Origen: La tribuna de Toledo
El Corral de Don Diego presume desde hoy de una renovación integral que supone el final de uno de los proyectos con mayor personalidad del Consorcio. Más allá de su remodelación o la preservación del espacio se busca que tenga continuidad cultural

Más de uno se frotará los ojos con fuerza este fin de semana para saber si es verdad o no lo que está viendo. Años e, incluso, siglos después el Corral de Don Diego y, especialmente, el Salón Rico que aguarda en su interior estará de nuevo abierto al público tras una profunda renovación estructural, patrimonial, sostenible y cultural.
Es una obra maestra. La del Consorcio de Toledo. No se trata de elogiar por elogiar, sino de recalcar el trabajo que se viene realizando en este entorno desde hace años, antes abandonado a su suerte, por una institución que tiene un fin muy claro, mantener y proteger el patrimonio histórico de Toledo. Con esta intervención lo ha hecho. Dos millones de euros y casi tres años de actuación han servido para dar un lavado de cara a unos metros cuadrados que a lo largo de los siglos fueron esenciales en la ciudad y que hasta ahora estaba desaprovechado, incluso en condiciones insalubres pese a su céntrica ubicación.

El caso es que a partir de ahora se podrá acceder al entorno hasta por tres vías. El de siempre por el que se entra al corralillo, donde se encuentran locales de hostelería, por la plaza de la Magdalena. Ahora, gracias a la creación del graderío creado en la misma plaza, también se podrá acceder a ésta por la calle Trastámara, mientras que uno de los puntos fuertes del proyecto es el tercer acceso y más novedoso, por la cuesta de la Mona, creando un nuevo eje peatonal con la plaza Mayor a través del propio Corral de Don Diego.
A su vez, más allá de toda la intervención material y de remodelación de los edificios históricos, el proyecto está planteado para que tenga «vida». Tal es dicha idea que se han proyectado cinco viviendas dentro del enclave. Los apartamentos residenciales se dividen en dos plantas, en las que habrá dos inmuebles de alrededor de 68 metros cuadrados y dos habitaciones, una más pequeña «para solteros o solteras» de 41 metros cuadrados y otras dos de tres habitaciones cada una que compartirán una inmensa terraza con vistas a la plaza de 77 y 71 metros cuadrados.

A pocos metros y en lo que era un edificio ajeno al proyecto inicial, pero no al plan estratégico que se extiende hasta el año 2030, se ubicará un edificio de uso administrativo que se ha hecho en tiempo exprés y con una actuación «moderna y sostenible». Corroto narra al respecto que este edificio colindante a la plaza se hallaba en un estado muy insalubre hace menos de un año, pero la adquisición en propiedad del Ayuntamiento obligó a cambiar el proyecto de urgencia para integrarlo hasta su inauguración. Su uso se destinará para oficinas y labores de gestión cultural que tengan que ver con el entorno.
Sin embargo, para el dirigente del Consorcio la «sorpresa» se la llevarán los ciudadanos al entrar en su interior. Explica que por fuera mantiene su fachada original y por dentro está compuesto por madera de Cuenca, lo que conforma una «caja de música» ajena a humedades en «un sistema pionero en la ciudad con una envolvente contemporánea».
Otro de los atractivos de esta intervención tiene que ver con la alberca que presidirá la plaza. Ubicada en el mismo punto donde se encuadraba la original 50 centímetros más abajo, «se creará el mismo espejo con la puerta que planteó Diego García de Toledo en el siglo XIII». Al ser preguntado sobre el porqué no se ha creado una simulación de la cerámica que adornaba este elemento ornamental, Jesús Corroto justifica que «el planteamiento era o destacar restos arqueológicos o agua, pero las dos cosas no», por lo que optaron por la segunda opción al no conocer del todo bien las características originales.


