Etiqueta: Esperando a mi Daddy
30 de agosto, 1995 08:40 AM
Diario de una Novata: Sobrevivir al High School (o al menos intentarlo)
Introducción: El fin de las vacaciones (y de mi paz mental)
Falta una semana para que empiecen las clases, pero para mí, el verano ya se ha acabado. El despertador ha sonado esta mañana para recordármelo, como si necesitara ayuda. Hoy no es un día de playa ni de lectura; es el día de orientación en Medford High School. Ana dice que tengo que ir, que no puedo faltar. De lo contrario, quienes me acogerán con los brazos abiertos serán los del Matignon High. Así que, aunque las clases no empiezan hasta la semana que viene, este es el verdadero principio del fin. Siento un nudo en el estómago solo de pensarlo. Oficialmente, mis vacaciones han terminado.
1. La Mañana del Juicio Final
La conversación con Ana en mi cuarto ha sido tan predecible como siempre. Ella con sus advertencias y yo intentando no parecer tan derrotada como me siento.
El Chantaje de Ana
Ana sabe perfectamente cómo presionarme. La amenaza es siempre la misma: si no voy al instituto, si falto a alguna clase, me enviará al Matignon High. Y yo sé que lo haría. La única condición para que me dejen quedarme en St. Clare’s este año es que estudie Spanish. Así que no me queda otra, he de renunciar a mi derecho a protestar y estudiar el plan de estudios que se me marcado para este curso. No hay escapatoria.
La Importancia de la «Primera Impresión»
Según Ana, la primera impresión es crucial. «¡Imagínate que el profesor de Spanish se fija en ti, le caes en gracia y consiente que te pases el curso rascándote la nariz!«, me ha dicho con un entusiasmo que no se cree ni ella. Como si un profesor fuera a dejarme en paz solo porque le caiga bien. Sé que tendré que estudiar igual, da igual cómo sea.
Desconfianza Mutua
Cuando me ha ofrecido llevarme en la furgoneta, he desconfiado al instante, igual que ella desconfía de que yo vaya a ir por mi cuenta. Al final, su última advertencia ha sido tan directa como una bofetada:

Pero como no pases de la puerta, ya sabes que se tarda poco en hacerte las maletas.
No bromea. ya me lo demostró hace dos meses
2. Bienvenidos a Medford High: Soy oficialmente invisible
Ana me ha dejado en la misma entrada y se ha ido. Y ahí me he quedado, sola en medio del patio.
- Sola en la Multitud: Todos los demás chicos han venido con sus padres o ya están en grupos de amigos. Me siento ridícula. Como he pensado en ese momento,
"soy la única que no estoy con nadie". La sensación de desamparo es horrible. - Realidad vs. Películas: Esto no se parece en nada a las películas de Hollywood. Ana ya me lo advirtió, que no esperara encontrarme a nadie cantando por los pasillos, sino más bien
"carreras, empujones y aglomeraciones". No espero que a nadie se le ocurra que las bromas lleguen a esos extremos, de cambiar la bandera por la ropa interior de algún ‘nerd’, pero la vida real es mucho más aburrida. Y, sobre todo, aquí la mayoría de la gente ni se dará cuenta de que existo. - Buscando mi sitio (si es que existe): Veo grupitos por todas partes y sé que no encajo en ninguno. Soy una chica de Medford, mestiza, católica y con una vida social prácticamente nula. No soy seguidora de nadie. La conclusión es deprimente, pero clara:
"o me creo mi propio grupo o mi vida en el Medford High será una auténtica pesadilla".
3. En el Aula: Un pupitre vacío y cero amigos
Después de una charla general en el auditorio donde nos han recordado lo importante que es estudiar (nada nuevo), nos han mandado a las aulas con nuestros tutores.
- El Único Conocido: Resulta que Gabe, el único chico que conozco de mi antiguo colegio, está en mi clase. Genial. Aunque «conocer» es un decir. Me ha dejado claro desde el primer momento que prefiere mantener la distancia. Para él soy invisible, y casi que lo prefiero.
- La Lista de Clase: La profesora, Ms. Bradford, ha empezado a pasar lista. Yo soy la primera: «Bond, Jessica Marie». Y la última de la lista, «MacWindsor, Julia Stephanie», no ha venido. Ser la primera me hace sentir extrañamente expuesta. En realidad, si me hubieran puesto el apellido de Daddy, tendría a mucha más gente por delante.
- Una Pequeña Esperanza: El pupitre vacío a mi lado es el de Julia, la chica ausente. Por un segundo, he pensado que quizás podría ser una amiga. Pero he desechado la idea casi al instante. ¿Y si no tenemos nada en común? ¿Y si es una de esas «presumidas» con las que es imposible hablar? Mejor no hacerse ilusiones.
- Distraída, como siempre: Estaba tan metida en mis pensamientos que no me he dado cuenta de que la profesora me estaba hablando. Me ha recriminado que estaba despistada. «Sí, perdón», he dicho. Su respuesta ha sido cortante. «Habla inglés ¿O necesita que se lo traduzca?», me ha preguntado. «Sí, hablo inglés», le he respondido. «Pues, entonces, no se despiste porque me distrae y perjudica a sus compañeros».
4. Pensamientos Finales: El Sueño de «Daddy»
Si aguanto todo esto —el instituto nuevo, la gente que me ignora, la presión de Ana— es por una sola razón: la esperanza de que «Daddy» me encuentre.
Un Curso por Delante: Me siento pesimista. Enfrentarme a la asignatura de Spanish me parece «algo horrible», una pérdida de tiempo. Pero es el trato. Si quiero quedarme en St. Clare’s, el único lugar del mundo donde creo que mi padre podría buscarme, tengo que aprobar. Así que supongo que tendré que esforzarme, aunque solo sea para que Ana cumpla su parte y no me mande lejos de aquí.
El Verdadero Motivo: Mi sospecha es que el viaje de este verano a «Manchego» o «Toledo» fue el intento de Ana de llevarme con Daddy. Creo que hasta entonces él no sabía nada de mi existencia y no estaba preparado para ejercer de padre. Por eso tuvimos que regresar. Pero ahora que lo sabe, a lo mejor intenta ponerse en contacto conmigo. Es la única idea a la que me aferro.

Origen
- Esperando a mi Daddy. 30 de agosto, 1995 página 1
- NotebookLM- resumen de la novela

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