Introducción
Ha pasado un año desde la visita de aquellos misteriosos donantes que mantenían esa familiaridad con Ana y desde el encuentro de Jessica con aquel chico en el parque. Todo daba la sensación de que era el anticipo de grandes cambios y novedades en el St. Clare’s o, al menos, que habría alguna novedad en la vida y circunstancias de Jessica, pero la realidad es que todo parece seguir igual.
Holydays, March and April, 1994
Sunday 03/27/1994 Palm Sunday
Thursday 03/31/1994 Mandy Thursday
Friday 04/01/1994 Good Friday. No class
Saturday 04/02/1994 Holy Saturday
Sunday 04/03/1994 Easter Sunday
Sunday 04/03/1994 Daylight Saving Time starts.
Monday 04/04/1994 Easter Monday
Monday 04/18/1994 Patriot’s Day. No classes
Tuesday 04/19/1994 Spring Vacation.
Wednesday 04/20/1994 Spring Vacation.
Thursday 04/21/1994 Spring Vacation. My Birthday
Friday 04/22/1994 Spring Vacation
Vuelve a ser el cumpleaños de Jessica, dentro de la semana de vacaciones de primavera, sin que la actitud de Jessica haya cambiado en lo referente a la asignatura de Spanish. Podemos suponer que el profesor de la asignatura sabe de la existencia de Jessica, porque en el listado de la clase consta como «exenta», aunque en la práctica se la haya de evaluar y puntuar como al resto.
De igual modo, sigue sin haber novedades o noticias que nos lleven a pensar que ha habido alguna gestión o avance en esa búsqueda y localización del padre de Jessica, de su «Daddy», ya que la actitud o mentalidad victimista de Jessica no debería limitar la capacidad de los adultos o responsables al efecto.
Que Jessica no quiera o reprima el impulso de localizar Toledo en el mapa o reprima su curiosidad e interés por saber de España no justifica en modo alguno que el resto del mundo también haya de mirar para otro lado. Lo de Jessica, en el fondo, no es más que un chantaje emocional que no debería ignorarse.
En el horizonte queda pendiente determinar el futuro y bienestar de Jessica, dado que su tiempo de permanencia en el St. Clare’s viene determinado por la edad, los catorce años, más exactamente el final del curso de ese año, de manera que, aunque ella sienta que ya se la considera como parte del mobiliario, cuando llegue la fecha límite le darán una buena patada en el trasero y se tendrá que trasladar al otro centro.
Sin embargo, como digo, todo parece tranquilo; la vida sigue como si bastara con pasar la hoja del calendario para que en un abrir y cerrar de ojos se resuelvan todos los problemas, como si hubiera que estar más pendiente de los coches y la gente que pasa por delante del St. Clare’s que por lo que sucede dentro.
Despertar
Si cabe, la novedad de esta mañana, de esta semana, es que, a pesar de estar en la semana de primavera, en el St. Clare’s hay más gente que de costumbre, que Jessica no está sola, por el hecho de que todo el mundo se haya marchado de vacaciones, a excepción de quien se haya quedado al cuidado de ésta.
No tenemos que esperar a que Jessica se despierte y salga al pasillo, que dé señales de vida, para saber que no se encuentra sola. Nos enteramos de ello desde el primer momento, 7:00 a.m., aunque sea madrugar demasiado aun estando de vacaciones. Son los inconvenientes de no estar sola, no poder disfrutar de privilegios.

Monica: [Irrumpe en la habitación] ¡Señoritas, es hora de levantarse! – Nos indica a las tres. —Como estáis de vacaciones, porque no hay clase hasta el lunes, seguro que aprovecharéis el tiempo para estudiar. – Justifica. – Será mejor que os abriguéis porque la mañana se ha levantado un poco fresca, aunque no se espera que llueva.
No es tan solo que sea Monica quien la venga a despertar, casi como si fuera un miércoles lectivo cualquiera, dado que se supone que, en principio, Monica es la tutora de las niñas mayores de 10 años, las que están en Middle School. Entra en el dormitorio, abre esa puerta hablando en plural.
Ya sabíamos que Jessica comparte dormitorio, que debido a las limitaciones de espacio y a que hay quince niñas en la casa, lo de disponer de dormitorio propio es un privilegio que no está a su alcance. De hecho, ya se ha hecho mención con anterioridad a las niñas con quienes comparte el dormitorio, Jodie y Brittany, de su misma edad, aunque con circunstancias personales y familiares diferentes a la suya.

