Introducción

Hay un detalle sobre el que no me preocupé en exceso a la hora de plantear ni de escribir la novela, pero que, sin embargo, me parece parece que tiene toda su importancia, porque es cierto que, de manera un tanto indirecta, se hace mención a ello como reflejo de la mentalidad y personalidad de Ana, de cómo se plantea ella esta convivencia de la Pascua y su en general.

No queda muy claro lo que lleva ella en la mochila, cómo se la prepara, si se siente de algún modo condicionada por los acontecimientos o se deja llevar por la rutina, por la costumbre, ya que sabemos que estuvo de campamento, en la convivencia de novios y al menos en la convivencia organizada en la ciudad durante la Navidad, que no es una chica que se pregunte eso de «¿Qué me llevo?»

Hacer la mochila

Lo primero que es elegir una mochila adecuada para tu viaje, con la capacidad idónea, que sea cómoda, resistente, impermeable y que tenga varios compartimentos para organizar sus pertenencias. Podemos suponer que ya cuenta con ella y no hace falta que se busque otra.

Hay que preparar una mochila con idea de pasar cuatro días fuera de casa, de las comodidades del hogar y, hasta cierto punto, de las atenciones de sus padres, aunque ella ya tenga edad y madurez más que suficiente para ser autosuficiente pero aún vive en casa de sus padres, porque se entiende que son una familia muy unida y su primer intento de emancipación se ha visto frustrado por sus problemas de salud, por esa ruptura sentimental con Carlos, que ha dejado sus planes en nada.

Van a ser cuatro días viviendo en un pueblo con cierta privación de comodidades, dado que se trata de vivir la Pascua y no de unas vacaciones con los amigos. Por lo cual, por reducir costes, no habrá más comodidades de las indispensables, nada de lujos. Consciente de que habrá de pasar tiempo en oración, pero también participando de la liturgia y de algunas de las costumbres y celebraciones del pueblo en estas fechas tan señaladas.

Lo segundo es hacer una lista de lo que va a necesitar en su neceser. Algunos productos básicos son: cepillo y pasta de dientes, champú, gel, desodorante, crema hidratante, peine, toalla, maquillaje, etc. Puede usar envases pequeños para ahorrar espacio y peso.

Lo tercero es seleccionar la ropa y el calzado que va a llevar, teniendo en cuenta el clima, la duración y el tipo de actividades que vayas a realizar en tu convivencia. Lo ideal es que llevase ropa cómoda, versátil y que se pueda combinar fácilmente.

• Algunas prendas que no pueden faltar son: un par de pantalones, una falda o un vestido, unas camisetas, una sudadera o un jersey, una chaqueta, un abrigo, un pijama, ropa interior, calcetines y una toalla.
• Para el calzado, son aconsejable unas zapatillas deportivas o unos zapatos cómodos y unos chanclas.

No debería olvidar un par de bolsas para guardar la ropa sucia.

Lo cuarto es incluir lo que vaya a ser propio y necesario para estos días como el diurnal para las oraciones de cada día, una biblia para las meditaciones, un cuaderno y al menos un par de bolígrafos para cuando quiera anotar algo, porque, además, sabemos que tiene que dar una de las charlas y no puede dejarlo a la improvisación del momento.

Lo quinto, aunque ello le haga ganarse el desagrado de las demás chicas con las que comparta alojamiento, si no quiere utilizar la alarma de su teléfono, necesitará un despertador que no le falle por las mañanas

Lo sexto es revisar tu mochila antes de salir. Comprobar que no se olvida nada importante, como el documento de identidad, el dinero, el móvil, el cargador, las llaves, las gafas, los medicamentos, etc.

La mediación es importante porque no hemos de olvidar que, aunque aparente buena salud y se sienta tan llena de vida como el resto, ella se ve un tanto condicionada y limitada en ese sentido. El hecho de que vaya a estar fuera de su entorno conlleva que sea un poco más responsable y esté más pendiente de estas cuestiones.

¿Falta algo?