Precisamente, la intervención arqueológica llevada a cabo bajo el suelo de la plaza permitió, entre otras cosas, descubrir el peligro de derrumbe de las bóvedas romanas que se encuentran en el subsuelo y que ya han reforzado. A su vez, se realizó un análisis científico mediante los pólenes hallados para averiguar la vegetación que allí vivió hace siglos. De ahí que se haya optado por plantar alcaparras o enredaderas, siendo esta última pequeña en la actualidad con el fin de que inunde uno de los testeros originales de verde en los próximos años.

La joya de la corona seguirá siendo el Salón Rico, donde se ubicará un museo, y donde la rehabilitación de su artesonado ha permitido conocer las raíces heráldicas del palacio de la época. Una intervención restauradora que dio a conocer los escudos de hasta cuatro caballeros (Juan Alfonso de Ajofrín, Diego García de Toledo, Diego Gómez Barroso y Pedro Suárez de Toledo y Ayala) y las relaciones que los unieron en este espacio toledano.


En definitiva, el nuevo entorno del Corral de Don Diego supone un antes y un después para la ciudad y para el Consorcio, que da a luz al trabajo de mayor personalidad e implicación desarrollado por la entidad hasta el momento. Sea cual sea la valoración institucional o ciudadana, Jesús Corroto desea que la intervención no se quede aquí, «sino que tenga continuidad» con actividad cultural en el entorno.
Una nueva calle por la que hacer historia

Uno está tan acostumbrado a pasear por su ciudad que muchas veces no se para a pensar cómo surge la calle por la que circula diariamente. Actuaciones arquitectónicas como la que se ha realizado en el entorno del Corral de Don Diego ha traído consigo el nacimiento de una nueva vía pública. Una apertura en la superficie de estos terrenos permitirá crear un eje peatonal que conectará nada más y nada menos que la plaza de la Magdalena con la Mayor, donde se ubica el Teatro de Rojas, a sólo unos metros. Hasta ahora dicha conexión se podía hacer por la calle Tornerías o por Trastámara bordeando el propio Corral de Don Diego.
Un nuevo acceso a la ciudadanía que no está terminado. Entre comillas. Esto es así porque en los planes del Consorcio de Toledo la idea es continuar esta nueva vía peatonal por debajo del edificio de viviendas ubicado en la plaza. Esta idea surge porque bajo las mismas se encuentran varias galerías subterráneas con bóvedas romanas en su interior. Aunque el estado actual requiere de otra intervención, el plan estratégico del entorno incluye una futura actuación para su rehabilitación, de manera que pueda conectar este punto más cercano a la cuesta de la Mona con Tornerías. Para ello, el Consorcio aún se encuentra en negociaciones con los propietarios del suelo. Cuando esto se acometa, tanto en dichas bóvedas como en las ubicadas bajo la plaza -que han visto reforzados sus cimientos- se pasará el georradar para obtener nuevos vestigios del pasado de la ciudad.
Una nueva calle ha nacido en Toledo y voces autorizadas como Pablo González, arquitecto del Consorcio, plantea a nivel personal la posibilidad de que esta nueva calle reciba el nombre de Mencía de Ayala, por lo que representó en el entorno y que tan bien ha quedado grabado en el artesonado del colindante Salón Rico.
Viernes 21 de junio
La programación prevista para la apertura del nuevo espacio urbano comenzará con el acto institucional de inauguración con la asistencia de autoridades que tendrá lugar a las 10:00 horas del viernes 21 de junio. A partir de las 16:00 horas comenzarán las jornadas de puertas abiertas a la ciudadanía– gratuitas y hasta completar aforo- con las que el Consorcio quiere dar a conocer el nuevo entorno de regeneración urbana del Salón Rico y del Corral de Don Diego. Para ello, se ha ideado una programación casi simultánea, con diferentes actos para una plaza casi en constante actividad.
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- El Salón Rico abre hoy con nuevo ‘look’ casi tres años y dos millones de euros después | Noticias La Tribuna de Toledo
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