¿Próximo destino?

Introducción

Friday, June 23, 1995. Philadelphia INT APT. (05:00 PM)

Ana y Jessica ya se encuentran en el aeropuerto de Filadelfia. Han descendido del avión, y se dirigen hacia la terminal de salidas para tomar el siguiente avión, aunque antes habrán de cumplir con los correspondientes trámites, por lo que no hay tiempo para distracciones. Lo que hay es prisa porque van algo apuradas de tiempo.

Han de echar a correr por el aeropuerto, porque, aunque las prisas estén justificadas y se puede considerar que están dentro del horario previsto, «on time», hay posibilidad de que su próximo vuelo se marche sin ellas, como no embarquen y ello les obligue a esperar al siguiente o a cambiar de planes y regresar, si ese retraso no les compensa. Ya sabemos que Jessica optaría por lo segundo.

Sin embargo, como están «on time» y aunque ahora mismo se deberían relajar ni distraerse, Jessica reprime su curiosidad por observar los carteles e intentar averiguar cuál es su próximo destino, el final de este vuelo con una escala, si, como parece confirmarse, no regresan a casa.

En los paneles donde se anuncian los vuelos que llegan o salen, no aparece ninguno con procedencia o destino “Toledo INT APT, Spain”, por lo que, si existe, no tiene conexión directa desde aquí. De hecho, ya es casi seguro que nuestro destino final no es Toledo (España), aunque sería maravilloso que Ana me tuviera esa sorpresa preparada, que al principio me haga creer que no vamos y después, cuando menos lo espere, me encuentre con que estamos en Toledo.

Tan solo bastaría con que Ana le permitiera que ojease la tarjeta de embarque con toda la información sobre el vuelo, como hizo con el vuelo de Boston a Filadelfia, donde constaba toda la información, desde la hora y puerta de embarque hasta la hora y puerta de desembarque. Casi hasta se podía saber el nombre del comandante, del piloto.

Es un poco alocado pensarlo en una adolescente de 14 años que no se ha movido del barrio en toda su vida, salvo cuando la han llevado a la playa o al médico, pero dados sus antecedentes, no sería muy descartado que se volviera un poco alocada y pretendiera regresar al St. Clare’s, a casa, por sus medios. El inconveniente es que, tal y como va vestida, no llegaría muy lejos ni sería muy recomendable que lo intentara.

¡No te pares ahora!

Pues, si nos separamos y me equivoco de avión, no me eches la culpa. —Le advierto.

Me parece que te pasarás una larga temporada sin ver cine ni televisión. – Me amenaza. – No te separes de mi lado. —Me reitera. —Ya verás cómo no hay ningún problema y llegamos juntas a nuestro destino. – Me indica.

Al menos dime si estaremos cerca de donde vive Daddy. —Le ruego. – No hemos salido del Medford para nada. – Me quejo.

Jessica ya se empieza a hacer una ligera idea de que se trata de un vuelo internacional, pero no queda claro en qué dirección irá el avión. Ahora mismo el mundo es demasiado grande como para acertar a la primera y sin disponer de la suficiente información ni medios para comprobarlo.

Aquí Ana ya no se vuelve osada ni le propone que sea Jessica quien se muestre atrevida y escoja el destino que prefiera, que pongan en práctica sus conocimientos de Geografía o su capacidad de deducción, porque basta con que sea un poco observadora y se fije en los detalles, que no necesita la tarjeta de embarque para sacar sus propias conclusiones.

Jessica, 23 de junio

Jessica sigue con la ilusión de que, si su padre, su «Daddy», no viene a buscarla, habrá de ser ella quien salga a su encuentro, quien siga las pocas pistas que se tienen de él, por si tienen alguna veracidad y llegar a alguna parte, aunque hasta ahora quienes se han responsabilizado de dicha búsqueda no hayan tenido ningún resultado.

Ana es quien en los últimos años ha demostrado más empeño e interés, pero sus logros se han evidenciado más en el hecho de que Jessica no se moviera del St. Clare’s, no de propiciar ese acercamiento con Daddy.

Por lo cual, ahora que Jessica se aleja, como consecuencia de estas vacaciones de dos semanas, lo previsible es que sea Daddy quien se acerque por allí, pero se encontrará con la puerta cerrada o, lo que es aún más grave, con los albañiles, por lo que tal vez piense que el St. Clare’s ha cerrado y con ello toda posibilidad de que encuentre a Jessica.

Este viaje debería ser con destino a ese lugar de España llamado «Toledo», si es que Daddy aún vive allí, a ser posible llegar antes de que este emprenda ese posible viaje para ir en busca de Jessica.

No te diré nada porque después le echas demasiada imaginación. —Me responde. – Te dejo que saques tus propias conclusiones y aproveches el viaje como mejor te parezca. —Alega.

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