San Ildefonso de Toledo

Introducción

En esta entrevista imaginaria, nuestro reportero viaja al pasado para entrevistar a San Ildefonso de Toledo, uno de los santos más venerados de la Iglesia Católica y de la historia de España.

San Ildefonso fue arzobispo de Toledo en el siglo VII, y se destacó por su erudición, su piedad y su defensa de la virginidad perpetua de la Virgen María.

Precisamente, éste es el tema central de la entrevista, ya que San Ildefonso nos cuenta cómo fue su encuentro milagroso con la Virgen María en la catedral de Toledo, donde ella le regaló una casulla como signo de su favor y de su protección.

Esta entrevista es una recreación ficticia basada en la información que he encontrado en Internet, y no pretende ser una fuente histórica ni teológica. Su objetivo es entretener y despertar la curiosidad de los lectores por conocer más sobre San Ildefonso de Toledo y su devoción mariana.

Entrevista

Reportero: Buenos días, San Ildefonso. Es un honor poder hablar con usted, el arzobispo de Toledo y uno de los padres de la Iglesia. ¿Podría contarnos cómo fue su encuentro con la Virgen María en la catedral de esta ciudad?

San Ildefonso: Gracias por su interés, reportero. Fue una experiencia maravillosa e inolvidable, que me llenó de gracia y de amor. Sucedió la noche del 18 de diciembre del año 665, cuando yo junto con mis clérigos y algunos fieles fuimos a la iglesia para cantar himnos en honor de la Virgen María.

Aparición de la Virgen a San Ildefonso // Bing Image Creator

Reportero: ¿Y qué ocurrió entonces?

San Ildefonso: Pues que encontramos la capilla resplandeciendo con una luz tan brillante que nos asustamos. Todos huyeron excepto yo y mis dos diáconos, que nos quedamos en el lugar. Entonces vimos a la Virgen María, rodeada de ángeles, sentada en el trono del obispo. Ella nos llamó con una voz dulce y nos invitó a acercarnos.

Capilla de la Descensión Catedral del Toledo

Reportero: ¿Qué sintió usted al verla y escucharla?

San Ildefonso: Sentí una alegría indescriptible, una paz profunda y una reverencia sagrada. Me acerqué a ella con humildad y devoción, y me postré a sus pies. Ella me levantó con su mano y me dijo: «Tú eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla, la cual mi Hijo te envía de su tesorería». Y diciendo esto, la Virgen misma me invistió con la casulla, y me dio instrucciones de usarla solamente en los días festivos designados en su honor.

Piedra de la descensión en la capilla de la Descensión

Reportero: ¿Qué significado tiene esa casulla para usted?

San Ildefonso: Es un regalo precioso, una prenda sagrada, un signo de su protección y de su predilección. Es también un reconocimiento a mi defensa de su virginidad perpetua, que escribí en un libro titulado De perpetua virginitate sanctae Mariae contra tres infideles. Es una doctrina que sostengo con firmeza y que he predicado con celo.

Reportero: ¿Qué mensaje le dejó la Virgen María antes de despedirse?

San Ildefonso: Me dijo que siguiera siendo fiel a su Hijo y a su Iglesia, que cuidara de su pueblo con amor y con justicia, que fuera un ejemplo de santidad y de sabiduría, y que contara a todos lo que había visto y oído, para que se difundiera su gloria y su gracia.

La Virgen María le dijo: «tú eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su tesorería.» Después, la Virgen le explicó que días tenía que usarla: serían los días festivos designados en su honor. Tras este suceso, el Concilio de Toledo ordenó un día de fiesta en honor a San Ildefonso: el 23 de enero.

El relicario de san Ildefonso de la sacristía de la catedral de Toledo. EFE/ Ismael Herrero

Reportero: Muchas gracias, San Ildefonso, por compartir con nosotros su testimonio. Ha sido una entrevista muy emocionante y muy edificante. Que la Virgen María le bendiga y le guarde siempre.

San Ildefonso: Gracias a usted, reportero, por su atención y su respeto. Que la Virgen María le acompañe y le ilumine también. Adiós y hasta pronto.

