Lectura no comprensiva

Esperando a mi Daddy

Publicado, June 20, 1994, 08:00 PM-10:00 PM

Reflexiones de Jessica

Presumo de que sé leer en español como los ángeles, pero aún no os lo he demostrado. Gracias por la confianza y la credibilidad, pero entiendo que es importante que seáis un poco más conscientes de cómo fue todo el proceso. No fue algo que aprendiera de golpe el día antes de comenzar las clases en el high school por ciencia infusa ni porque se produjese un milagro, por eso de que debía demostrarle a Ana mi interés por quedarme en el internado cuatro años más. Porque eso de quedarme mientras estuviera en la universidad estaba descartado por principio, aunque ésta se encuentre al otro lado del río, del Mistyc River y hubiera podido ir en bus. Tan afortunada no me iba a sentir y para entonces Ana ya confiaba en que hubiera superado mi obsesión por quedarme en el internado por los siglos de lo siglos, hasta que Daddy fuera a sacarme. ¡Ya le podía estar esperando!

Jessica de niña. Fotomontaje

Aunque la universidad hubiera estado al otro lado de la calle, en la casa del vecino o se hubiera montado en el propio internado, en mi habitación, a mí me iban a dar la patada. De modo que más me valía ir preparando el culo, porque me terminaría doliendo por algo más que calentar la silla.

Al final os adelanto que tan solo fue un cachete suave. Pero, de igual modo, mis maletas acabaron en la calle, en la furgoneta del internado rumbo a la residencia del campus, con la clara intención de que no las mandara de regreso ni tan siquiera en verano.

Hacerse mayor implica madurar, ser más responsable, independiente, autosuficiente. De modo que eso de aprender a leer en español o, más bien, superar el miedo a la lectura, aunque fuera de una manera interesada, formaba parte de dicha madurez.

Por si no lo sabéis, la asignatura de Spanish es obligatoria desde 5th Grade, los cuatro curso de Middle School. En mi caso desde el 4 de septiembre de 1991, época en la que todavía escribía en mi diario tan solo el día de mi cumpleaños, para resumir. Ya estaba atormentaba por la expectativa desde antes.

Diario

Sunday, April 21, 1991

Lo peor de este curso, de los próximos años, es que tendré que estudiar la asignatura de Spanish y no vale que no quiera o me resista. Es una asignatura obligatoria para todo el mundo y da igual que no me guste. Tengo que aprobar, si quiero que éste sea mi último año en Elementary School. Ana ya me ha dicho que el profesor no hará excepciones conmigo. Además, se supone que mi padre es español y, por lo tanto, tengo esa ventaja sobre el resto de mis compañeros, por lo que mis calificaciones no pueden bajar de +B o, de lo contrario, será que no me aplico bastante. En realidad, me conformaré con una -D. Lo mínimo e indispensable para que, cuando llegue final de curso, no me manden a las clases de verano. Lo malo es que Ana ya me ha advertido que me hablará en español para que practique y acostumbre el oído, de modo que, si escondo los libros en el fondo de la mochila o del armario, aun así, el Spanish me entrará por las orejas. Como Ana es mi tutora, y tampoco quiero que sea otra, no tengo escapatoria. De todos modos, mientras consiga que Ana me permita que no le hable en ese idioma, creo que la situación será soportable. Seguro que, si mis notas en otras asignaturas son un poco más altas, a Ana no le importará tanto que la asignatura de Spanish me interese tan poco.

Tuesday, April 21, 1992 (5th Grade)

(…) Sin embargo, aunque éste sea el primer curso en que se me da la oportunidad de estudiar la asignatura de Spanish, como alternativa a la de Italian, que se estudia desde Prekindergarten, en contra del deseo de Ana y del criterio que hasta ahora se ha mantenido en el St. Clare’s en cuanto a la educación de las internas: “salvo causa justificada no se admiten excepciones”, conmigo se han hecho porque desde el primer día me he negado a asistir a clase y no hay nada que me haga cambiar de opinión. Sobre esa cuestión no estoy dispuesta a ceder lo más mínimo. Me niego a hablar el idioma de Daddy mientras éste no venga a por mí, mientras no tenga noticias suyas. Me provoca arcadas.