En principio y desde un sentido práctico puede parecer que no falta nada, dado que, en principio, ella irá en su propio coche y no tiene más que confiar en que quienes vayan a ir con ella, sus amigas, no le fallen ni lleven exceso de peso en su equipaje

Habrá quien dirá que, dado se trata de a celebración de la Pascua, no estaría de más que llevase limpio el corazón. Pero, si no leemos lo que se dice en la novela, se puede entender que es algo que ya ha tenido en cuenta.

De Toledo vendrán cinco, tres chicos y dos chicas. Manuel será uno de ellos. Será la primera vez que coincidamos en algo así y no sé qué pensar al respecto. Mi D. E. me ha aconsejado que no le haga mucho caso, pero es que, después de nuestra charla del otro día, no sé qué pensar.

Ana. Silencio en tus labios. martes, 14 de abril 2003

D.E. => Director espiritual, un sacerdote de su confianza.

La Pascua será entre los días 15 y 20 de abril de 2003

No sabemos a qué hora Ana escribe en su diario, pero se puede suponer que última hora de la tarde, dado que sí sabemos que ella trabaja en la gestoría de sus padres y cabe pensar que no se ha tomado toda la semana de vacaciones, al menos no estos dos primeros días

¡El que faltaba!!

Lo que de algún modo condiciona que Ana tome una elección y otra a la hora de prepararse la mochila, no es tanto que se trate de cuatro días fuera de su casa ni siquiera de las privaciones impuestas por estos días en donde de da valor a su compromiso frente a la comodidad, aunque vaya a tener las necesidades básicas cubiertas y tampoco es que vaya a quedarse al raso. Habrá un alojamiento para lo chicos y otro para las chicas, dos casas del pueblo.

Lo que le va a condicionar, quien de manera indirecta influirá en sus elecciones a la hora de escoger su vestuario, será Manuel, dado que es fácil intuir y suponer que ninguno de los dos será ajeno a la presencia del otro. Es más, Ana se puede llegar a temer que éste se la coma con los ojos al menor descuido, por mucho que le haya aconsejado que se contenga en esos impulsos.

Es un chico que en el fondo tiene su encanto, pero ¡muy en el fondo!, según algunas. De momento, no le pondré en mi grupo, no sea que se piense algo raro al respecto, aunque tal vez debiera darle una oportunidad e insinuarle algo. No lo tengo claro.

(…)

Aunque ya sé eso de que para el amor no hay barreras y que tal vez debamos darnos una oportunidad, pero ya sé cómo es él, lo que hemos pasado hasta ahora y no creo que las expectativas sean muy alentadoras. Él está obsesionado conmigo, porque no creo que sus sentimientos tengan otra definición. Hasta ahora ha sido un poco tonto, pero no es mal chico.

(…)

Por mucho que no quiera, que no me agrade la idea como tal, estaremos juntos la mayor parte del tiempo. Confío que él entienda el sentido de “estar juntos” y no se lo tome muy literal. Tan “juntos” no estamos. 

Ana. Silencio en tus labios. martes, 14 de abril 2003

También sabemos que, a pesar de este inicial recelo, Ana no ha descartado del todo que los acontecimientos de estos días marquen un progreso en su trato con Manuel, por lo cual esa aparente frialdad no es más que un juego por su parte, que se ha de plasmar de algún modo en su modo de actuar, de vestir.

Tiene la oportunidad de conocer y tratar con Manuel fuera de lo que han sido las reuniones mensuales en Toledo, arropados por toda la gente del grupo, esta vez la gente con la que están será mucho menos, serán más del grupo de Ana y estos reencuentros y despedidas no serán sin fecha fija, como muy tarde al día siguiente, con ocasión de verse con la cara aún sin salvar, si no han tenido ocasión de asearse antes de acudir a la iglesia o a desayunar.

Es más, como se trata de la Pascua, al no poder dormir en la comodidad ni privacidad de sus camas, sino en el suelo, metidos en sacos, lo de dormir no siempre será un lujo del que puedan disfrutar tanto como quisieran. Por lo cual lo de mostrar su mejor cara a primera hora de la mañana no siempre será factible.

Origen

• SILENCIO EN TUS LABIOS
• Ana. Silencio en tus labios. martes, 14 de abril 2003