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Introducción
Ya lo dice el dicho popular: “Hay tres días en el año que brillan más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi, y el día de la Ascensión».
Urbano IV, publicó la bula “Transiturus” el 8 de septiembre de 1264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de nuestro Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la solemnidad de “Corpus Christi” en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio.
Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de los católicos en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento. La celebración se lleva a cabo el jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés (es decir, el Corpus Christi se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección). Específicamente, Corpus Christi es el jueves que sigue al noveno domingo después de la primera luna llena de primavera del hemisferio norte. En algunos países esta fiesta ha sido trasladada al domingo siguiente para adaptarse al calendario laboral.
Esperando la salida de la Custodia


Desde allí, también seguirán la procesión los embajadores de Chipre, Polonia, Honduras, Hungría y Grecia, y los representantes de las embajadas de Costa Rica y Ecuador.
Corpus 2017




La Custodia de Arfe, sale a la calle por la Puerta Llana de la Catedral Primada para ser expuesta con motivo de la celebración del Día del Corpus Christi. Toledo se engalana con flores, reposteros, adornos y mantones para vivir, su fiesta principal, el Corpus Christi, y poder ver de nuevo la Custodia de Arfe. Si la procesión empieza a las 11:00, la Custodia suele salir de la catedral en torno a las 11:45-12:00. Regresa a la catedral a las 14:00-14:15
Recorrido de la procesión calle a calle

La custodia de Enrique de Arfe
Definida como una de las mayores joyas de la cristiandad, la “Custodia” de la Catedral de Toledo, una torre de más de dos metros de oro y plata, recorre las calles de la ciudad durante el Corpus Christi.
En la capilla de la torre, o del tesoro, bajo la torre de la Catedral de Toledo y tras acceder por una puerta plateresca con las esculturas del “Domine, quo vadis?”, accedemos al recinto que contiene algunas de las mayores riquezas de la catedral toledana, sobre las que destaca la “custodia catedralicia”.
En realidad son dos. En la parte central hay un ostensorio o custodia de mano, de pequeño tamaño y de estilo gótico, mandada labrar por la Reina Católica a finales del XV a un joyero catalán, Almerique, quien utilizó 17 kilos del primer oro traído de América por Cristóbal Colón, además de pedrería y diversas figuras esmaltadas. El canónigo toledano Alvez Pérez de Montemayor, por orden del Cardenal Cisneros, compró esta pequeña custodia en la testamentaría de Isabel la Católica en «ciento treinta y cuatro mil ochocientos dieciséis maravedises», regalándosela a la Catedral en 1505.
Como corto se le quedaba esta custodia a Cisneros, éste encargó al platero Enrique de Arfe otra custodia para realzar y alojar a la anterior. Este maestro alemán realizó entre 1514 y 1524 la gran custodia de plata de estilo gótico-flamígero, a cambio de 2767 reales y durante siete años de trabajo, y que hoy observamos transitar por las calles durante las dos jornadas del Corpus Christi. Tan satisfecho quedó el cabildo con la joya que en la Navidad de 1523 entregó un aguinaldo de 2.500 maravedíes a Enrique de Arfe para que “se comprase treinta pares de gallinas”. En total, hasta quince millones de maravedíes hubo de pagar la Catedral por la custodia (para realizar una equivalencia, decir que con 2000 maravedíes se compraba una vaca, lo que nos da una idea de las cantidades invertidas)
Procesión
Tras finalizar la Misa Pontifical, presidida por el arzobispo de Toledo y oficiada en rito mozárabe, la Custodia de Arfe, gran atracción de la procesión del Corpus Christi, sale por la Puerta Llana de la Catedral Primada para iniciar el recorrido procesional.
En la calle, la Custodia es recibida por salvas reales, el toque de campanas de la catedral y emocionados aplausos y vivas de los asistentes.

Durante el recorrido, impregnado por el aroma a tomillo, romero y cantueso, la Custodia ha estado acompañada por cofradías, hermandades, grupos de jóvenes, bandas de música, niños de Primera Comunión, órdenes afincadas en Toledo, miembros del Seminario Diocesano, del Clero, de la Academia de Infantería y de la Universidad regional, así como pajecillos, acólitos, timbaleros y autoridades civiles y militares.



La comitiva, tras llegar a los Cuatro Tiempos, se encamina hacia la Plaza Mayor, calle Martín Gamero y calle Comercio para a continuación, pasadas las 12.15 horas, una lluvia de pétalos rojos y fuertes aplausos anunciaba la llegada de la Custodia a una abarrotada Plaza de Zocodover, la plaza más céntrica y representativa de la ciudad.






Tras situarse la Custodia bajo el Arco de la Sangre, se hizo el silencio en la plaza para escuchar la tradicional alocución del arzobispo de Toledo y Primado de España.






Tras una breve bendición, la Custodia emprende de nuevo el camino hacia el templo entre una gran ovación del público asistente



Hasta que hace su entrada en la catedral unos minutos después de las 14.00 horas por la Puerta Llana de la Catedral.

Tras la procesión, los cadetes de la Academia de Infantería de Toledo desfilan por las calles, desde la cuesta del Alcázar hasta la Puerta de Bisagra, en un recorrido muy aplaudido por los toledanos.

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