cabecera de "Silencio en tus labios" Ana

Confidencias de chicas

Introducción

Sigo con el análisis de la novela tras la comida del jueves, durante la cual Ana y Manuel han estado han estado jugando al perro y al gato, Ana con miradas furtivas y disimuladas y Manuel intentando en balde conseguir una leve sonrisa de complicidad por parte de ésta cada vez que debía atender su mesa.

Tras la comida, mientras el grupo de Ana recogía con calma y sin prisa, el grupo de Manuel terminaba de comer, de lo que se deduce que aparte de ser una actividad propia de la convivencia, es una sutil excusa de Ana para robarle al tiempo un poco de compañía con Manuel, sin que éste se percate de que esa presunta falta de prisas es por él.

Alojamiento de las chicas // Copilot Designer

La siesta

Tras recoger el comedor, dado que disponen de tiempo libre para echarse una siesta y recuperar las horas que no han dormido en su primera noche en el pueblo, Ana se refugia en el alojamiento de las chicas, quiere aprovechar para compartir impresiones y confidencias con las amigas.

No sé si cierto tipo de confidencias entre amigas son muy apropiadas en un ambiente de Pascua como aquel, pero sin duda la ocasión era propicia para ello, con la seguridad de que ningún chico nos escucharía y que aquella conversación no trascendiera.

Ana. Silencio en tus labios. 17 de abril, 2003

El alojamiento de las chicas es el único lugar del pueblo donde sienten que tienen privacidad, donde los chicos, y en particular Manuel, son ajenos a sus conversaciones.

Ana reconoce sentirse nerviosa, inquieta, lo que encaja perfectamente con la idea que hasta ahora he intentado transmitir de la novela, en este ampliar y aclarar ciertos momentos

Ni yo misma entendía que mantuviera aquella actitud y todo porque en febrero había cambiado mi modo de ver a Manuel y avivado ese sentimiento de enamorada que tanto me recordaba a mi pasado, a mi relación de novios con Carlos.

Ana. Silencio en tus labios. 17 de abril, 2003

La cuestión es que Ana se siente un tanto perdida en mitad de una marea de dudas y sentimientos, hay una pequeña pelea en su corazón porque ni ella misma parece ser del todo consciente de lo que le sucede, aunque ya sabemos que no se ha cerrado del todo a la posibilidad de que en su historia con Manuel acabe por vencer el amor, frente a las reticencias iniciales.

Aquí, en esta conversación, cobra toda su relevancia e importancia su pasado, sus alusiones a su relación anterior, a ese noviazgo que todo el mundo había llegado a considerar perfecto, que Carlos y ella formaban una pareja perfecta, con firmes planes de llegar a dar el gran paso en su relación tan pronto como las circunstancias les hubieran sido propicias, que ya se encaminaban de algún modo en esa dirección.

Carlos (imagen oficiosa para la web)
Carlos (imagen oficiosa para la web) // Copilot Designer

Sin embargo, aquella idílica y cuasi perfecta historia de amor se había visto interrumpida de manera un tanto brusca por los problemas de salud de Ana. Algo que a ella le había afectado hasta el punto de dejar que Carlos siguiera con su vida para ella centrarse en sí misma y no ser un lastre.

Lo bueno por conocer

Dice el refrán que «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer» En este caso ese «bueno» es esa posible historia de amor con Manuel, que en principio parece má un sueño lleno de impedimentos, de obstáculos.

Es más, por lo que las amigas parecen entender, deduciendo que estás no son las de Toledo, las responsables en parte de que Manuel se encuentre allí, «Lo malo conocido» es el propio Manuel, de quien Ana parece haberse quejado hasta la saciedad por los desencuentros y malentendidos surgidos con éste en los meses previos y de los que estas amigas tienen conocimiento.

Estas amigas se muestran, hasta cierto punto, comprensivas y condescendientes con su postura. Ya han tenido ocasión de comprobar cómo se comporta Manuel, es fácil deducir que ellas han estado en la misma mesa que Ana durante la comida y tienen una idea más o menos clara de lo que sucede.

Las amigas, que por lo que Ana aclara no conocen toda la verdad del caso, le dicen que Manuel es un mal menor soportable durante la Pascua. Es más, las amigas se muestran dispuestas a mediar para pararle los pies, como ha sucedido durante la comida, que tampoco es una actitud demasiado grave ni que les supere. Tan solo es un chico un tanto cansino.

Manuel (imagen oficiosa para la web)
Manuel (imagen oficiosa para la web) // Copilot designer

Es tonto, pero no tanto

Mi alivió fue que ninguna de las dos se mostró demasiado crítica ni recelosa e intuí que quizá no recibieran mal la noticia de que entre Manuel y yo comenzase algo especial en aquellos días.

Ana. Silencio en tus labios. 17 de abril, 2003

Al final a la conclusión a la que Ana llega es que a pesar de los reparos y de las confidencias y opiniones no siempre positivas sobre Manuel, en el fondo las amigas no parecen ver con malos ojos esa posible relación entre Ana y Manuel, esa incipiente historia de amor, que, al final, será el corazón y no la razón lo que se termine por imponer.

Ana alegre (Imagen oficiosa para la web)
Ana alegre (Imagen oficiosa para la web) // Copilot designer