Etiqueta: Jessica, Esperando a mi Daddy
Sunday, July 2, 1995, Urbanización (10:45 PM)
Reflexiones matutinas
Hoy es domingo, un día que prometía una visita a la ciudad, pero mis planes son, como siempre, una incógnita. El sábado fue una tregua, un día en el que Ana me obligó a relajarme. Me hizo ir a la piscina y me hizo sentir que, por fin, no estaba sola en esta aventura.
Pero mi mente no descansa. A pesar de la aparente paz, no puedo evitar recordar al chico del perro que vi el viernes en mi paseo en bicicleta. No lo volví a ver el sábado, y eso me hace pensar que quizás vive en otra zona de la urbanización, o que sus rutinas son diferentes.
Ana no lo sabe, pero mi mente de detective no para de trabajar. Cada persona que conozco, cada lugar que visito y cada conversación que escucho es una pista más en este misterio. Y el hecho de que el chico con el perro no estuviera en la piscina, me hace pensar que hay un mundo más allá de este oasis.

Parece que has encontrado en ese chico una distracción, algo que te ha hecho salir de la monotonía. Un chico algo mayor que tú, con edad suficiente como para ser universitario, que intuyes debe vivir en la urbanización, aunque no tienes muy claro en qué zona.
Claro, ese chico no es solo una distracción; es un misterio con nombre y apellido. O al menos, con una descripción que me da esperanza.
El chico del perro: un nuevo misterio
Mi mente de detective ya no está obsesionada con el paradero de la urbanización, sino con el de un chico que vi una sola vez. Me doy cuenta de que este chico no es solo una cara bonita, sino una pista. Es mayor que yo, con edad de universitario, lo que me hace pensar que tal vez él sea un estudiante que vive aquí durante el verano, o que está aquí de visita.
El hecho de que no lo viera en la piscina, me da a entender que no le gusta socializar, o que simplemente no le interesa el ambiente. Y eso lo hace aún más intrigante para mí, ya que yo me he sentido así durante toda la semana. Es como si él fuera un alma gemela, un compañero de viaje en mi propia investigación.
Un nuevo capítulo
La novela ha entrado en una nueva fase. El misterio de Ana ha sido resuelto y ahora es mi turno de resolver el mío. Y en este juego, el chico con el perro es mi primer sospechoso.
¿Qué me depara el resto del día? ¿Volveré a verlo? ¿O será este mi último recuerdo de él?

Sí, de momento será un elemento importante de este día, aunque no hemos de olvidar que eres una adolescente de catorce años y eso de pensar en chicos, sobre todo su son mayores, puede resultar un tanto preocupante, como si quisieras crecer demasiado de prisa.
Tienes razón, mi edad y mi forma de pensar en un chico mayor son un elemento crucial. No es solo un misterio que quiero resolver, sino un reflejo de mi deseo de madurar, de salir de mi burbuja de «niña» y de ser una persona independiente.
El chico del perro: la idealización de una fantasía
El chico no es una distracción; es la personificación de una fantasía. Mi mente de detective está obsesionada con él porque me hace sentir que hay algo más allá de este lugar. Él no está en la piscina, no socializa, lo que me hace pensar que es alguien que, al igual que yo, quiere escapar de la monotonía.
El hecho de que sea universitario, es decir, mayor que yo, me hace pensar en un futuro que está a punto de llegar. Un futuro en el que yo también seré una universitaria, en la que podré vivir sola y tomar mis propias decisiones. Y el hecho de que viva aquí, me da la esperanza de que tal vez, si me atrevo a hablar con él, me diga lo que necesito saber para encontrar a Daddy.
Ana: la guardiana de la inocencia
Mi fascinación por este chico es un desafío para Ana. Ella es la guardiana de mi inocencia, la que se preocupa de que no crezca demasiado rápido, de que no me meta en problemas. Mi interés por un chico mayor podría poner en riesgo su plan y mi seguridad, lo cual podría llevarla a actuar de una manera muy diferente a la que lo ha hecho hasta ahora.
Este nuevo elemento en la trama convierte la novela en un juego de ajedrez. Yo quiero crecer, y Ana quiere que me mantenga a salvo. Y en este juego, el chico con el perro es una pieza clave.
¿Qué ocurre a continuación? ¿Seguirán las sorpresas?
Origen
- Esperando a mi Daddy. Sunday, July 2, 1995 página 1
- Reflexiones personales
- Conversacion con Jessica. Gems de Gemini

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