Jodie es la líder de las tres y Brittany mantiene más una actitud de seguidora, mientras que, por lo que sabemos, Jessica va un poco más a su aire, aunque sin mostrarse demasiado recelosa a esta convivencia. Se supone que ya llevan algunos años juntas y se ha creado una cierta complicidad entre ellas, aunque Jessica no termine de integrarse del todo y siga su propio ritmo.
Hay tres adolescentes en casa.
No queda claro por qué esta semana de primavera Jodie y Brittany no se han marchado con sus familias de acogida, como suele ser lo habitual. De hecho, por el listado de días festivos que se aporta, cabe pensar que esta vez las familias no han demostrado la misma predisposición. En todo caso, la primera y principal residencia de las niñas es el St. Clare’s.
Lo que parece que a Monica le hubiera gustado que mandaran de vacaciones, y bien lejos, es su actitud rebelde. Ese relajarse demasiado cuando están de vacaciones, porque, si todo el mundo hiciera como ellas cuando se suspenden las clases, la única ganancia sería económica y a corto plazo, por la reducción del gasto.

Jodie: Cinco minutos más. – Le ruega, porque esta mañana tal concesión estaría justificada.

Monica: La que no se espabile, no desayuna, y ya veremos si aún sigue en la cama cuando llegue la hora del almuerzo. – Nos amenaza. – Ya sabéis que las demás os agradecen el sacrificio. —Nos indica con ironía.
Como siempre que Monica aparece por algún motivo en la novela, en esta historia refleja ese papel de autoridad, de no estar para bromas ni para que se le lleve la contraria, de manera que el hecho de que haya acudido a despertarlas a primera hora de la mañana se asume que es con plena convicción y conocimiento de causa. Que se tiene que poner seria con estas tres adolescentes.
Las tres están de vacaciones, pero el resto de la humanidad, los adultos, ha de seguir con su día a día. Con tres niñas en la casa, si es que no hay más, lo de relajarse es algo que no se pueden permitir. Tampoco es que espere que se comporten como personas adultas, pero sí que faciliten un poco ese trabajo, que no sean un estorbo.
Les hace una sutil advertencia en cuanto al hecho de avisarles de que la pereza matinal puede tener una doble consecuencia: por un lado, que se queden sin desayunar, como si hubiera un horario cerrado al respecto. Por otro lado, si no se espabilan por las buenas, se habrán de quedar en el dormitorio por las malas, privación de libertad.
En definitiva, queda claro que Monica se ha organizado el día y no parece muy dispuesta a estar al capricho de estas tres adolescentes, porque eso de respetar la autoridad parece que, estando medio dormidas, no es algo que tengan muy asumido.
Tampoco se puede pensar que Monica las trate con mucha severidad ni sequedad, que no se quiera mostrar empática con ellas por el hecho de que están de vacaciones y los horarios son mucho más relajados, pero hemos de entender que están a jueves, que las vacaciones comenzaron el sábado y la paciencia tiene un límite.
Se entiende que Monica lo hace por su bien, que es conocedora con antelación de los planes de cada una para ese día, de manera que prefiere evitar las prisas y los agobios de última hora.
Cabe pensar que Jodie y Brittany puede que tengan planes, aunque duerman en el St. Clare’s, quizá pasen el día con sus familias de acogida o quieran fomentar su vida social.
En lo referente a Jessica ya sabemos que su dedicación será estar pendiente de la llegada del cartero, por si esta vez trajese noticias de su «Daddy», porque esa tendencia a escaparse al parque podemos empezar a pensar que ya la acostumbra a reprimir. Los chicos actuán como tales y además hablan en español para burlarse de ella o tener secretos de chicos. Lo cual no es muy motivador.
Origen
- Esperando a mi Daddy. Thursday, April 21, 1994
- Reflexiones personales

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