Lista de lo visitado hasta ahora: (ver lista en pagina aparte)
Introducción
Tras haberle hecho una visita al convento de la Gaitanas, para que nos enseñasen la iglesia y el adarve que se esconde entre sus muros, regresamos a la plaza de Amador de los Ríos, porque aún nos queda un rincón por visitar que tal vez no nos ha llamado la atención o, si lo ha hecho, no le hemos prestado la debida curiosidad.
He de confesar que he pasado por aquí en infinidad de ocasiones y no ha sido algo en lo que me haya fijado, por lo cual ahora que voy curioseando por los distintos rincones de Toledo, cuando he empezado a encontrar alusiones a esto, me ha dado la impresión de que: o yo no soy de Toledo o la información estaba equivocada. Al final he de reconocer mi ignorancia toledana y, como ya he reiterado en alguna que otra ocasión, los toledanos somos los que menos conocemos nuestra ciudad, porque para nosotros es lo de siempre «subir al casco». Pero resulta que no, que cada día se confirma que esta ciudad es cambiante y está llena de secretos que se no ponen delante de las narices y no somos capaces de verlos.
En este caso no se trata salir por la travesía de las Gitanas y que busquemos un sitio donde comer porque nos haya entrado hambre, ni de bordear la plaza porque nos queramos evitar el desnivel del terreno y los escalones. Se trata, más bien, de prestar atención a lo que hay en la plaza, que no es tan solo una terraza donde tomar el sol o el fresco en función de la hora del día.

Este lugar se encuentra en la misma plaza de Amador de los Ríos, a la vista de todo el mundo, que tampoco es algo que se encuentre escondido y oculto en alguna de esas callejuelas estrechas. Por la plaza de Amador de los Ríos hay que pasar sí o sí, sobre todo si se sube a pie a la catedral, por lo cual y por la parte que me toca, quiero aprovechar la ocasión para ponerlo en valor, que es uno de esos edificios rehabilitados que no pueden quedar en la ignorancia del paseante.
El oratorio de San Felipe Neri
El ‘Oratorio de San Felipe Neri’ es un inmueble propiedad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha cedido en enero de 2019 al Consorcio de la Ciudad de Toledo, tras un convenio firmado entre ambas partes. En 2022 el Oratorio abre sus puertas para exposiciones contemporáneos de prestigio bajo la gestión del Consorcio. Muestran exposiciones, como el ciclo «Presencia y Esencia» con la muestra «Memorias» de los artistas toledanos Alfredo Copeiro y José Delgado Periñan y la instalación pictórica «Selfis del pasado» del artista suizo afincado en Castilla-La Mancha Daniel Garbade.

El oratorio de San Felipe Neri está situado en la plaza de los Postes o de Amador de los Ríos, en el centro del Casco Histórico de Toledo. Se trata de una capilla gótica, perteneciente a la antigua iglesia parroquial de San Juan Bautista (hoy desaparecida), cuya fundación data, como mínimo, de 1125, que ocupaba antaño esa plaza.

Entre 1771 y 1777 la iglesia, que se encontraba en estado ruinoso, fue derribada, y se trasladó la parroquialidad y algunos de los objetos que contenía a la iglesia de los Jesuitas.

Se sabe que a finales del siglo XV o comienzos del XVI había sido reconstruida totalmente, ya que se encontraba en pésimo estado. En el muro del evangelio se levantaba una gran capilla, mandada construir por don Sancho Sánchez de Toledo, que estaba regida por la cofradía de la llamada «Escuela de Cristo». Esta capilla, que fue construida en la misma época que la iglesia, es lo único que permanece en pie de todo el complejo parroquial, y que lleva el nombre de San Felipe Neri.
La capilla estaba situada en el muro del evangelio de la iglesia y la mandó construir D. Sancho Sánchez de Toledo, estando regida en el S. XVII por la cofradía de la llamada «Escuela de Cristo» que fue fundada en 1655 por el prior de los Carmelitas Descalzos F. Gil Rodríguez.
A lo largo de todo el siglo XVII se realizaron obras de reparación en la iglesia, fundamentalmente en la torre y la techumbre.
La fábrica de la capilla es gótica y consta, fundamentalmente, de un gran espacio rectangular donde se abre el presbiterio, de muy poco fondo. El espacio se halla cubierto con una bóveda de aristas. Su interior presenta una decoración mural que respondía a un esquema simple basado en la decoración de sillería fingida hasta llegar a una gran franja decorativa situada tanto por debajo como por encima de la línea de impostas, así como de la propia imposta con nacela que recorre sus muros.
Los muros exteriores presentan un aparejo toledano de mampostería encintada, trabada con mortero de cal con cajones de doble hilada de mampuestos, separados entre sí por verdugadas dobles de ladrillo y machones (también de ladrillo) en los extremos de cada paramento que sirven de enjarje entre cada uno de los muros.
En la fachada exterior este aparece un arco apuntado de grandes dimensiones que servía de comunicación de la capilla-oratorio con el cuerpo principal de la iglesia.

A la capilla se accede a través de un patio que también comunica con una estancia a modo de antesala que comunica, mediante una escalera con el sótano, donde pueden apreciarse restos arqueológicos de las termas romanas que existen bajo la plaza de Amador de los Ríos.
La restauración del Oratorio de San Felipe Neri de Toledo comenzará en los próximos días
Martes 30 de junio de 2020
La actuación de restauración contempla la ejecución de obras de restauración de fachada y espadaña incluye, además, intervención en las cubiertas, limpieza y adecuación del interior.
El Oratorio de San Felipe Neri es un espacio singular en la ciudad, testigo de la superposición constructiva que la historia ha querido deparar en el lugar y único superviviente arquitectónico de la desaparecida iglesia de San Juan Bautista que ocupaba, desde su fundación en 1125, toda la plaza de Amador de los Ríos.
El Oratorio de San Felipe Neri es un espacio singular en la ciudad, testigo de la superposición constructiva que la historia ha querido deparar en el lugar y único superviviente arquitectónico de la desaparecida iglesia de San Juan Bautista que ocupaba, desde su fundación en 1125, toda la plaza de Amador de los Ríos.
El inmueble consta de un cuerpo principal de planta oblonga que se corresponde con el oratorio o capilla, cerrado mediante bóveda tardo-gótica de terceletes que conserva restos de policromías. A la capilla se accede por mediación de un patio que también comunica con una estancia a modo de antesala que comunica, a través de una escalera con el sótano, donde pueden apreciarse restos arqueológicos de las termas romanas que existen bajo la plaza de Amador de los Ríos.
“Nos encontramos en un nuevo espacio para la ciudad, un edificio histórico que vamos a incorporar a los programas culturales y de divulgación del Consorcio”, “Con esta recuperación sumamos espacios para la cultura y, en parte, gracias a la labor del gerente del Consorcio y a su visión sobre las utilidades de la entidad más allá de la mera rehabilitación de viviendas y edificios”, ha comentado.
Oratorio de San Felipe Neri (Toledo) – Wikipedia, la enciclopedia libre
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