Hola, amigos y amigas del blog.
Hoy quiero compartir con vosotros mi pasión por el mar, ese elemento tan fascinante y misterioso que nos rodea y nos seduce. ¿Qué tiene el mar que nos atrae tanto? ¿Qué secretos esconde en sus profundidades? ¿Qué sensaciones nos provoca cuando lo contemplamos o lo tocamos?

El mar es uno de los elementos más fascinantes y poéticos de la naturaleza. Su inmensidad, su movimiento, su color, su sonido, su olor… Todo en él nos cautiva y nos hace sentir emociones diversas. Muchos poetas han dedicado sus versos al mar, tratando de captar su esencia y su magia.
El mar es una fuente de vida que nos da energía y vitalidad. Nos invita a sumergirnos en él y a disfrutar de sus beneficios para el cuerpo y el alma. Nos regala momentos de paz y armonía, pero también de aventura y diversión. Así lo expresa en su poema «El mar» :
El mar es una fuente inagotable de inspiración para los poetas, que han sabido captar su esencia y su belleza con sus versos. Yo mismo he escrito algunos poemas sobre el mar, pero hoy quiero rendir homenaje a algunos de los grandes autores que han dedicado sus palabras al mar. Os invito a leer conmigo estos 5 poemas sobre el mar que he seleccionado para vosotros, y a disfrutar de su ritmo, su música y su mensaje.
1. El Mar, de Jorge Luis Borges
Antes que el sueño (o el terror) tejiera mitologías y cosmogonías, antes que el tiempo se acuñara en días, el mar, el siempre mar, ya estaba y era. ¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento y antiguo ser que roe los pilares de la tierra y es uno y muchos mares y abismo y resplandor y azar y viento? Quien lo mira lo ve por vez primera, siempre. Con el asombro que las cosas elementales dejan, las hermosas tardes, la luna, el fuego de una hoguera. ¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día ulterior que sucede a la agonía.
Este poema de Borges nos habla del mar como algo eterno e inmutable, que estaba antes que nada, antes que el universo y que el cosmos. Nos pregunta quién es el mar, y quiénes somos nosotros en comparación con él. Nos dice que cada vez que lo miramos lo vemos como si fuera la primera vez, con asombro y admiración. Y nos deja con la incógnita de si algún día conoceremos su verdadera naturaleza, quizás después de la muerte.

2. El Mar, de Mario Benedetti (extracto)
¿Qué es en definitiva el mar? ¿por qué seduce? ¿por qué tienta? suele invadirnos como un dogma y nos obliga a ser orilla nadar es una forma de abrazarlo de pedirle otra vez revelaciones pero los golpes de agua no son magia hay olas tenebrosas que anegan la osadía y neblinas que todo lo confunden el mar es una alianza o un sarcófago del infinito trae mensajes ilegibles y estampas ignoradas del abismo trasmite a veces una turbadora tensa y elemental melancolía
Benedetti nos habla del mar como algo misterioso y lleno de mensajes ocultos; describe sus olas, sus aguas y la orilla que lo precede. También describe las sensaciones que el mar transmite, sobre todo la melancolía, y realiza una metáfora; habla de nadar en él como una forma de abrazarlo (en cierta manera lo personifica). Pero también nos advierte de los peligros que encierra, de las olas que pueden ahogarnos, de las nieblas que nos desorientan, de los náufragos que se pierden en él. El mar es una tentación, pero también un riesgo.

