Toledo felicita a Federico Martín Bahamontes por sus 95 años (9/07/2023) y que cumpla muchos más, con una marcha ciclista desde el paseo de la Vega hasta su escultura en la cuesta de las armas.
Aquí mi pequeño a un toledano ilustre, a un hijo adoptivo de esta ciudad, Toledo, porque aunque no haya nacido aquí, es donde tiene su casa y donde ha pasado la mayor parte de su vida, a un toledano que ha llevado el nombre de esta ciudad a lo más alto y no es tan solo una manera de hablar, porque ganó el Tour de Francia y su palmarés como ciclista se caracterizó por ser uno de los mejores en la clasificación de la montaña.
¿A quien no le haría ilusión que la ciudad de sus sueños tuviera grandes deportistas?

Celebración
El acto tuvo bastante acogida, con la presencia de unos 200 corredores en el paseo de la Vega a la hora prevista, las 9:30. Rápidamente, partieron hacia la cuesta de las armas para encarar ese empinado tramo en el que tantas veces presumió de escalador el Águila de Toledo. Fue el primer español en vencer el Tour de Francia, en 1959, y consiguió hasta en siete ocasiones el premio de la montaña. Eso le valió para ser considerado por la organización de la ronda gala como el mejor escalador de la historia.
Sin el cumpleañero, pero con la emoción de recordar de nuevo que es leyenda viva del deporte toledano y español. Federico Martín Bahamontes recibió este domingo un emocionante homenaje por sus 95 años de vida con una marcha ciclista hasta su hasta su escultura, financiada por la Fundación Soliss, y situada en el paseo del Miradero, que terminó con la colocación de una corona de laurel.



Bahamontes: «¿Qué si voy a llegar a los 100? Hombre, y a los 101 también»
Actualizado 21/07/2019 a las 08:21h.
Él es Alejandro «Federico» Martín Bahamontes. Seguramente, uno de los mejores deportistas españoles de siempre. Sin duda, el toledano más carismático. Una leyenda en vida que a sus 91 años recién cumplidos sigue en plena forma. Bravo como pocos.
La edad solo se le nota en las bajadas, cuando las rodillas le crujen y marcha más despacio. Hará ya unos dos años que en su finca de Argés tuvo un pequeño accidente con el coche, que es automático. Desde entonces arrastra molestias.
Lo cierto es que bajar nunca fue lo suyo. Su fiesta empezaba cuando la carretera se empinaba. No obstante, es oficialmente el mejor escalador de la historia del Tour de Francia.
El Tour lo empezó a ganar el viernes 10 de julio 1959, en la cronoescalada al Puy de Dome y, tres días después, se puso primero en Grenoble, al pie de los Alpes. La última etapa fue una larga espera: 331 kilómetros entre Dijón y París. Diez horas interminables hasta que Juan Jiménez Peñalosa, en Radio Toledo, lo anunció:
—¡Señores, acaba de terminar el Tour con la victoria de Federico!
Fede es hoy un venerable anciano al que la gente sigue parando por la calle. Por ejemplo, un padre que empuja a un crío que está aprendiendo a montar en bici le pide un autógrafo. No queda claro para quién.
—A su edad, Fede, ¿qué le falta por hacer?
—El museo.
Y aquí pide ayuda a las administraciones para que le echen una mano. Para no tener amontonados millones de recuerdos en la sede de su peña. Para que todo el mundo los pueda disfrutar. Para que él lo vea en vida. Le gustaría que fuera en la esquina del edificio que hay detrás del Alcázar. Muy cerca de su casa y justo enfrente de la figura del Ángel del Alcázar. También le gustaría que el paseo que sube desde la Puerta de Bisagra a la plaza de Zocodover lleve su nombre: Federico Martín Bahamontes. «Suena bonito», imagina.
—Fede, va a llegar usted a los 100…
—¿Qué si voy a llegar? Hombre. Y a los 101, también.
ABC Toledo


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