La lista de besos

Introducción

Nosotros preocupándonos por la actitud de Jessica cuando se escapa o escapaba al parque para participar en los juegos de los chicos y evadirse de su realidad, pero ahora nos enteramos que el verdadero motivo de preocupación debería estar en aquellas que, en principio, no causan problemas y se comportan con una cierta corrección, sin faltar ni saltarse ninguna clase.

Lo más relevante de estas últimas semanas, aparte del cambio de habitación, del hecho de que ya no sea tan niña o que se hayan terminado todas las clases sin que me haya quedado ninguna asignatura suspensa, porque en Spanish con una -D basta, ha estado en que los chicos de clase, con la complicidad de las chicas, han tenido que completar lo que alguno ha denominado “la lista de besos” sin que los profesores se enterasen de ello, porque, según me explicaron, es una costumbre entre los alumnos de 7 y 8 Grade, aunque a mí no me haya hecho demasiada gracia.

Ya sabíamos que los chicos son un motivo de preocupación, pero digamos que esta vez se han pasado un poco de «listos» y no se cortan un pelo a la hora de evidenciar ese interés por las chicas, por demostrar quién de todos es el más gallito, presumido, o como se quiera considerar, con esa pretensión de conseguir besos de cuántos más mejor.

Los chicos parece que se lo han planteado como una actividad extra de clase, como una «asignatura» puntuable y calificable, dado que no se trataba tan solo de conseguir besos, sino de evaluarlos y concretar quién da o recibe los mejores besos dentro del grupo de la clase. Que, si no hay beso, pues lo siento, pero te vas a llevar las críticas y la decepción de todo el mundo.

Jessica, que es una chica que ha demostrado no tener reparo en trapichear con la ropa, en dejarse convencer para que le permitieran participar y formar equipo en los juegos del parque, casi parece la más propensa a participar de esta ocurrencia, porque si no hay beso va a dejar con las ganas a más de uno y después de todo no se trata de la asignatura de Spanish.

Una chica solitaria e introvertida, necesitada de la aprobación de los demás, debería estar dispuesta a lo que fuera y no mostrarse demasiado cohibida, porque de este modo se gana la aprobación de los chicos y en ese nuevo empeño por sentirse aceptada entre las chicas demuestra que está a la altura de las demás, que si las demás saltan al vacío y sin paracaídas, ella es la siguiente

Fiestas adolescentes

La evidencia de que las niñas del St.Clare’s no viven enclaustradas, que intentan llevar una vida normalizada, es que las invitan y acuden a las fiestas que la gente de su edad organiza en sus domicilios particulares, que basta con pedir permiso porque se entiende que tampoco hay motivo para inquietarse. El barrio tampoco es tan grande y se supone que su vida social se centra sobre todo en gente de su edad y que acude al colegio de la parroquia

Jodie y Brittany han llegado a acudir a las fiestas de los chicos del barrio a la que nos invitaban a las tres y para lo que, en principio, contábamos con el permiso de Monica y Ana, confiadas en que sabríamos comportarnos

Jodie y Brittany, que son de la edad de Jessica, aceptan esas invitaciones sin demasiado reparo. Viven integradas en lo que es la vida del barrio y la gente cuenta con ellas. Son chicas alegres, sociables y divertidas. Están integradas y no viven condicionadas por sus circunstancias. Además, se supone que son chicas responsables que no van a dar motivo de escándalo y preocupación.

Jodie y Britanny//Copilot designer

Jessica también está invitada a esas fiestas, porque se supone que no se discrimina a nadie por el hecho de ser una chica del St. Clare’s porque tenga una situación personal o familiar diferente. De hecho, es fácil suponer que si acuden las tres habrá menos reparo que si lo hace una sola o se queda alguna de ellas atrás. Hay que evidenciar un cierta seriedad y formalidad.

Ya sabemos que, en principio, por parte de Monica y Ana no hay mucho reparo en que las niñas se relacionen con gente de su edad. No viven aisladas del mundo y es bueno que socialicen, siempre que sea de una manera apropiada. Nada de ir al parque y esforzarse por demás por lograr esa integración. Tampoco hay que renunciar a la integridad.

Lo malo es que en esas fiestas, en principio inocentes, a las que Jessica por esa mentalidad suya se niega a acudir, porque son fuera del St. Clare’s, por lo que ésta cuenta en su diario y ha escuchado por boca de sus amigos, entre esas distracciones y actividades de las fiestas, está lo de encerrarse por parejas y a oscuras en un armario.

Lo que pase dentro de ese armario ya depende de la valentía, la impulsividad o la paciencia de cada uno de los componentes de esa pareja; entendiendo que todo tiene un límite y que no se va ir más allá de eso de darse un beso, en el caso de que haya una cierta afinidad o que se quiera demostrar tener un cierta osadía.

¿Horas extras en el confesionario?

Confesionario

Queda claro que a Jessica no le motivan este tipo de iniciativas por parte de los chicos, eso de perder la vergüenza propia y mostrarse dispuesta a superar ciertos límites con el único objetivo de ganar esa aprobación social, menos aún por darles alas a los chicos a la hora de presumir de sus logros y conquistas, sobre todo cuando alguno pretende puntuar más que el resto.

Estas confidencias o exclusiones de la vida social del barrio van a tener su repercusión en las relaciones y el trato con los chicos, no tanto por el hecho de que Jessica se muestre como una chica reprimida o con un cierto respeto a su dignidad e integridad, sino por el hecho de que alguno va a sentir que lo deja en ridículo.

Esta moralidad por parte de Jessica no va ser algo muy bien recibido, porque supone en sí mismo un acto de rebeldía contra el orgullo y esa manipulación por parte de ciertos chicos, los menos, pero que más intentan sobresalir y demostrar que tienen una cierta superioridad y dominación sobre el resto.

Hemos de tener presente que Jessica ya anda un tanto escarmentada por su trato con los chicos, que le han llamado la atención por haberse mostrado demasiado desinhibida ante estos por conseguir su aprobación y recalcado los límites de lo aceptable. Que sí se puede relacionar con los chicos, pero no permitir que sean ellos quienes piensen por ella. No tiene nada que demostrarles.

El caso es que da la sensación de que hay cierto tipo de comportamientos que no son de su agrado y que prefiere rechazar de plano antes que tener que arrepentirse después, aparte de por la charla que Monica o Ana seguro le darían, si se enterasen de lo que ocurre.

Vamos a pensar que Monica y Ana están al tanto de todo y no menos escandalizadas por ello, pero ni pueden cerrar la puerta ni pueden ir detrás de nadie cuando sale, porque hay quince niñas bajo su tutela y es preferible confiar en que todas y cada una de ellas, según su edad y la educación recibida, sabe lo que hace o no debería hacer.

Origen