Introducción
Lunes, 27 de octubre de 2003.

La cuestión fue que, como consecuencia de aquel tema, transcurrió todo el mes de noviembre sin que encontrase un fin de semana en que Manuel me hiciera una visita y, como le había advertido, yo me consideré atada por el trabajo.
Ana (Borrador)
Lunes por la mañana
Nos podemos imaginar cómo debió ser el lunes para Ana, con esa mezcla de sentimientos y frustraciones, ante la constatación de que su relación con Manuel va en la buena dirección, pero se encuentra con que ahora es a ella a quien se le presentan los obstáculos.
Acude a trabajar a la gestoría con la sensación y la preocupación de que ya no hay un solo rincón de su vida donde Manuel no haya estado; lo que diez meses antes se planteaba como la peor de sus pesadillas, pero ahora le provoca cierta tristeza, porque todo aquello que ahora quisiera compartir con él ha quedado estancado por los acontecimientos.


El sábado por la mañana, acompañado por el padre de Ana, Manuel estuvo en la gestoría para una improvisada entrevista de trabajo y en parte para que el padre ejerciera y se convenciera de la conveniencia o no de dar su beneplácito a la relación. Hasta cierto punto, para que Manuel fuese un poco más consciente de en dónde se estaba metiendo, sin asustarle demasiado.
Según podemos deducir, al parecer el padre terminó encantado con el muchacho, lo cual es una buena señal y desvanece muchos temores al respecto, aunque el problema está en que lo de hacerle hueco en la familia no es tan sencillo como hacérselo en la gestoría, donde aún queda por determinar dónde encajarlo en función de sus capacidades y las necesidades del negocio.
En las oficinas de la gestoría no hay despachos libres y tampoco se plantean un cambio de local ni hay nadie que necesite ser sustituido, más cuando se asume que Manuel no está a la altura de asumir un puesto de gran responsabilidad. Su principal mérito es que es el novio de Ana y lo de pasarse el día cruzado de brazos no le favorece.
En realidad, como Ana conoce a su padre, y nosotros ya nos vamos haciendo una idea de la mentalidad de éste, asumimos que, como hombre de negocios y padre que quiere favorecer los intereses de su hija, sabrá encontrar una solución viable y sin excesivo riesgo, de tal manera que el beneficio sea para todos. Sin embargo, si llegado el momento hay que dar una patada en el culo a alguien, que a ellos no les llegue a doler demasiado el pie.
Los problemas se multiplican.
Si lo de Manuel fue su único agobio, sería soportable; más o menos la solución ya está planteada y tan solo es cuestión de ponerla en práctica. Todo es cuestión de buscarle alojamiento a Manuel, porque en casa no consienten que se quede, y una vez éste en la ciudad, lo de hacerle hueco en la gestoría no sería tan complicado; se improvisaría algo.
La problemática viene como consecuencia de la situación de la hermana, de la hija pródiga y de ese embarazo no deseado. Ante lo cual los padres no se quieren quedar al margen, de manera que serán estos quienes vayan a reunirse con esta, en vez de ser ella quien regrese a casa. De hecho, no se plantea volver, aunque sí entregarles al bebé en cuanto nazca.

Esto le afecta a Ana en el sentido de que, cuando su expectativa era buscar argumentos para convencer a Manuel para que acepte la propuesta de trabajo y se mude a la ciudad, ahora se encuentra con que la situación le obliga a cambiar sus prioridades. Tiene que asumir nuevas responsabilidades de dirección del negocio. Si ella fuera la jefa, y no la hija del jefe, ¿contrataría a alguien como Manuel?
Por descontado, respalda a su hermana y entiende que en las circunstancias en que ésta se encuentra los padres no se pueden quedar al margen; alguien ha de poner un poco de cordura en su vida. Por lo cual, como hija seria y responsable, se hace cargo de la situación en la parte que le toca.
En realidad, se lo puede tomar como un aviso o advertencia, de cara a cómo evolucione la relación con Manuel, aunque ella actúe con un poco más de prudencia y no se haya planteado cometer ninguna locura en ese sentido, porque sabe a lo que atenerse. Con una hija rebelde en la familia es más que suficiente. Casi mejor que Manuel se mantenga a distancia en todos los aspectos, mientras no demuestre su verdadera valía personal.
Madre antes que amiga.
Marta es la hija pequeña, la consentida. Mientras que a José, el hijo mayor, y a Ana, se les ha exigido más porque debían dar ejemplo y se espera de ellos que sepan estar a la altura de las circunstancias. Ellos dos serán quienes hereden el negocio.
Por lo que conocemos a Victoria, la madre, es una mujer con grandes expectativas puestas en sus tres hijos y el único que por el momento parece que no le ha defraudado en ese sentido es José, quien ya está casado, le ha dado un primer nieto y sobre todo trabaja codo con codo con el padre para sacar adelante el negocio. Lo tiene como su ojito derecho, como se suele decir.

Ana, en lo laboral, ha cumplido con las expectativas, también se ha formado para asumir responsabilidades en el negocio y puede decirse que están encantados con ella. Sin embargo, en lo personal, tiene ese pequeño gran problema de salud que condiciona su existencia, a la expectativa de cómo evolucione con el tiempo. Pero sobre todo está la cuestión de los novios, esa ruptura con quien parecía el chico perfecto y esta nueva relación con un chico que tiene mucho que mejorar.
Marta es su mayor quebradero de cabeza. Se ha marchado al vivir al extranjero, defiende su independencia personal a capa y espada y se crea problemas que se podrían evitar si actuara con dos dedos de frente. A los chicos hay que saber ponerles límites y, sobre todo, no fiarse de quien no se lo merece y la va a dejar plantada ante la primera complicación.
La vida de Ana no es perfecta.
En conclusión, la vida personal, familiar y laboral de Ana tampoco es tan perfecta, por lo que, de algún modo, con todo este asunto de la hermana, con este tener que armarse de paciencia y confiar en que con el tiempo mejoren las circunstancias y le sean más favorables, se ha destapado toda su realidad, los trapos sucios.


Así es como de algún modo queda planteado lo que será el desarrollo de la novela y de esta historia a partir de ahora, centrada en la vida de Ana, más que en la de Manuel, con la tesitura de que éste se verá obligado a encajar en esta familia y los problemas los perseguirán. Ante todo se busca que permanezca el amor, aún incluso después de tomar decisiones equivocadas que les condicionen.

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