(…)

Wednesday, April 21, 1993 (6th Grade)

(…)

Ana: (Asomada por la puerta) ¡Hoy no has tocado un libro en todo el día! – Me recrimina. – Es tu cumpleaños. Estás de vacaciones y estoy segura de que no te apetece, pero, si esperas que yo sea buena contigo, tendrás que darme algo a cambio. – Me indica. – De modo que ponte a ello.

Jess: Pero me olvido de la asignatura de Spanish ¿Verdad? – Le pregunto. – ¿Puedo coger cualquier otro que me apetezca?

Ana: Si le dedicas un rato, mejor que mejor. – Me responde en tono afable. – La redacción de esta mañana no cuenta y espero que demuestres un poco más de interés.

Jess: I do not…- Le intento responder con mi cantinela habitual

(…)

Thursday, April 21, 1994 (6th Grade)

(…)

Jess: Ya hace tiempo que no me escapo. – Me defiendo y constato. – Ya tengo trece años y cada curso necesito más tiempo para estudiar.

Ana: Si estudiases, y no te saltaras las clases de Spanish, no tendría que buscarte las cosquillas para que estudies aquí a desgana. – Me advierte. – Pero ya todos tenemos asumido que cuando te pones cabezota no hay quien consiga que razones. – Añade con resignación

Jess: Tan solo es una asignatura y aprovecho esa hora para las demás. – Me justifico. – En clase de Spanish no me entero de lo que dicen y, como lo considero una pérdida de tiempo, prefiero dedicarlo a otra cosa.

Ana: Lo que te salva de tu estupidez es que sabes que siempre tienes la puerta por si cambias de idea. – Me advierte. – Tienes suerte de que el profesor sea comprensivo y el resto de los profesores acepten esa excepción contigo.

(…)

Monday, June 20, 1994

(…)

Ana: Mi propuesta es que este año seas un poco más responsable y aproveches el tiempo. – Me dice. – Como ya sé que te quejarás, porque no tendrás a nadie que haga esas pequeñas tareas por ti, espero que te lo plantees con más ánimo, si recibes algo a cambio.

Jess: Se supone que esas tareas son para que compense el que me quede aquí todo el verano. – Justifico porque sospecho que su sugerencia tiene truco y no es tan beneficioso como lo plantea.

Ana: Además de esos recados o que te ocupes de que tu habitación esté limpia, me gustaría que leyeras, pero no que te encierres en tu habitación, sino donde yo te escuche. – Me dice y suena a que no admite una negativa.

Jess: Ya le dedico tiempo a la lectura todos los veranos. – Alego porque me temo que no se refiere a lo de siempre.

Ana: Este verano quiero que leas libros en español. – Me aclara. – No te pediré que lo entiendas, si no quieres hacer el esfuerzo, tan solo que leas en voz alta y cuides la pronunciación.

Jess: ¿Dónde está el premio? – Pregunto porque me parece que su argumento no es muy coherente y lo que me propone es más un castigo.

Ana: Como sé que te encanta ir a Carson Beach y todos los años te quejas de que no te llevo lo bastante porque siempre estoy ocupada, mi propuesta es la siguiente, cuando te sientas con ánimos para la lectura en español, controla el tiempo con un reloj. El tiempo que acumules, será el que pasemos cada vez que vayamos a la playa.

(…)

June 20, 1994, 08:00 PM-10:00 PM

Reflexiones

De manera que llegado el final de curso de 7th Grade, Ana se supo un poco más seria conmigo. Como supondréis, ya empezaba a tomar consciencia de que no me movería del internado, del edificio, aunque lo echasen abajo. No quería que Daddy me perdiera la única pista que tal vez tuviera para localizarme. De manera que, como nada es tan sencillo ni se regala sin más, me hizo esa propuesta: «Horas de playa a cambio de horas de lectura en español.» Consciente como era de mis capacidades, aunque yo me quisiera hacer la despistada. Aparte que por aquel entonces yo ya empezaba a no ser tan niña, de manera que esos cambios que se estaban produciendo en mi cuerpo debían tener su repercusión en mi mentalidad.

Mis trucos de niña rebelde ya no resultaban tan creíbles. Tenía dormitorio nuevo desde el mes de mayo y empezaba a ser un poco más consciente de por qué las niñas mayores de 14 años no seguían en el internado. No era tan solo por una cuestión de estudios, sino, más bien, por una complicación sobrevenida.

