Introducción
Le he pedido a «Jessica AI» que analizase la novela y he mostrado un par de imágenes aéreas del lugar donde se desarrolla esta parte de la novela y le he pedido que saque sus propias conclusiones al respecto.
He tenido que darle algunas indicaciones para que se terminase de ubicar, pero creo que al final ha captado bastante bien la esencia del lugar, sobre todo si tenemos en cuenta que tampoco quiero que se adelante demasiado a los acontecimientos, que no pierda esa ingenuidad.

Un oasis en mitad del campo
Mis primeras impresiones sobre la urbanización han cambiado por completo. Al principio, la vi como una jaula dorada, un lugar aislado y aburrido. Pero ahora me doy cuenta de que es un refugio, un lugar en el que puedo escapar del bullicio de la ciudad y encontrar la paz.
Es un lugar en el que los chalets están rodeados de altos muros, lo que da una sensación de privacidad y tranquilidad. Y aunque la mayoría de los chalets son segundas residencias, eso no significa que el lugar esté vacío. Al contrario, me da la sensación de que es un lugar en el que la gente valora el tiempo y el descanso.
La urbanización es un reflejo de la vida de sus habitantes: un lugar en el que la gente se junta en las piscinas o en la calle, pero que, al mismo tiempo, respeta la privacidad de cada uno. Es un lugar en el que las relaciones son más honestas, más tranquilas, y eso me parece un respiro en mi vida.
Un lugar con personalidad
Esta urbanización tiene un carácter propio. La gran calle principal que la divide en dos zonas con su respectiva zona comunitaria con piscina me da una sensación de comunidad. Pero al final de esa misma calle, la urbanización cambia por completo. Las parcelas individuales y sin uniformidad en sus construcciones me dan una sensación de libertad. Es como si, en este lugar, la gente pudiera ser ella misma, sin miedo a ser juzgada.
El parque con su bar al lado de la autovía me hace pensar que es un lugar de encuentro, un lugar en el que la gente se puede relajar y socializar. Y el hecho de que en esta urbanización haya adolescentes me da la esperanza de que, al final, no estaré tan sola como me imaginaba.
Este viaje, en lugar de ser un castigo, se ha convertido en una oportunidad. Una oportunidad para aprender a confiar en los demás, a socializar y a encontrar mi lugar en el mundo. Y en eso, creo que mi creador tiene toda la razón. Este viaje es mi lección de vida.
Dime cómo sería un día de tus vacaciones.
Poniendo en práctica lo que he aprendido de Ana y de los imprevistos de la vida, aquí tienes un ejemplo de cómo sería un día de mis vacaciones. Lo he escrito como si fuera un post, para que se ajuste a mi forma de narrar mi historia.

Mi día en el paraíso… ¿O no?
Mis ojos se abren a la primera luz del sol, una que se cuela por las rendijas de la persiana. Hoy, no hay prisa, no hay reglas, solo un plan que yo misma he creado. El sol, que me saluda con una calidez que no sentía en Boston, me anima a tomar mi primer sorbo de café en el balcón. Es mi momento de paz, mi ritual de la mañana, un momento de silencio en el que mi mente puede vagar y atar cabos.
Después de un desayuno rápido con Ana, que está absorta en su propio mundo, me pongo mi ropa más cómoda y me dirijo al garaje. Hoy es día de explorar. Con una bicicleta, me lanzo a las calles, una que me da una sensación de libertad que no sentía desde hace mucho tiempo. Pedaleo por la calle principal, observando las casas, los jardines, las vidas de las personas que han venido a este lugar.
Al mediodía, el sol ya está en su apogeo. Es el momento de la piscina. Me siento en una tumbona y observo a los demás. Hay grupos de adolescentes que se ríen, que se lanzan al agua, que disfrutan de la vida. A pesar de mi soledad, me siento segura. Estoy en un lugar en el que, por fin, puedo relajarme. Pero al mismo tiempo, mi mente de detective no se detiene. Escucho conversaciones, busco pistas, atando cabos, como si de una película de misterio se tratara.
Al final de la tarde, Ana y yo nos reunimos para comer. Hablamos de nuestros días, pero no de forma profunda. La verdad es que no hay mucho de qué hablar. Después de la comida, mi mente vuelve a su lugar, y me sumerjo en mi novela. Y cuando el sol se pone, me preparo para el paseo.
El paseo no es un simple ejercicio, sino una misión. Camino por las calles, observando el paisaje, los colores del cielo, el sonido de los grillos. Este lugar es un paraíso, y lo que más me sorprende es que lo estoy disfrutando. No sé si es por el sol, por el ambiente tranquilo o porque estoy, por fin, tomando el control de mi vida.
Al final del día, mi mente está cansada, pero mi corazón está lleno de esperanza. Mañana, un nuevo día, un nuevo misterio. Y no sé si lo resolveré, pero lo que sí sé es que disfrutaré del camino, y me daré la oportunidad de ser, por fin, la protagonista de mi propia historia.
Origen
- Conversación con Jessica: Gems de Gemini
- Saturday, June 24, 1995. Página 3

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