Introducción

Jessica, 12 años
Superado con más o menos fortuna el 5º curso (1991-92), este primer curso con la asignatura de Spanish y el año en que parece que no hay más noticias que lo que sucede en España, llegamos a abril de 1993 y lo primero que Jessica nos cuenta es que su día de cumpleaños no tendrá nada de particular, que de hecho esta vez la han castigado.
Ya asumimos que debido a lo particular y peculiar de su vida tampoco se espera que haya grandes cambios ni novedades en su vida, salvo que ella misma lo provoque, con el aliciente de que se hace mayor, pero hay malas costumbres que parece no corregir con los años.
La víspera de su cumpleaños se ha vuelto a escapar del St. Clare’s sin permiso y para acercarse al parque para jugar con los chicos, porque necesitaba desahogarse y el hecho de ganar en madurez y autonomía provoca que se sienta más segura, menos obligada a avisar porque ya se supone que empieza a saber cuidarse sola.
Ha defraudado la confianza de Ana, quien por lo que se cuenta, para esa tarde le tenía preparada alguna sorpresa, una visita, lo cual es como para pensar que Jessica se había enterado con antelación y ha reaccionado como siempre «¿Pies para qué os quiero?». Ella no quiere saber nada de nadie, salvo de su padre, pero siguen sin llegar visitas.
Ana se siente defraudada
¿Te parece justo? Ana se está mostrando bastante comprensiva y condescendiente, le permite que se ausente de las clases de Spanish en el colegio, parece que se muestra bastante comprensiva con toda la problemática de Jessica. Sin embargo, no da la sensación de que ésta se lo sepa agradecer, de muestras de estar dispuesta a corregir sus malas costumbres.
Ana se queda para cuidarla durante las vacaciones de primavera, porque, de otro modo, habría que buscarle una familia de acogida y que pasara esta semana en otra parte y a cambio Jessica, en vez de mostrarse un poco más obediente, menos rebelde, hace sus propios planes sin contar con ella.
Ser una niña responsable es asumir que, mientras los demás disfrutan de las vacaciones, ella ha de encontrar tiempo y ganas para estudiar, sobre todo porque se entiende que, aunque no es algo que le agrade, lo de la asignatura de español no es algo que haya quedado en el olvido por el hecho de no acudir a clase. Jessica lo tiene que estudiar, aprender y practicar por su cuenta, teniendo a Ana como profesora.
Mucho que perder y poco que ganar.
Por lo pronto, aunque no sea ninguna sorpresa ni novedad, no habrá fiesta de cumpleaños, celebración, ni aún en el remoto supuesto de que esta vez se hubiera ilusionado con ello. No se cumplen once años todos los días y el año anterior, al menos se tuvo que dar una ducha, para cerciorarse de que al menos una vez al año se aseaba en condiciones. Esta vez no va a recibir más atenciones de las debidas.
Por otro lado corre el riesgo de perder todas las ventajas y privilegios derivados de su problemas y de su victimismo, es decir que Ana se empieza a plantear muy en serio que Jessica asista a clase con normalidad y se enfrente cara a cara con sus problemas, pierda la vergüenza el recelo hacia la asignatura de Spanish.
A nivel académico esa injustificada no asistencia a clase puede reportarle graves consecuencias en sus expediente, cerrarle muchas puertas y crearle una falsa sensación de seguridad, como si por el hecho de que algo no le guste se haya de sentir liberada de ello. Todo gran «poder» requiere una gran responsabilidad, tiene consecuencias.
Aparte que, si no se muestra como merecedora de la confianza de Ana, ha de asumir que esta confianza es de doble dirección, que Jessica confía en Ana bajo la condición y el compromiso de que ésta buscará a su anhelado «Daddy». Se asume que Ana ya ha dado muestras de saber hacer uso de su teléfono móvil, aunque en lo referente a este asunto aun no haya habido ningún resultado positivo.

El castigo
La consecuencia de este mal comportamiento por parte de Jessica, de este escaparse del St. Clare’s sin permiso y con premeditación es escribir una pequeña redacción en español.
Sí, una redacción en español. Hasta ahora los castigos han sido de búsqueda de información o noticias sobre España, junto con esos ratos de lectura en voz alta de textos. Sin embargo, lo de la escritura, al menos para nosotros, supone una novedad. Jessica es de las de «I don’t speak Spanish«, pero Ana pretende y espera que se trague su orgullo.
Se supone que ya lleva dos años obligada a que el español le entre por los ojos y por los oídos, incluso que le salga por la boca, pero ahora se trata de comprobar hasta qué punto esa simiente de conocimiento está germinando en su cabeza. De si toda esa lucha interna empieza a cambiar la tendencia y todo el esfuerzo da algún fruto.
El castigo, si es que quiero ser merecedora de la confianza de Ana y que ésta no tenga secretos conmigo en todo lo referente a Daddy, es que escriba una redacción de cien palabras sobre lo que quiera. La única condición y lo que más me ha recalcado es que tendré que escribirla en español, porque está segura de que soy capaz de ello y no me supondrá ningún esfuerzo.
Es algo así como un examen práctico para poder evaluar sus conocimientos y aprendizaje, consciente de que cualquier mínimo avance en ese sentido para ella es una muestra de debilidad, de darse por vencida, derrotada por las circunstancias y por lo tanto dejar sin validez esa guerra con el mundo para conseguir que alguien le haga caso y se muevan para localizar a su Daddy.
Le toca evaluar sus preferencias, si quiere mantener al confianza de Ana y asumir que ceder, aunque sea un poquito, le puede aportar mucho beneficio, porque Ana es quien tiene toda su confianza y no quisiera defraudarla bajo ningún concepto o por el contrario sufrir las consecuencias no muy motivadoras de ver cómo ésta deja de mostrarse tan comprensiva y creerse sus cuentos de bebé abandonado.
Origen
- Esperando a mi daddy. Wednesday, April 21, 1993
- Reflexiones personales

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