El alojamiento de los chicos

Introducción

Como sabemos a esta convivencia de la Pascua han acudido siete chicos y hay que contar con que al menos en la última noche se les una otro más, Carlos, el exnovio de Ana, quien sabemos pone su coche a disposición de la gente de su parroquia y además tiene una conversación pendiente con Ana. Por lo cual a los chicos se les ha de buscar un alojamiento con cabida para ocho.

Por preservar la privacidad e intimidad de chicos y chicas, este alojamiento tiene que ser diferente al de éstas, lo cual se pone de manifiesto desde el primer momento, porque se dirige todo el grupo hacia allí antes de acudir a la iglesia del pueblo para asistir a misa.

Una casa cerca de la iglesia

Alojamiento de los chicos según Copilot designer

Dar la ubicación de la casa en referencia a la iglesia del pueblo, en principio puede parecer un detalle menor. Tampoco se especifica el tamaño del pueblo ni se dan muchas características de éste. En cualquier caso, se puede interpretar que se encuentra en una zona céntrica del pueblo, un lugar de paso casi obligado, una casa que a diferencia del alojamiento de las chicas destaca más.

En realidad, en la novela tampoco se le da excesiva relevancia a esta casa, no es algo a lo que se dé mucha importancia en la versión de Manuel, excepto en una ocasión, en que se da a entender que a esta casa se entra por la puerta.

A diferencia de las chicas no se dice que los chicos se dediquen a observar por la ventana, en sus despertares matutinos se centran más en asearse para cumplir con el horario. Por lo que cuenta Manuel, da la sensación de que este alojamiento no es más que el lugar donde guardar la mochila mientras está ocupado en las actividades propias de la Pascua.

Los chicos

Siete chicos de la convivencia // Copilot Designer

Entre los chicos no parece haber excesiva complicidad, cada cual se ocupa de sus asuntos y parece indiferente a los problemas del resto salvo que se trate de alguna actividad que hayan de hacer todos juntos, de ahí que el hecho de que sepamos que los otros dos chicos de Toledo hayan acudido con su respectiva novia tampoco tiene demasiada relevancia.

Lo que se dice en general de los chicos es que hay algunos que tocan la guitarra, que ponen la música en las celebraciones, se supone que cuando las actividades de grupo se lo permiten. Es decir, que frente al hecho de que Manuel parece no asumir ninguna responsabilidad, los demás si tienen ocupaciones asignadas.

En cierto modo, el hecho de aludir a los demás chicos es una manera indirecta de mencionar al tipo de chicos que quizá podrían ser del interés de Ana, en contraposición a la actitud y personalidad de Manuel, aunque éste no descubra por parte de Ana ninguna indicación en ese sentido. Es más, casi llega a insinuar que si pusiera a cualquiera de las once chicas en esa tesitura, él no estaría entre sus primeras opciones, que le descartarían.

De hecho, Manuel no hace mención del interés que cualquiera de los chicos pudiera sentir por las chicas, salvo que exista ese compromiso de pareja previo, siendo el resto meros observadores de esas complicidad, de la que participan de manera indirecta. Si hay que acompañar a las chicas, a su alojamiento van todos.

El domingo por la mañana también irán todos los chicos, sin excepción a despertar a las chicas, para cantarles, lo que parece ser una costumbre dentro de este grupo y que se ha ido manteniendo en el tiempo, como la única ocasión que éstas les conceden para que crucen su puerta, siempre manteniendo la compostura, aunque se lleguen a asomar por la puerta de los dormitorios.

Origen