Introducción
Seguimos en el miércoles 21 de abril de 1993 (05:30 pm).
Nos encontramos con que el matrimonio que estuvo de visita en el St. Clare’s el día anterior, con los que Jessica se cruzó al regresar del parque han vuelto, esta vez, se han dejado al hijo en casa, pero se han presentado acompañados por otro matrimonio de edad similar a la suya y han subido hasta los dormitorios para conocer a Jessica.


Se supone que no se permite la entrada de hombres en la casa, que hay un cierta privacidad en cuanto a los dormitorios, pero Ana ha traído a estos dos matrimonios hasta la misma puerta del dormitorrio de Jessica, saltanmdose todas las normas y al amparo de que no hay nadie ante quien rendir cuentas ni a quien dar explicaciones. Jessica no es ninguna chivata.
Jessica es una chica que tiene unas costumbres, alguna no muy recomendable, como esa de trapichear con su ropa y la de los chicos para conseguir que su vestuario sea un poco más variado y se asemeje un poco menos al hedho de dar la impresion de que es una de las niñas del St. Clare’s cuando viste de manera informal

¡Vaya un ejemplo dan los adultos en ocasiones! Porque, además, conociendo las reacciones de Jessica ante este tipo de visitas, esto parece pensado traición, sin que haya tenido posibilidad de evitarlo, con el añadido de que al tratarse de un matrimonio que repite la visita, que acude con otro, es lógico pensar que el interés es máximo.

Ana: (Desde el pasillo) Sé una buena chica y asómate, por favor. Después dejaré sigas con los libros.
¡Nunca tan solicitada!
Esta vez parece 100% seguro que no se libra, que Ana le ha encontrado una familia de acogida, le ofrece la oportunidad de vivir su historia de cuento, si obvia el pequeño detalle de la edad del matrimonio, que podrán ser sus abuelos, pero que, si las primeras impresiones y apariencias no engañan, le podrán comprar todos los caprichos.
Lo malo es que entre los sueños de Jessica no está el vivir una historia de cuento, de princesas, de esas en las que una pobre niña desamparada encuentra un hogar en casa de un hombre rico. en este caso de un matrimonio, porque se intuye que viven juntos y se puede pensar que, con la vejez, pretenden que esta paternidad les devuelva la juventud.
Ana ya sabe que da igual quien acuda al St. Clare’s y pregunte por ella, salvo que se trate de su «Daddy», no quiere saber nada. la inocencia e ingenuidad tal vez se hayan perdido con la edad, pero no así su firmeza y convicción al respecto.

Ana: (Desde el pasillo) No, no es Daddy. De todos modos, sal un momento. Tranquila que no están interesados en ti.
No la van a dejar tranquila
Descartada la posibilidad de escapar por la ventana porque Jessica es una rebelde, pero no alocada, asume que no Ana no le deja muchas alternativa y que por otro lado intenta despejar sus temores al respecto. Le desmiente que ella vaya a ser objeto de una adopción o acogida, pero ello no la librará de las presentaciones

Ana: Esta chica con cara de pocos amigos es la encantadora Jessica. Ellos son nuevos donantes.
Resulta que el «St. Clare’s Home for Girls» es una casa de acogida para niñas abandonadas, huérfanas o procedentes de familias desestructuradas. No es ningín timo ni estafa, por lo cual, dado que las demás se encuentran esta semana con sus respectivas familias de acogida, Jessica se convierte en el único referente y parece ser que hace falta que dé pena.

Si de verdad me importase y pensara que Ana no tendrá reparo en responder, le preguntaría quién es esta gente. Pero de sus palabras entiendo que nadie va a saciar esa curiosidad reprimida.
Más donantes y donaciones implica más presupuesto, más o mejores medios para llevar adelante el cuidado de las niñas que viven allí, porque sobre todo Monica es la que insiste en eso de que no hay dinero para caprichos tontos, aunque Ana no ponga excesivas restricciones en cuanto a eso de la tecnología y estar en contacto con el mundo.
Se supone que la entidad tiene muchos años de historia, que el edificio en sí ya tiene muchos años y que el hecho de que sea una de las pocas residencias qeu ahora cuente con televisión vía satélite no obvia que haya algún que otro problema estructural, necesite de las típicas reparaciones y alguna que otra reforma.
Esta familia no parece que tenga problemas de dinero y aunque ello no vaya a cambiar el hecho de que el St. Clare’s depende administrativa y económicamente de la parroquia a todos los efectos, una pequeña ayudita no vendrá mal.
En 1988 ya se produjeron algunos cambios, pero se asume que no fue una transición fácil ni barata. las quince niñas que residen allí a lo largo del curso, siguen teniendo necesidades que cubrir y donde ya no hay bebés, hay niñas con algo más de edad, pero que también comen, se visten. Ahora las quince niñas acuden al colegio
Origen
- Esperando a mi Daddy. Wednesday, April 21, 1993
- Reflexiones personales

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