Introducción
Seguimos en el miércoles 21 de abril de 1993 (05:30 pm). Las presentaciones a esta gente han sido un momento breve, pero intento. Queda claro que no tienen más interés en Jessica que el hecho de conocerla en persona, confirmar que forma parte del «mobiliario de la casa», del St. Clare’s, aunque lo de «móvil» en su caso no tenga mucho sentido, porque no se mueve de aquí.

Ana: Deberíamos dejarla tranquila. Ya la hemos molestado suficiente y le prometí que sólo sería un momento.
Según le ha explicado Ana, se trata de nuevos donantes, y es un alivio ver que, a pesar de la limitada situación económica de la entidad, hay personas dispuestas a ayudar. Aunque no estén en condiciones de hacer grandes derroches, gracias a estas generosas aportaciones, sentirán un poco de esperanza y la promesa de que manejarán mejor la situación, lo que nos permite respirar un poco más tranquilos.
¿Esta gente importa para la novela?


Si hemos de ser justos y atenernos al desarrollo de los acontecimientos, son personajes bastante secundarios y, en principio, dado que apenas aparecen, que ya casi han perdido gran parte de su protagonismo, sería fácil pensar que nos podemos olvidar de ellos. Ya está clara su misión y finalidad.
El St. Clare’s Home for Girls es una institución que depende casi en exclusiva de la parroquia. Es una entidad sin ánimo de lucro, no tiene como tal una identidad propia y su existencia, después de los cambios producidos en 1988, está vinculada al colegio. Se mantienen gracias a la generosidad de los vecinos del barrio, a la labor social de la parroquia, como institución católica. Al final, quien manda es el Papa.
Entonces, ¿por qué se admiten donaciones o donantes privados? ¿Qué lleva a Ana, como una de las responsables de la entidad, a aceptar aportaciones privadas? ¿Qué interés puede tener esta gente en invertir en una entidad sin ánimo de lucro?
Conscientes de que esa gente anda con los bolsillos llenos, no parece muy lógico que su altruismo social y humanitario tenga mucho sentido para una entidad dedicada al cuidado de niñas abandonadas o procedentes de familias desestructuradas. Una entidad de barrio en una localidad dentro del área de influencia de Boston.

Desde un punto de vista económico, puede sentirse como un esfuerzo injustificado, casi como si pasaran frente a una puerta y lanzaran billetes por la ventanilla del coche. La única gratificación será la satisfacción personal de ayudar a estas niñas que tienen necesidades básicas como cualquier otra.
Es importante recordar que, en muchos casos, las familias de acogida y la recaudación de fondos de la parroquia ya están haciendo ese esfuerzo para cubrir estas necesidades. Es más, tampoco se espera que esas aportaciones supongan un cambio tan significativo. El St. Clare’s pertenece a la parroquia y no a entidades ni individuos privados.
Son «Los Catcher».
La novela, la historia, gira en torno a la vida de Jessica, por lo que no hemos de olvidar en ningún momento el trasfondo de la misma. Jessica sueña con el día en que se reúna con su padre, con su «Daddy». Es un «saco de problemas» y antes de que se resuelva un conflicto se le presenta otro.
Ana, (Ann Josephine Catcher) como su tutora, tan solo pretende ayudar a que su vida y situación resulten un poco menos traumáticas, por lo que recurre a quienes son sus personas de confianza, consciente de que tampoco les pide un imposible y, mientras tanto, le va apretando las tuercas a Jessica para que vaya superando sus conflictos personales.

De un modo más o menos evidente se verá cómo esa ayuda se hace efectiva, con la mentalidad y el buen hacer de esta familia, aunque ello no vaya a impedir que Jessica se vea también involucrada en los problemas que éstos tienen. Será algo así como tener una familia de acogida, pero sin tenerla, sin que llegue a ser consciente de ello hasta tiempo después.
Por el momento, Jessica tiene como único referente a Ana y, ante cualquier problema que se surja, acudirá a ésta. Sin olvidar su empeño de que ella no se quiere mover del St. Clare’s bajo ningún concepto. Su «Daddy» la tiene que venir a buscar allí.
Sin embargo, la vida sigue, los años pasan, tanto para ella como para todos los demás, sin olvidar que la edad límite para seguir en el St. Clare’s son los catorce años y ella acaba de cumplir doce.
Por lo cual, Ana ha echado mano de su teléfono móvil y ha hecho esa llamada, para la que ha recibido la respuesta que esperaba, aunque es mejor que Jessica no sea demasiado consciente de ello por el momento.
Los Catcher ya han conocido a Jessica y ahora queda por averiguar de lo que son capaces, siempre dentro de la legalidad y de la discreción que les caracteriza.
Origen
- Esperando a mi Daddy. Wednesday, April 21, 1993
- Reflexiones personales

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