Sin historia de la Historia

Etiqueta: Esperando a mi Daddy

Friday, September 6, 1995. 09:51 AM-10:47 AM History World

Mi Tercera Clase del Día: Historia… o Algo Así

Por Jessica

Introducción: Sobreviviendo a la Mañana

Después de la pesadilla de Spanish y la tensión del gimnasio, venía Historia Mundial I. A las 09:51 AM, justo antes del almuerzo. Apenas eran las diez de la mañana y sentía como si hubiera corrido un maratón. Cerebro frito. Energía a cero. Solo quería que el día se acabara ya.

1. La Clase que Apenas Recuerdo

Mi horario dice «History World I», pero si me preguntas qué pasó en esa clase, no sabría qué decir. Mi mente estaba en otra parte, atrapada en un bucle, reviviendo los desastres de las dos primeras horas. El profesor podría haber estado hablando de pirámides o de la antigua Roma, pero yo no oía nada. Era solo ruido de fondo. Siendo honesta, la clase de Historia pasó como un borrón, completamente eclipsada por mis preocupaciones, que en ese momento se sentían mucho más urgentes que cualquier cosa que hubiera pasado hace mil años.

Casa carpetana

2. Atrapada en la Redacción de Español

Mientras se suponía que debía estar aprendiendo sobre reyes y batallas, mi cabeza seguía en el aula de Mr. Bacon, dándole vueltas a todo una y otra vez.

  • El trabajo en pareja: No podía dejar de pensar en la estúpida redacción que nos mandó. Teníamos que escribir por qué nos habíamos matriculado en Español. ¿Mi motivo real? Un «chantaje emocional» de Ana, mi tutora, para que me dejen quedarme en el St. Clare’s Home. Genial. ¿Cómo se supone que ponga eso en un trabajo sin sonar como una loca o una delincuente? La ansiedad me estaba devorando.
  • Mi nueva «amiga» Yuly: Y para colmo, mi compañera era Julia Stephanie MacWindsor, o ‘Yuly’. En cuanto me dijo que le encantaba el español porque su madre era de España, sentí como si entre nosotras se hubiera levantado un muro infranqueable. Ella, toda entusiasmo y yo, que solo quería salir corriendo. Y claro, tuvo la brillante idea de visitar el St. Clare’s para «recabar información». Sus palabras todavía me taladraban el cerebro: «¡Imagínate qué pensará Mr. ‘Panceta’ cuando lea la redacción y sepa que asistes a sus clases obligada, sin tener ni puñetera idea ni ganas de aprender!»
  • La canción de los chicos: Pero lo peor, lo que se repetía en mi cabeza sin parar, era la canción. Cuando el profesor dijo mi nombre, un grupito de idiotas empezó a cantar. Y no fue una broma tonta. Fue esto: «♫ Jess Bond, Jess Bond, you are Jessica Bond. You can give it to me when I need to come along. Jess Bond, Jess Bond, she is Jessica Bond ♫.» Esa frase en medio… esa humillación se te pega a la piel. Me sentí completamente sola, marcada. La cancioncita me persiguió durante toda la hora de Historia, un recordatorio constante de que este sitio no iba a ser diferente.
Yuly

3. El Eco del Gimnasio

Cuando mi mente no estaba en la clase de Español, saltaba al gimnasio. La cosa se puso aún peor allí. George, uno de los que cantaba la canción, soltó un comentario estúpido. «¡Lástima, ya le había echado el ojo a alguna!», dijo, y el profesor, Mr. Ford, lo paró en seco. Nos dio una charla sobre el respeto y dijo algo que se me quedó grabado: «El acoso tiene consecuencias negativas para toda la vida tanto para los estudiantes que intimidan como para sus víctimas.»

Me sentí como si me estuviera hablando directamente a mí. Pero George no se detuvo. Justo después, empezó a canturrear otra vez, en voz baja: «♫You can give it to me when I need to come along♫». Ahí lo entendí. No era una broma aislada. Era contra mí. El mismo chico, la misma burla, en dos clases seguidas.

4. La Espera del Almuerzo

Al final, mi único foco durante la clase de Historia fue el reloj. Contaba los segundos para que dieran las 10:50 AM y empezara el almuerzo (Lunch A). Necesitaba escapar.

Origen