Lista de lo visitado hasta ahora: (ver lista en pagina aparte)
Introducción
Seguimos con nuestro intento por dar la vuelta a Toledo y ya vimos en la entrada anterior que, aunque la casa del Diamantista nos impide seguir por la senda del río, podemos bordearla, sortearla, subiendo por las escalinatas y una vez arriba nos hemos percatado de que nos podemos dar el capricho de seguir en nuestro avance y no solo porque estemos en el callejón del Capricho, sino porque el camino se abre a nuestro paso y a poco que avancemos, nos encontramos con una salida, que hay un camino que parece bordear la ciudad

¿Nos atrevemos a bajar por aquí? Si hay un camino, es fácil suponer que ha habido gente que ya ha pasado por aquí, que ha ido por delante de nosotros, que nos las encontremos menos de frente. Aparte que no hay ninguna indicación ni señalización que nos impida ni nos prohíba el paso. Tan solo hay que sortear un par de escalones, pero también hay una pequeña rampa que hace accesible el paso. Esta vez no hemos de mandar a nadie por ninguna otra ruta. Todos por aquí. Lo cual es buena señal.

Frente a nosotros tenemos el Cerro del Bu, al otro lado del río. Ya lo hemos visitado en varias ocasiones, como aludido a ello como uno de los asentamientos prehistóricos que se conservan de la ciudad. Desde aquí tenemos una panorámica distintas y nos sirve para orientarnos en referencia a la Ronda del Valle, aunque el hecho de haber estado en el parque del pasaje del barco, de la barca que cruza el río para ir a la ermita, ya es un buen referente.
Justo frente a la Casa del Diamantista, al otro lado del río, se eleva el cerro del Bu. Desde nuestra posición no vemos su cúspide, donde se encuentra un importante yacimiento arqueológico ocupado en diferentes épocas, desde antes de la Edad del Bronce.

Tras esta breve pausa, retomamos la marcha y seguimos con nuestro paseo por la Senda ecológica de Toledo. Debemos rodear la Casa del Diamantista, para volver a caminar con el río Tajo a la derecha.
Este camino, la senda de Cabestreros tiene su propia historia, aparte de que una manera de descubrir otra panorámica del Toledo salvaje, de convertir este paseo en una aventura.
La senda de los Cabestreros, un antiguo camino de cabras que se arregló en el 2001 para disfrutar de este bonito desfiladero sobre la garganta del río Tajo con seguridad, algunas de las paredes verticales están protegidas con mallas metálicas para que no haya desprendimientos.
Desde aquí tendremos una vista del ermita del Valle

La senda de Cabestreros, un Toledo espectacular desde la garganta del Tajo

Un desfiladero abierto a mitad de la ladera que se asoma al Tajo y que discurrirá desde el puente rodado de Alcántara hasta la plaza de Andaque ofrecerá dentro de muy pocas semanas la posibilidad, insólita hasta ahora, de pasear por la parte más abrupta y espectacular de la garganta del río a su paso por Toledo.

Pasadizos tallados en la roca o pasos flotantes construidos allá donde ha sido imposible continuar el camino, salpican este nuevo recorrido que enlazará con la ya conocida senda ecológica de la ciudad, completando así una ruta en plena naturaleza que permitirá realizar andando un amplísimo trayecto alrededor de la ciudad que arrancará en Tabordo pasando por la Cava, el Barco de Pasaje, y ahora hasta Alcántara; un punto que en el futuro se unirá también con el soto de río próximo a Safont para concluir en el Parque de la Cruz situado al lado del actual Palacio del Automóvil.
UNA OBRA DE ACROBACIA
El proyecto, diseñado por Rafael Elvira e impulsado por el Ayuntamiento con los fondos del Banco Europeo de Inversiones, está siendo ejecutado dentro del Programa de Renovación Urbana del Casco Histórico, cuyo equipo es el encargado de orquestar esta complejísima obra, en la que el respeto al medio ambiente y a la idiosincrasia de la ribera del Tajo, está obligando a trabajar casi haciendo equilibrismo.
Y es que, aprovechando el trazado de un antiquísimo camino de cabras, comenzó a finales del mes de julio la apertura de este nuevo sendero paralelo al meandro del río, que requirió desde el primer momento la contratación de máquinas especiales capaces de introducirse en la estrechísima vereda e ir cortando el talud para ensanchar sobre la marcha el camino. La presencia de escombros acumulados durante años en la fuerte pendiente de la ladera, y la presencia también de bolas de granito en distintos puntos, ha dificultado al máximo esta labor, que a su vez exigía ir recogiendo a medida que se avanzaba en el trayecto las piedras y la tierra extraída del rodadero para transportarla al punto de comienzo del camino y llevarlas a un vertedero.

