02:20 PM. MHS Corridor
A las 02:18 PM suena el timbre y se supone que es hora de marcharse, y aunque los profesores se muestren algo reticentes, el sonido del timbre provoca que todo el mundo empiece a recoger con prisas porque sabemos de los atascos que se montan en la entrada a la hora que salir y a todo el mundo le espera alguien para llevarle a casa. A mí me espera el school bus, el de línea o la opción de volver a pie porque tampoco está tan lejos. Si es por cuestión de ahorrar tal vez haya alguien que se lo plantee como una posibilidad porque admito que la cuota por el uso de bus supone un gasto añadido para el presupuesto de este curso y de los siguientes, en el supuesto de que me quede. Hasta ahora todas las que hemos vivido allí íbamos a pie al St. Francis, que está a un paso. Hasta aquí son alguno más, porque alguien tuvo la genial idea de trasladar el Medford High a las afueras de Medford, a un edificio más moderno y con mejores instalaciones, pero se ha perdido en movilidad. En cualquier caso, estoy convencida de que Ana no hubiera aceptado que me buscase un high school más próximo, insiste en que dedo salir de mi mundo, romper con mis barreras mentales y éste no es más que el primer paso. Para sorpresa de todo el mundo, lo he asimilado sin demasiados problemas. Lo que peor llevo es la asignatura de Spanish. Supongo que en esta actitud tan positiva está el hecho de que he empezado a hacer amistad con Yuly y ello evita que me sienta tan desamparada. Cuidamos la una de la otra, nos complementamos bien y sobre todo hay un buen entendimiento, no como con el resto de las chicas de clase.
Es momento de recoger las cosas de la última clase y pasarse por la taquilla antes de correr hacia la salida, lo que ya he visto que en puede provocar un pequeño jaleo en el pasillo, sobre todo si se juntan los que tienen las taquillas contiguas, porque la presencia de unos entorpece el acceso de los demás, en particular si se viene en grupo, yo de momento en mi quinto día sigo yendo por libre, dado que tan solo estoy empezando a hacer amistad con Yuly y aún no sé si después de haber presentado la redacción ella querrá seguir siendo mi amiga, dado que hoy Mr. Bacon ya nos ha puesto en una complicada tesitura y yo no quiero ser responsable de que la suspendan y tampoco estoy muy segura de que ella se vaya a tomar muy en serio lo de ayudarme con la asignatura, ya que tampoco es de las principales y tampoco coincidimos en todas las clases y es probable que termine por hacer amistad con alguna chica con quien pase más tiempo.
Hoy Yuly y yo tan solo nos hemos visto durante el descanso, pero, si no nos hubiéramos puesto de acuerdo, ella tampoco se hubiera sentido obligada. En cualquier caso, entiendo que las dos tendremos que empezar a planteárnoslo en serio. A mí me ha asustado un poco la charla con Mr. Bacon y entiendo que para ella tampoco ha tenido que ser agradable. Además, ya me ha insinuado que su padre no me considera una buena influencia, por causa de mis circunstancias y porque me puedo convertir en un lastre para ella, aunque por lo que a mí respecta en el St Clare’s presupongo que el viernes pasado todo el mundo acabó encantado con la visita y que Ana es de las primeras que se alegra de que esté haciendo amistad con una chica como ella, a pesar de lo diferentes que somos, pero en cualquier caso siempre es mejor a que sea un chico con el que fomente el trapicheo con la ropa o algo peor. Ana espera que con Yuly tenga un aliciente más para superar todos mis traumas y deje de esconderme en mi mundo interior, aunque entiendo que hubiera sido mejor que fuera una chica del barrio con quien reunirme después de clase.
A pesar de mis prisas o de las suyas, volvemos a coincidir aquí. Esta vez soy yo quien llego después que ella porque el aula de música se encuentra más lejos de esta zona de las taquillas y lo cierto es que me lo he tenido que pensar, pero no me ha quedado otro remedio porque tengo que intercambiar cosas en la mochila porque las necesito para estudiar esta tarde, aunque la recomendación de Ana es que no convierta la taquilla en mi armario supletorio, que a ser posible tenga aquí lo que vaya a necesitar en el día o lo que me vaya a salvar de un apuro, que sea previsora, pero no me confíe. Entiendo que el planteamiento de Yuly ha de ser similar, aunque en su caso, como vive más lejos, tampoco creo que quiera ir con la mochila cargada de aquí para allá todos los días, por lo cual sería lógico que su taquilla esta algo más llena. Lo que de momento ninguna de las dos ha hecho ha sido darle a la taquilla nuestro toque personal, al menos por dentro.
Yuly: Oye, Jess. – Me llama. – ¿Te acercamos? – Me pregunta. – Nos pilla casi de camino y no creo que a mi padre le importe desviarse un poco.
Jess: Ya tengo el bus. – Le contesto porque me parece que su sugerencia es un poco comprometida.
Yuly: Bueno, entonces otro día en que salgamos tarde. – Me propone. – De todos modos, tenemos que tomar la I93 y da lo mismo que sea un poco más arriba o más abajo.
Jess: ¿Te llevan a casa? – Le pregunto.
