Yuly: Rumbo al MHS

Etiqueta: Esperando a mi Daddy

Thursday, September 7th, 1995. 06:20 AM

Mi Despertar del 7 de Septiembre: Rumbo al MHS

Por Yuly (Personaje)

Introducción: Un Despertar Demasiado Temprano

BEEP… BEEP… BEEP… El sonido del despertador me taladra el cerebro. Es jueves, 7 de septiembre de 1995, (06:15 AM) y apenas es mi segundo día como estudiante de primer año, pero esta rutina ya se siente como una tortura. Qué pereza. Miro el reloj y sé que mi nueva amiga, Jess, todavía tiene un buen rato para dormir. Pero yo no. Mi viaje desde West Roxbury hasta el instituto es una odisea matutina. ¡Qué diferencia con el año pasado! Mi antiguo colegio, el St. Theresa, está literalmente al lado de mi casa. Podía levantarme, vestirme y cruzar la calle. Ahora, cada mañana empieza con una carrera contra el tiempo.

1. El Viaje Diario: Una Nueva Realidad Familiar

Mi padre y yo salimos de casa cuando todavía está oscuro. El coche se convierte en mi segundo dormitorio durante casi una hora, mientras veo los primeros rayos de sol reflejándose en los edificios del centro de Boston. El olor a café del termo de mi padre se mezcla con una canción en la radio que me recuerda a los veranos en España. Esta nueva rutina ha cambiado toda la dinámica familiar.

Mis padres meditaron mucho la decisión de enviarme a Medford High; es una pieza clave en su plan a largo plazo para que llegue a la mejor universidad posible. Así que, aunque el trayecto sea largo y a veces nos quedemos atrapados en el tráfico, lo acepto. Es parte del plan, un pequeño sacrificio para alcanzar mis metas. Y tengo mis metas muy claras, como matricularme en el nivel Honor el próximo curso. Para eso, necesito sacar la máxima nota en las asignaturas de este año, pase lo que pase.

2. Reflexiones en el Camino: Nuevos Retos y una Nueva Amiga

El viaje en coche me da mucho tiempo para pensar. Mientras veo pasar los barrios de Boston, mi mente repasa los cambios y desafíos de esta nueva etapa:

  • El cambio de colegio: Pasar del St. Theresa, un colegio católico familiar donde conocía a todo el mundo, a un instituto público tan grande y lejano como MHS es un cambio radical. Es un mundo completamente nuevo, con gente nueva y reglas diferentes.
  • La clase de Español: ¡Qué frustración! Con mi nivel, tener que cursar un español tan básico es una molestia, sí, pero es una molestia calculada. Una A+ aquí me libera recursos mentales para Biología y Álgebra, que son las verdaderas batallas de este año. Es como un sacrificio de peón en ajedrez. A veces hay que retroceder para avanzar con más fuerza. Mientras tanto, tendré que aguantar las clases de Mr. Bacon, o como yo le llamo, «Mr. Panceta».
  • Jessica Bond: Ayer me senté a su lado porque era la única que, como yo, parecía no tener tribu. Parecía la única persona en toda la sala que no estaba intentando impresionar a nadie. Hay algo honesto en su forma de estar sola. O eso, o es la única persona, aparte de mí, que no es de Medford. Quizá entienda lo que es sentirse un poco fuera de lugar. Parece reservada, pero no tímida. Este trabajo que nos ha puesto «Mr. Panceta» sobre nuestras motivaciones para estudiar español es la excusa perfecta. Voy a averiguar qué historia tiene.

3. Llegada al Instituto y la Primera Hora de Clase

Llego a MHS justo antes de las ocho. Mi primera clase del día es World History I, pero no con Jessica. Como parte del «Gran Plan MacWindsor para la Dominación Universitaria», mis padres insistieron en que me matriculara en la sección que se imparte en español. «Para que no pierdas la práctica», dijo mamá. A veces su lógica es agotadora, pero tiene sentido. Así que la primera hora la paso sin Jessica, anticipando el reencuentro en la segunda clase del día: Español. Sé que es nuestro punto de encuentro.

Conclusión: Preparada para la Clase… y para lo que Venga

Son las 08:52 AM. Estoy frente a la puerta del aula de Español. Sé que la clase en sí será un rollo, un auténtico rollo, demasiado elemental para mí. Sin embargo, este año es diferente. La idea de compartir pupitre con Jessica y empezar a trabajar juntas en esa redacción sobre nuestras motivaciones le da un giro interesante. Hoy no solo entro a una clase de español; entro a conocer mejor a la que podría ser mi primera gran amiga en MHS. Estoy lista para afrontar el día, para sacar esa A+ y, sobre todo, para afianzar esta nueva amistad. ¡A por ello!

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