Paralelamente, el proyecto se ocupado también por consolidar el talud situado por encima del sendero con el fin de evitar futuros desprendimientos, una medida de seguridad en la que se profundizará más tarde con la plantación de especies vegetales tapizantes que contribuyan a sujetar con sus raíces el terreno.
Llegados a este punto, lo que se ha conseguido abrir hoy es una vereda con una espectacular vista sobre el río de 600 metros de largo, con anchos que van de 1,20 a 4 metros dependiendo de las exigencias de la topografía, que ofrecerá a los toledanos la oportunidad de disfrutar, salvando las distancias, de su particular «ruta del Cares». Pero hasta entonces, queda todavía por ejecutar la segunda parte de este proyecto, que contempla la instalación a todo lo largo de la vereda de una barandilla de acero oxidado y también pavimentar todo el paseo de un hormigón rugoso anti deslizante y convenientemente coloreado para que se mimetice por completo con el entorno.
Esta última tarea exigirá de nuevo un ejercicio de acrobacia, ya ante la imposibilidad de que las máquinas desciendan hasta el rodadero, tendrán que volcar el hormigón desde la carretera de la cornisa, con el agravante de que en estos momentos no se puede cortar el tráfico al estar cerrado el acceso por el Tránsito donde continúan los trabajos de un futuro aparcamiento subterráneo.
En lo que respecta a la barandilla que se instalará junto al camino, aunque se ha tenido ya el máximo escrúpulo a la hora de elegir el material y el color para eliminar cualquier posibilidad de impacto visual, está previsto también plantar a su pie una hilera de arbustos que aparte de consolidar el terreno, oculte el acero. Su colocación estratégica, retranqueada casi medio metro con respecto al borde del precipicio que quedará bajo la senda, hará que este paseo, además de una tentación para los amantes de la naturaleza, sea seguro.

Aclaran que la senda de Cabestreros aún no ha sido inaugurada (06/06/2002)
El Ayuntamiento aclaró ayer que la Senda Peatonal de Cabestreros aún no ha sido inaugurada, ya que que sus obras de construcción no han concluido, pues queda pendiente de ejecución una parte en la zona de entrada al Puente Nuevo de Alcántara. El pasado 9 de mayo, el alcalde de Toledo, José Manuel Molina, realizó una visita a las obras, «que, en ningún momento, puede ser calificada como inauguración de la Senda, tal y como puede ser comprobado por las informaciones publicadas sobre esa visita».
Con motivo de esa visita se comprobó que en el itinerario de la Senda se encontraban unas piedras y, para evitar algún peligro de desprendimiento accidental, se decidió que debían ser eliminadas, algo que hicieron la pasada semana los bomberos de Toledo.
Como consecuencia de la caída de estas piedras se produjeron daños en un tramo de dos metros de la barandilla que protege el sendero del talud del río, y en los próximos días se reparará.
ABC Toledo 06/06/2002 23:48h


Reabierta la Senda de Cabestreros de Toledo tras dos meses de obras
Ahora CLM 27/09/2018
Para la estabilización y sujeción de los grandes bloques, se ha empleado una red de anillos de acero de alto límite elástico, formados por un alambre de 2 milímetros entrelazado sobre sí mismo siete veces, con doble nudo, galvanizado, con recubrimiento mínimo de zinc de 215 gramos por metro cuadrado.
Esta primera malla se ha reforzado con cable de 12 milímetros de diámetro, con bulones pasivos con un diámetro 25 milímetros de 3 metros de longitud, formando así una cuadrícula de 4 por 4 metros; además de una tercera malla de alambre galvanizado de triple torsión colocada debajo de la red de anillos con el fin de proteger contra la caída de elementos de pequeño diámetro.
Varias piedras se desprendieron anoche en la senda ecológica de Toledo a la altura del paseo de Cabestreros. Este desprendimiento ha obligado a la Policía Local a cortar esa zona de la senda que rodea el casco histórico de Toledo a orillas del Tajo.
Por fortuna en el momento del desprendimiento nadie paseaba en esta zona por lo que no hay que lamentar ningún tipo de daños.


Camino seguro
En cualquier caso, la senda de cabestreros es un camino seguro





Transcurridos unos 600 metros, justo antes de subir al pequeño puente de la ronda de Juanelo (el nuevo puente de Alcántara), a la derecha y sobre la carretera podemos ver los muy escasos restos de un acueducto romano, el cual cruzaba el río Tajo.

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