbre y sancionado por un antiguo privilegio de Pedro I dado en las Cortes de Valladolid en 1351, en el que se afirmaba que las armas de Toledo son las del Rey, que en el reinado del Emperador las hizo suyas el Ayuntamiento de la ciudad añadién­dole el elemento diferencia dar del rey sentado en recuerdo de las primitivas y que por motivos de simetría se colocaron dos. A par­tir del siglo XVI se regularizan y divulgan en sellos, impresos, artes decorativas, etc…

A pesar de lo afirmado anteriormente, en el Libro de Juramentos del siglo XVI aparece de nuevo el rey sentado y sin forma herál­dica representando a la ciudad y así mismo se encuentran en el «Libro de lo que contiene el prudente gobierno de la imperial Toledo y las Cortes, ceremonias con que ejerce», escrito por el jurado Juan Sánchez de Soria en 1635, aunque en esta ocasión el águila bicéfala no sostiene el clásico escudo contracuartelado de Castilla y León, sino otro con la figura del rey sentado; repre­sentándose de este modo de forma heráldica por vez primera el primitivo escudo de Toledo.

Esquematizado con una corona imperial en recuerdo del empe­rador o rey sentado, lo tenemos en un grabado de 1566 que se ha llegado a utilizar hasta épocas recientes, aunque en esta ocasión para simbolizar a la Provincia, del mismo modo que lo usara el Regimiento de Toledo número 35, cuyo origen data de 1665. Este mismo rey sentado también lo encontramos cons­tituyendo el segundo cuartel de un escudo partido, mientras que el primero son las armas contracuarteladas de Castilla y León.

No se sustrajo la heráldica, como tantos hechos de la historia de Toledo, de la fábula y el mito. Para el propio Libro Becerro no hubo civilización que no otorgara escudo a la ciudad, adelan­tándose así a la existencia de la propia heráldica; al emperador Octavio Augusto -nada menos- se le atribuye un águila negra en campo de oro. A los visigodos el «león bennejo en campo de oro» y a los árabes «dos estrellas sobre dos orbes». A toda esta fantasía nadie se opuso, y de este modo en una curiosa mezcolanza las recoge Madoz en su célebre diccionario, y más tarde repite Martín Gamero, perpetuándose la fácil inventiva del famoso Padre Ramón de la Higuera.

El Dr. Francisco de Pisa, en la primera parte de su Historia de Toledo, publicada en 1605, dice que el rey Alfonso dio a Toledo «un emperador asentado en tribunal o trono vestido con una capa de oro como la que usan los sacerdotes, con cetro real en una mano (…) y en la otra una espada» símbolos ambos del gobierno y la justicia. Este aserto tiene todos los visos de ser real, aunque habría que poner en duda la antigüedad de la concesión, a nuestro entender excesiva.

La farragosa justificación que en las relaciones de Felipe II se hace sobre estas armas es de difícil interpretación: «Los hijos de su nido son instrumentos para el castigo de los culpados y para el ensalzamiento de la fe, de forma que el Rey posea y su gente todo el mundo

En 1836 con el régimen constitucional se elaboró un sello mu­nicipal y aunque en él se suprimieron los reyes, que tradicionalmente habían venido acompañando al águila bicéfala, por el informe que en 1876 dirigió el alcalde a la Real Academia de la Historia, fue de un modo consciente con el afán de simplificarlo. Sirvió este modelo en toda la época constitucional en la que se alternó con otros variados, según las vicisitudes históricas de la nación, alterando leyenda, timbre y otros adornos. En la actualidad hay una inexplicable tendencia a mantener suprimidos ambos reyes en sellos, membretes y documentos muni­cipales, con lo que las armas acaban por ser simplemente las de Car­los I, y no las de la ciudad, al perder estos dos elementos diferen­ciadores.

La primitiva sigilografía municipal las usó correctamente, he­cho comprobable en los dos antiguos cuños de hierro que se conservan en el archivo municipal datables en los siglos XVII y XVIII. Y si en el siglo XIX se vieron en ocasiones suprimidos los reyes, fueron por razones de tan poco peso como las aludidas por el informe referido de 1876, es decir, con objeto de darle un carácter más sencillo y menos complicado.

Extraído de:
“La Heráldica Municipal de la Provincia de Toledo”
José Luis Ruz Márquez y Ventura Leblic García
Publicaciones del IPIET (Diputación Provincial de Toledo)
Toledo 1983.