¿Qué ha sido de la casulla?

El rincón de Leodegundia: El misterio de la casulla

Nos remontaremos ahora a unos años atrás cuando los persas mandados por Cosrroes II en el 614 invaden Tierra Santa y conquistan Jerusalén. El obispo de esta ciudad y sus sacerdotes, escondieron el Arca de las Reliquias (que se guardaba ya desde los tiempos de los apóstoles) y que fue acrecentándose con nuevas reliquias desde entonces.

Más tarde, San Isidoro consiguió llevar el Arca consigo cuando fue nombrado obispo de Toledo. Dado que la invasión musulmana continuaba su avance, se decidió intentar ponerla a salvo llevándola al norte, concretamente a Asturias, primero escondida en una cueva en el Monsacro y luego por orden de Alfonso II el Casto se trasladaron a la Capilla del palacio dedicada a San Miguel

El Arca de las Reliquias en la catedral de Oviedo.

El Arcediano de Tineo, Marañón de Espinosa, Primer Rector de la Universidad y cronista de la catedral, dice a principios del siglo XVII con relación a la casulla:

«Sólo sabemos que quedó dentro del arca, cuando se verificó el reconocimiento oficial de ésta en tiempos de Alfonso VI, la preciosa vestidura que Nuestra Señora trajo del cielo a su capellán San Ildefonso, que no sabemos si fue alba o casulla porque la cédula no decía sino vestimento sin declarar más”.

Con motivo de la visita de Alfonso VI a Oviedo se abre el Arca Santa. Este documento, del 14 de marzo de 1075, recoge tal acontecimiento y enumera las reliquias que el Arca contenía y la donación de Langreo por parte del monarca a la Iglesia de Oviedo.

Firmas de testigos cualificados en el documento de apertura del Arca Santa : Doña Urraca ( izda), RODRIGO DIAZ ( EL CID CAMPEADOR) –en el centro-  y Pelayo Obispo de León  ( Dcha.)

(….)

Volviendo a la casulla, se creyó que estaba escondida aquí en la catedral (de Oviedo) por temor a que la Iglesia de Toledo la reclamara algún día y surgió la leyenda. Se dijo que estaba en la bola grande de la torre de la catedral, pero se comprobó que no; se dijo entonces que estaba debajo del Arca Santa, pero tampoco; se pensó luego que estaría detrás del retablo de la capilla de San Ildefonso (capilla que desapareció en la voladura de la revolución de 1934), pero allí tampoco estaba y por más que se buscó nunca apareció.

¿Qué fue de ella entonces?, pues hay muchas posibilidades, a saber:

  • Que a pesar de “haberla visto” tanta gente, nunca haya existido
  • Que nunca hubiera sido incluida entre las reliquias que vinieron a Oviedo
  • Que cualquier persona de las que tuvieron acceso a ella, tanto durante el traslado como en Oviedo, la haya cogido, a saber con qué intención.
  • Que los de Toledo se hayan hecho con ella de alguna manera y la tengan a buen recaudo.
  • Que cualquiera de las personas que estuvieron presentes al abrir el Arca, en un momento de descuido, se la hayan llevado.

Y podríamos seguir así con un montón de hipótesis más, pero me temo que no llegaríamos a ningún sitio, pero si me gustaría aclarar algo y esto es sólo mi forma de pensar: Si las reliquias fueron traídas a Oviedo para ponerlas a salvo, ¿por qué una vez pasado el peligro no se devolvieron?, yo creo que hubiera sido lo justo. Ya se que en aquellos tiempos cualquier catedral, iglesia o monasterio adquirían fama y por lo tanto atraían a mucha gente dependiendo de lo famosas que fueran sus reliquias, de ahí que el mercado y falsificación de las mismas estuviera a la orden del día (sería un buen tema para otra ocasión). Pero insisto, si alguien te confía algo para que se lo guardes, no te puedes quedar con ello, tienes que devolverlo. En cuanto a la casulla, me temo que pasará a engrosar la lista de misterios sin resolver.

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