Una vez que aludido en el blog al capítulo 22 de «Esperando a mi Daddy», en que se relata la llegada de Jessica a Toledo, su encuentro con Daddy y los primeros días de convivencia y relación con éste, considero que ha llegado el momento de hacer esta reflexión sobre el amor, un paralelismo con «Silencio en tus labios», desde tres puntos de vista diferentes, tres maneras de amar con sus virtudes y sus defectos para intentar comprender el amor tanto en el sentido más literario como en el día a día.
- Yo
- Silencio en tus labios
- Esperando a mi Daddy
1º punto de vista: Yo
Hace tiempo, en una de esas muchas sesiones con el psicólogo, allá por los años del catapum, antes de tener consciencia de mi Asperger, éste me preguntó qué entendía por el amor, el sentido de tener novia. Se lo expliqué a mi manera. Su respuesta me dejó un tanto contrariado, porque me corrigió. Me dijo que aquello no era como tal un verdadero enamoramiento. La reflexión que hago, con la objetividad que me permite el paso del tiempo, es que mis agobios de estos años no se han debido a que los demás no me entendieran, sino a que aquel psicólogo tenía razón: era yo quien estaba equivocado.
Por lo que entiendo, en base a mi experiencia como Asperger, para saber qué es el amor, primero hay que aprender a descubrirlo. Para los Asperger, eso de descubrir, de empatizar con los demás, no resulta tan simple.
Entonces ¿Eso significa que no he experimentado el amor? ¿qué lo he tenido a mi lado y no me he dado cuenta? ¿Quién quiere estar con alguien a quien le lanzas flechas y miradas apasionadas, por quién suspiras y te responde con una frialdad que ni en el Polo Sur en periodo glaciar? Lo admito, a veces uno se empeña en lo que no tiene sentido y al final, como es lógico, sigue sin tenerlo. El coqueteo, el flirteo, las sutilezas de quien se considera enamorado. ¡Todo eso debe ser maravilloso! ¡Ma…ra…vi…llo…so! Sobre todo si se vive desde lo más profundo del corazón y al final se ve correspondido, se comparte con esa otra persona con quien se siente ese vínculo y afinidad hasta el infinito.
2º punto de vista: «Silencio en tus labios»
Ésta es la historia de dos personas, de dos maneras de plantearse el amor y que, a pesar de ser tan distintos en apariencia, en el fondo son el uno para el otro, pero tardan en darse cuenta de ello.
Ana, es una chica que en determinado momento decide dar un giro a su vida, le da prioridad a su salud frente a un futuro prometedor que no le acaba de convencer. Justo en ese momento de su vida, tomada la decisión de dar ese giro a su vida, es cuando el amor vuelve a llamar a su puerta, a su corazón.
Por una parte el amor proviene de alguien no le traerá más que complicaciones en su vida social, supondrá un obstáculo a sus planes de rehacer su vida. ¿Qué chicas se sentiría atraída por alguien así? Ha renunciado al chico cuasi perfecto para tropezarse con uno que tiene los encantos ocultos, por quien más que sentir ese enamoramiento, llega a sentir compasión, a entenderlo casi como una distracción, una manera de quitarse a los demás de encima. Se trata de alguien por quien su corazón vive en una contradicción.
Por otra parte, ese enamoramiento le llega de un extraño, a través de Internet y de manera anónima, se trata de alguien que le escucha y comprende, con quien se entiende, porque tiene la impresión de que los dos pasan por lo mismo y con quien no quiere ningún tipo de compromiso.
3º punto de vista: «Esperando a mi Daddy»
Es la historia de un amor filial e incondicional. ¿Se puede obligar a alguien a que te quiera?
Es la historia de una chica dispuesta a renunciar a su futuro por descubrir su pasado y en este proceso se encuentra con el obstáculo de que su padre es alguien que no es tan diferente a ella, a pesar de que las diferencias entre los dos resultan evidentes, incluso en el hecho de que debido a las vidas y circunstancias de cada uno ese supuesto parentesco resulta una absurda incoherencia.
Jessica procede de los Estados Unidos, de Medford, y viaja a Europa, a Toledo. Parte de la base de que durante años ha mantenido su ignorancia sobre aquello que llegado el momento va a buscar. Su vida en Medford ha estado condicionada por la llegada de su Daddy o de alguna constancia o noticia de la existencia de éste e incluso de que su Daddy sepa de ella.
Su vida podría continuar en Medford, sin mirar hacia el pasado. Se ha graduado en la universidad y se le abre el mundo laboral, la posibilidad de tomar el rumbo de su vida y sentirse liberada de ataduras. Sin embargo, renuncia a todo ello por el amor que siente hacia su Daddy, de quien con más o menos acierto descubre que no es tan maravilloso como se lo había imaginado, pero, por encima de esos pequeños defectos, está la necesidad de juzgarle y valorarle con corazón de hija.
03. febrero 2013
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