Quisieron conocerla

Introducción

Seguimos en el miércoles 21 de abril de 1993 (05:30 pm).

Tenemos a Jessica en sola en su dormitorio, que ha intuido por los ruidos procedentes de la calle que van a tener visita. Sí, visita, aunque se supone que el St. Clare’s está cerrado por vacaciones, por la semanas de primavera, por lo que si vienen preguntando por alguna niña hay poco donde escoger y si se plantean buscar alojamiento para alguna, mejor que sean un poco más considerados y no la abandonen.

Vista esquinada del edificio. 3D

Hasta ahora hemos comentado en alguna que otra ocasión que Jessica es poco cooperante cuando se refiere a eso de que le busquen una familia de acogida y, como tal, no ha contado ningún episodio, por lo que es complicado imaginar cómo se defiende ante ese tipo de situaciones, más allá del hecho de que si quieran algo de ella, antes tendrán que averiguar dónde se ha escondido.

Además, como sabemos, las niñas han de abandonar el St. Clare’s al cumplir los catorce años, no precisamente ese día, pero sí ese año, al finalizar el curso escolar y este miércoles 21 de abril de 1993 Jessica cumple los doce años. De manera que el tiempo es un factor que corre en su contra y no hay noticias de su «Daddy».

Jessica, 12 años

Tampoco es que la vayan a echar a la calle sin más, lo que sería dejar sus escasas pertenencias al pie de la escalera, hacerla salir y cerrar la puerta. Ésta es una institución seria y para todo hay alternativas, pero siempre que sea factible se intenta que las niñas puedan llevar una vida normalizada.

La puerta cerrada

Ana y los visitantes no se quedan en la calle ni trasladan la reunión al despacho ni al salón, suben en busca de Jessica, aunque de igual modo Ana hubiera podido argumentar que en vacaciones allí no hay nadie y no defraudar la confianza que Jessica tiene depositada en ella, sobre eso de que tendrá en cuenta su parecer y será considerada.

Sí, la persona en quien ha depositado su confianza, la defrauda. el día anterior ya tuvieron visita y Jessica se libró por haberse escapado al parque para jugar con los chicos, pero esa tarde se encuentra allí, dos horas antes ha subido a comprobar que esta vez no se había ido sin permiso ni sin avisar.

Lo que se encuentran es la puerta del dormitorio cerrada, como queriendo dar a entender que no espera que nadie abra y la moleste o que en esta ocasión al menos prefiere pasar inadvetida y que confía en que Ana la mantendrá al margen de esta inesperada visita. El dormitorio es un lugar seguro, pero también se convierte en su propia trampa.

Esa puerta cerrada también puede interpretarse como que, si no la ve, tampoco hay una absoluta certeza de que no se haya marchado, escondido, como su primera y lógica reacción ante el desarrollo de los acontecimientos. De hecho, Ana si se permite darle un voto de madurez y reacciona de manera relajada ante las primeras impresiones, sin querer dejarla muy en evidencia.

Ana: (Desde el pasillo) Retira todo lo que tengas para taponar la puerta y sal.

¿Quién querrá acoger a una niña que tiene tendencia a reaccionar de manera impulsiva ante los imprevistos? Es más, con sus primeras palabras Ana parece dar a entender que no ha sido demasiado optimista ni positiva a la hora de hablarles de ella. Es «un saco de problemas«. Sin embargo, no parece que ni tanta sinceridad ni tanta sinceridad hayan provocado que pierdan el interés por conocer a Jessica.

La pareja de ayer.

Por las voces, sin haberles vista directamente, Jessica cree haber reconocido a al matrimonio que ya estuvo allí el día anterior, lo cual le resulta un tanto contradictorio porque por edad se supone que no cumplen con los requisitos para ser una familia de acogida. En cualquier caso, en esta ocasión no les acompaña quien Jessica supone era su hijo.

De hecho, por las primeras impresiones, como si Jessica tuviera esa capacidad deductiva de manera innata, lo único que parece favorecer a este matrimonio es que parece gozar de una muy buena situación económica, que frente a las limitaciones presupuestarias del St. Clare’s, para este matrimonio la cuestión del dinero es irrelevante.

Jessica entiende, deduce, que lo que este matrimonio pretende es llevarse a una niña para hacerle vivir una historia de cuento, ofrecerle uan vida de lujo propia de las novelas y de películas, de la ficción, como si teniendo unos cuantos billetes de sobra en la cartera nada les pudiera impedir comprar la feclicidad de una niña que no tiene nada.

Los ricos deberían ser donantes y no familia de acogida ni de adopción, porque Jessica entiende que la felicidad que ese dinero pudiera ofrecerle a una de ellas, lo justo es que se repartiera entre todas, que fuera algo más altruista y desinteresado por su parte.

Lo que jessica tiene claro es que ni todo el dinero del mundo harán que renuncie a su anhelo de encontrarse con su «Daddy»

Origen