La playa

¿Merece la pena que me quede en el internado, que le complique la existencia a todo el mundo, si no pongo algo de mi parte? Ana es de la opinión de que de algún modo ello debía ser tiempo de provecho, para ayudarme a superar toda esa infinidad de bloqueos infantiles que aún arrastraba, porque seis años con ella, desde 1988, podía parecer mucho tiempo, pero la verdad era que mis progresos no eran tan evidentes. Aunque bueno, con un mucho de paciencia por su parte y un dejarme convencer por la mía, algo se iba logrando.

¡Para cabezota e intransigente, Ana, sin lugar a duda!

  • Que no quiero ir a ninguna parte. ¡De acuerdo!
  • Que yo estoy que no me entiendo ni a mí misma en plena adolescencia ¡Perfecto!
  • Que en verano me aburro como una ostra porque estoy más sola que la una y pendiente por si llegan noticias de Daddy. Tranquila que yo te busco tareas para entretenerte.
  • Que quiero ir a la playa, a Carson Beach, día sí y día también, si luce el sol y si ella no tiene que trabajar. El precio es tiempo de lectura no comprensiva de textos en español.
  • Cuanto mejor lea menos tengo que repetir y mejor aprovecharemos el tiempo.

Es decir, para ir la playa importa tanto la cantidad como la calidad de la lectura, aunque no me entere de lo que leo, pero Ana sí tiene que hacerlo. Ella es quien escoge los textos. Como yo no me voy a esforzar por comprenderlo, la dificultad es lo de menos.

Carson Beach

¿Te apetece empezar ahora? Horas de lectura a cambio de horas de playa.

Queda mucho verano por delante y algún día lucirá el sol y Ana no tendrá nada mejor que hacer. De lo contrario, siempre sabrá encontrar un motivo, una excusa para castigarme, y que me olvide de la playa, de ver el sol.

Tan solo es lectura no comprensiva.

La playa implica estar un poco más cerca de Daddy, bañarse en las aguas de la bahía; tomar el sol; sentarse en la arena; sentirse libre y mirando hacia al horizonte.

Allá lejos, al otro lado del océano, se encuentra a playa de Toledo. Sí, Toledo Beach, porque mientras no se desmienta lo contrario, la ciudad de Toledo, la que está en algún lugar de España, tiene playa. Y desde allí, mirando hacia el oeste, hacia este lado del océano Atlántico, se encuentra Carson Beach.

Vistas hasta el horizonte desde la playa

Cuando se confirme que tal hipótesis carece de sentido, ya me habré hecho mayor.

Lectura

Esta lectura tal vez sea argumento para que se acepte eso de que no aparezca por el aula de Spanish ni me obliguen a estudiar la asignatura, a tocar el libro. Mientras leo disfrutaré de la compañía de Ana, acapararé toda su atención. Me dejará estar con ella cuando no quieras estar sola.

¿Qué empezamos?

Ana, así, como en un descuido, se olvida de llevarse el texto ¡Qué se ha olvidado el texto!

(Texto traducido del inglés al español y del español al inglés con idea de que no suene muy natural, pero sí al modo de leer y pronunciación de Jessica)

"Leyenda de Don Diego de la Salve"
De acuerdo con antiguas costumbres, en la tarde del sábado se cantaba en la iglesia de San Lucas, un salve a la Virgen de la Esperanza. Dona Ann Romero, devoto fiel de la imagen, la costa se basa en la tradición de sus antepasados, morir en la práctica por no tener más descendencia que un sobrino mucho más mundana piadoso. En realidad, don Diego Fernández, tal era el caballero, según la historia, era una pinta, ¿por qué su tía le había razones más que suficientes para temer por la desaparición de la canción sabatina? Sensación de morir, la noble señora lloró y rezó a la Virgen de la recuperación de la Esperanza sobrino juerguista espiritual y su salvación, el mantenimiento de la oración tradicional.

¿De qué va lo que he leído? «Leyenda de Don Diego de la Salve»

¡Qué raro eso de que los españoles sepan de la existencia de la parroquia de St Luke, la que está en Belmon! Yo no sabía nada de esta leyenda

St Luke. parish. Belmon

¿Has oído tú algo sobre una tal Ann Rosemary? Menos mal que no se hace mención de Toledo.

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