Yuly: Aún no está muy claro cómo nos tenemos que organizar. – Me comenta. – Tal vez me tengáis que hacer sitio. – Me dice con sarcasmo. – Pero tan solo por las tardes. – Aclara con seriedad.
Jess: Si quieres, se lo pregunto a Ana. – Le propongo. – No creo que les importe.
Yuly: No, déjalo. No lo he dicho en serio. – Me contesta. – Estoy segura de que a mis padres se les ocurre alguna solución para que no tengan que pasar a por mí a estas horas y no me quede aquí hasta muy tarde.
Jess: Tu casa está lejos. – Le digo y constato.
Yuly: Como mis padres trabajan cerca de aquí, tampoco es tanto. – Me contesta. – A primera hora no hay problema porque empezamos casi a la misma hora, pero a última uno de los tiene que escaparse para venir a por mí. – Me explica.
Jess: ¿Por qué no os habéis venido a vivir más cerca? – Le pregunto contrariada.
Yuly: A mis padres les gusta el barrio. – Me contesta. – Mi madre dice que allí se siente un poco más cerca de sus orígenes y mi padre hace lo que sea con tal de verla feliz. – Argumenta con intención.
Jess: Bueno, nos vemos mañana. Me marcho antes de que se vaya el bus sin mí. – Le digo. – Me alegro de que entre tus padres haya esa buena relación. – Le confieso con algo de envidia. – A ti también te deben querer mucho. – Añado.
Yuly: Como me dice mi padre muchas veces, hay ocasiones en que tan solo me soportan. – Me responde con complicidad. – Si pierdes el bus, te esperas y le pido a mi padre que te acerque. – Me reitera. – Ya se aprendió el camino el viernes y la salida a la I93 está bastante cerca. – Alega. – Supongo que ya te habrán advertido sobre los extraños y todo eso, pero somos de fiar.
Jess: Vale, lo tendré en cuenta. – Le respondo y me despido. – Ya supongo que sois buena gente.
Termino de meter mis cosas en la mochila y me dejo la carpeta fuera porque esta vez prefiero llevarla en la mano, aunque no por los motivos del otro día, porque me siento bastante relajada en ese sentido, sino porque con algo en las manos tengo la sensación de que los chicos se desentienden de mí, como si pensarán que por el hecho de que lleve algo en las manos es como si me escondiera de ellos o pensarán que soy una chica más insegura y por lo tanto menos interesante para ellos. La verdad es, que, hasta cierto punto, me da lo mismo lo que piensen de mí: son chicos, son medio tontos y el cerebro no les llega al ombligo. No me apetece complicarme la vida con ninguno de ellos y ya es bastante que el bus compartido, que me haya de sentar donde me dejen y no donde me apetezca, porque la idea de sentarme al fondo no me agrada demasiado y dado que tampoco voy con nadie he de buscar el primer asiento que encuentre libre, sin importarme quien vaya a tener al lado. En estos días ha habido algo de variedad y lo cierto es que aún no he llegado a tener amistad con nadie que me guarde el sitio ni que quiera que quedemos para ir juntos. También es cierto que el bus tiene su ruta y no todo el mundo se baja en la misma parada, de mi clase un chico y yo. Hay gente de otras clases, por lo cual tampoco somos los únicos, pero con los demás aún no tengo la suficiente confianza y me da la impresión de que ya están organizados y no necesitan nuevas incorporaciones en sus grupos.
02:30 PM. School bus
Gabe: ♫ Jess Bond, Bond Jess, you are Jessica Bond. You can give it to me when I need to come along. Jess Bond, Jess Bond, you’re Jessica Bond ♫
Ahora lo fácil sería pensármelo mejor y aceptar la oferta de Yuly y que me llevaran en coche, así me evitaría esta tortura, pero me parece que sería la salida fácil y una manera de que Gabe se sienta justificado y reforzado para seguir con sus burlas. En el bus tenemos que ir los dos y todos los demás que vivimos en por esta ruta de manera que tengo el mismo derecho que él y soy consciente de que ello supone un coste añadido. Lo más económico sería que optara por ir y volver a pie, que tampoco hay tanta distancia, pero por una cuestión de seguridad, de comodidad y para que no me sienta excluida, la mejor opción es el bus. Es más, si cupiera la mínima posibilidad de que ello fuera un aliciente para hacer alguna amistad, incluso sería una experiencia positiva, pero me temo que este curso lo único bueno que obtendré de estos viajes es no mojarme cuando llueve ni helarme de frío durante el invierno. Lo de conseguir que Gabe y los demás me olviden ya me parece una utopía.
Tan solo me queda confiar en que con el paso de los días a la gente deje de hacerle gracia la cancioncita de las narices y me ignoren tanto o más cómo se supone que he de corresponderles para que ello no me afecte, porque tengo la impresión de que piensan que no tengo escapatoria para sus burlas, que de todas las chicas que vamos en el bus yo he de ser quien parezco más desamparada y ellos les supone una ventaja, pero la verdad es que sí he de escoger entre el bus o ir a pie, siempre me queda la tranquilidad de pensar que tengo una alternativa, aunque en realidad deberían ser los chicos quienes se dieran el paseo y no yo.