El escudo de Toledo

El escudo de Toledo es el blasón de la ciudad imperial. Su descripción heráldica es la siguiente, según Ventura Leblic, en su obra «Los símbolos municipales de Toledo»:

Escudo cuartelado, primero y cuarto en gules, un castillo de oro mazonado de sable y aclarado de azur. Segundo y tercero de plata, un león rampante de gules coronado de oro, linguado y armado de lo mismo. Entado en punta de plata, con una granada de su color, rajada de gules, tallada y hojada con dos hojas de sinople. Rodea al escudo el collar de la Orden del Toisón de Oro compuesto de eslabones dobles, entrelazados de pedernales de azur y llamas de gules, en el cabo pendiente de él, la piel de un carnero liada por el medio, de oro.

El todo, sobre un águila bicéfala exployada, de sable, con el pico y las garras de gules. éstas armadas de oro. Timbrado de corona imperial de oro.A la derecha e izquierda un emperador sentado en su trono con capa de oro y corona imperial de lo mismo, que sostiene en su mano derecha una espada de plata y en la izquierda un cetro de oro. El resto de su color.

Escudo de Toledo

Según otras descripciones, el escudo de Toledo está formado por un águila bicéfala exployada de sable (color negro) que porta sobre su pecho un escudo cuartelado y entado en punta. En el primer y cuarto cuarteles, las armas de Castilla: sobre campo de gules (rojo), un castillo de oro almenadomazonado de sable y aclarado de azur (azul). El segundo y tercer cuarteles, las de León: sobre campo de plata, un león rampante de gules, linguado, uñado, armado y coronado de oro. Entado en punta, las de Granada: de plata, una granada al natural, rajada de gules, tallada y hojada de sinople o verde. Va rodeado este escudo del collar de la Orden del Toisón de Oro. Sumado todo ello de una corona imperial, cerrada, de oro forrada de gules con ínfulas del mismo metal, y flanqueado de dos figuras de reyes, sentados en el trono, con los símbolos de su autoridad: la corona real; el cetro; la espada y el manto.

En un antiguo privilegio de Pedro I de Castilla dado en las Cortes de Valladolid en 1351 (1389 de la era hispánica), se afirmaba que las armas de Toledo son las del Rey.​ En el reinado del Emperador Carlos V (Carlos I de España), el Ayuntamiento de la ciudad hizo suyas las armas imperiales, según algunos por concesión del propio emperador (aunque no hay documentos que lo acrediten); añadiéndoles el elemento diferenciador del rey sentado, en recuerdo de las primitivas armas toledanas. Más tarde, por motivos de simetría, se colocaron dos.

El símbolo de un rey sentado en un trono con dosel de gules aparece en muchas representaciones heráldicas del Reino de Toledo. Otro emblema de la ciudad y del Reino es una corona imperial de oro, en campo de azur, quizá simplificación de símbolos anteriores. Este símbolo aparece en gran número de ilustraciones de los siglos XVI y XVII, como en el libro Wappenbuch des Heiligen Römischen Reichs de 1581, en la Genealogía de Carlos V del pergamino de la Biblioteca de los duques de Borgoña, en los mapas del cartógrafo Joan Blaeu, o en varios de los grabados conservados en el Archivo Municipal de la ciudad.

El águila bicéfala, símbolo del Sacro Imperio Romano, junto a la corona imperial y el collar del Toisón de Oro , pertenecen a las armas del emperador.

Escudo de Toledo. Interior de la puerta de Bisagra

La bandera

La bandera está conformada por un paño de forma rectangular de color carmesí y sobre el cual se incorpora el escudo de la Ciudad, si bien varían los ropajes del Emperador a izquierda (en café con armiño en vez de verde) y derecha (en flama áurea en vez de bermellón)

La bandera de Toledo está conformada por un campo de color carmesí con un águila bicéfala de color negro con pico y garras de oro que simbolizan las armas de la edad media, se encuentra en el medio del todo, sosteniendo el escudo de la ciudad, que se conforma de 4 cuadrantes, albergando en ellas: dos castillos de oro (en el primer y tercer cuartel) y con leones rampantes (semi parados en el segundo y cuarto cuartel).

Otros elementos que resaltan dentro del escudo, son la corona imperial y el collar de oro de la Orden del Toisón conformado por eslabones dobles entrelazados; Al lado izquierdo y derecho se encuentran dos emperadores sentados en el trono que sostienen cada uno de ellos un cetro, la capa de oro y una espada de plata.

Puerta de Bisagra con las cuatro banderas según su colocación: Toledo. España, Castilla-La Mancha, Unión Europea

Fuentes:

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