3. Recuerdo el mar, de Pablo Neruda (extracto)
NECESITO del mar porque me enseña: no sé si aprendo música o conciencia: no sé si es ola sola o ser profundo o sólo ronca voz o deslumbrante suposición de peces y navios. El hecho es que hasta cuando estoy dormido de algún modo magnético circulo en la universidad del oleaje. No son sólo las conchas trituradas como si algún planeta tembloroso participara paulatina muerte, no, del fragmento reconstruyo el día, de una racha de sal la estalactita y de una cucharada el dios inmenso. ....
Neruda nos habla del mar de su infancia, el mar que le acompañó en su vida y le enseñó muchas cosas. El mar que le mostró la belleza, la música, el dolor, el sueño, la vida y la muerte. El mar que fue su maestro y su amigo, su refugio y su destino. El mar que le marcó para siempre.
Yo y el mar
Uno de estos poetas que le escribe al mar es Manuel Pellicer, un autor español que tiene una web donde comparte sus poemas y novelas, así como sus experiencias personales y sus paseos por Toledo. Sus textos son una muestra de su sensibilidad, su creatividad y su humor, y también nos ofrecen algunas visiones sobre la belleza del mar.
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1. Mar adentro, de Manuel Pellicer Sotomayor
La tierra, esta arena suelta, aquella que levanta el viento y que el agua no puede tocar. La tierra tiene orillas en el mar, pero es tierra, arena nada más, aquella que arrastra el viento y que el mar no se puede llevar. Por eso dejé mi barca en la orilla y en ella sólo tú te fuiste a sentar, porque estaba perdido en la tierra y Tú al mar me querías arrastrar, querías llevarme mar adentro, porque no querías verme solo, querías hundirme en las olas, para llevarme contigo nada más.
El poema habla de un conflicto entre el amor y la libertad, entre el mar y la tierra. El poeta se siente atraído por el mar, que representa a su amada, pero también teme perderse en él, renunciar a su identidad y a su vida en la tierra. El mar es una fuerza poderosa y seductora, que quiere llevarse al poeta consigo, pero también una amenaza y un peligro. El poeta se resiste a abandonar su barca en la orilla, que simboliza su vínculo con la tierra y con su propia esencia. El poeta se siente solo y perdido en la tierra, pero también quiere conservar su autonomía y su espacio. El poema expresa el dilema entre el amor y la libertad, entre el mar y la tierra.

2. Amanece ya, de Manuel Pellicer Sotomayor
Amanece el día sobre el mar, el sol se asoma a saludar, los barcos salen del puerto, el pescador tuvo que madrugar, Y un vagabundo en la playa, que no sabe si pasa el tiempo, se asombra con el firmamento al descubrir que amanece ya. Los peces se acercan a la orilla en busca de algo de alimento, el sol les ha traído nueva vida, si es que alguno no cae muerto en las redes de algún pescador, que no salió a felicitarles el día, que no vio amanecer el amor.
El poema sugiere que el amor es un regalo que hay que saber apreciar y disfrutar, que no se puede dar por sentado ni dejar escapar. El amor es como el sol que ilumina el día y da vida a todo lo que toca. El amor es como el mar que invita a explorar y a soñar. El amor es como el vagabundo que se maravilla con el cielo y se siente feliz con lo poco que tiene.
El poema también advierte que el amor puede ser frágil y efímero, que puede ser amenazado por las circunstancias y las personas. El amor es como los peces que pueden ser atrapados por las redes y morir. El amor es como el pescador que se pierde la belleza del amanecer por estar ocupado en su trabajo. El amor es como el día que se acaba y da paso a la noche.
3. Un monumento a mi abuelo, de Manuel Pellicer Sotomayor
Por el sudor y la sangre de un labrador, en la tierra que él mismo trabajó, del amanecer hasta la puesta del sol, el mundo le levantó un monumento para que la gente tomara el sol, un edificio que llegara hasta el cielo, para que se acordaran de mi abuelo. El edificio no llegó hasta el cielo y el asfalto cubrió todo el suelo, ya nadie se acuerda de mi abuelo. Pero hasta aquel lugar llega el mar para que tu alma desde el cielo sepa que el mar no le olvida jamás se lo ha dicho a tu nieto, abuelo.

Conclusión
Espero que os hayan gustado estos poemas sobre el mar, y que os hayan inspirado a sentir y a escribir sobre él. El mar es un tema universal y atemporal, que nunca dejará de fascinarnos y emocionarnos. Os animo a que compartáis conmigo vuestros propios poemas sobre el mar, o vuestros comentarios sobre los que he elegido. Y recordad: el mar nos espera.
Fuente:
- Conversación con Bing
- El mar, por Jorge Luis Borges | Poéticous: poemas, ensayos y cuentos (poeticous.com)
- El mar – Poemas de Mario Benedetti (poemas-del-alma.com)
- El mar – Poemas de Pablo Neruda (poemas-del-alma.com)
- Mar adentro – TRAS EL ÚLTIMO VERSO (manuelpellicer.com)
- Amanece ya – TRAS EL ÚLTIMO VERSO (manuelpellicer.com)
- Un monumento a mi abuelo – TRAS EL ÚLTIMO VERSO (manuelpellicer.com)

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