Gigantones y cabezudos

Lista de lo visitado hasta ahora: (ver lista en página aparte)

Introducción

Hoy nos toca una pequeña visita al ayuntamiento, dado que el edificio tiene el reconocimiento de bien de interés cultural, aunque al igual que nos sucedía ayer con el palacio arzobispal, no nos han dejado asomarnos a todas las dependencias, pero hasta donde os puedo mostrar confío en que sea de nuestro agrado.

Visitamos el ayuntamiento y lo rodeamos porque se trata de recorrer la ciudad, de perderse por sus calles y descubrir esos atajos que están a disposición de todo el mundo, pero que, por desconocimiento, pasamos por alto. Si nos preguntan por la catedral, podremos decirles cómo llegar al ayuntamiento.

Plaza del CONSISTORIO

Nombre erudito el de esta plaza, inventado en 1864 para aplicárselo al ensanche con que comienza la cuesta de la Ciudad. El nombre no se refiere a una reunión eclesiástica, sino que es sinónimo del Ayuntamiento.

Careció durante un siglo del rótulo que declarase su nombre, por lo cual en el uso diario se la consideraba como una parte de la cuesta citada. Sin embargo, en 1965 se la adosó por fin el azulejo correspondiente, por moción del señor Abel de la Cruz, miembro del Concejo. Sin embargo, se olvidaron cambiar los números de las casas, por lo que se producen las naturales confusiones.

Poco acertado fue la construcción de un extraño conjunto de escalones y pretil (más bien innecesario) quedando en un aspecto actual, poco lucido, ya que la plaza tampoco tiene nada de particular, salvo una portada mudéjar que existe en el interior del número 3 de esta plaza. (Fuente: Historia de las Calles de Toledo)

Plaza del Consistorio. Probablemente con anterioridad se llamó plaza del Arzobispo, conjetura de Julio Porres Martín-Cleto en su Historia de las calles de Toledo. Singular la fachada de la casa señalada con el número 2. Esta plaza da entrada al pasaje que la une con la calle de la ciudad, pasaje único en todo el casco histórico de la ciudad. El número 3 de la plaza cuenta con unos extraordinarios elementos mudéjares, se trata del palacio del Conde Esteban; más información en:

La Plaza del Consistorio está situada entre la Plaza del Ayuntamiento y el Pasadizo del Ayuntamiento. Es una plaza bastante transitada, ya que es de paso a diferentes zonas de la ciudad, y donde encontrarás una tienda de armas y artesanías, así como un restaurante típico de la región.
Es una plaza donde se pueden observar los edificios más tradicionales de la ciudad, con sus casas hechas de grandes bloques de piedra y ventanas de madera. Una escalera lleva por una pendiente al edificio que alberga el Archivo Histórico, que fue un convento de Dominique, y luego a la Iglesia de San Ildefonso

Escalones de la plaza del consistorio
Plaza del consistorio
Plaza del consistorio

Desde esta plaza parte la cuesta de la ciudad hacia la calle Trinidad, como ya hice mención de ésta en nuestra visita al Palacio arzobispal, no doy más explicaciones porque es una de esas cuesta de Toledo que cuesta subir, pero que se convierte en un buen atajo en cualquiera de los dos sentidos

Cuesta de la ciudad

Pasadizo del AYUNTAMIENTO

Pasadizo del Ayuntamiento. Conocido durante muchos años como «Pasadizo de Balaguer» por la existencia de un negocio de ropa y muebles usados cuyo propietario se apellidaba Balaguer, negocio ya cerrado. Pasadizo y cobertizo también, ya que en parte está construido formando uno que en tiempos fue de los más largos de la ciudad, hoy solo queda un pequeño tramo. Une la plaza del Consistorio con la calle de la Ciudad. En la actualidad la práctica totalidad de los edificios que lo conforman son propiedad del Ayuntamiento de Toledo.

Hubo en Toledo no pocos casos de dominios urbanos regios, nobiliarios, eclesiásticos o corporativos que, por compras o acuerdos, dilataban su tamaño uniendo casas aledañas, a veces, incluyendo hasta las calles intermedias. Así surgían pasadizos (elevados o subterráneos) que enlazaban edificios sin impedir el tránsito público en las vías afectadas. Por ejemplo, los dominicos de San Pedro Mártir, entre 1408 y 1772, integraron antiguas calles y trazaron dos cobertizos junto a la portería conventual para agrupar nuevas fincas. Por otra parte, cuando un callejón conducía a una única vivienda, el propietario solía pedir al ayuntamiento colocar puertas en dicho pasaje para evitar el paso de personas ajenas y el frecuente uso como basurero o letrina. Si se aprobaba lo solicitado, los residentes debían abrir y cerrar la calle en determinadas horas.

No obstante, para recordar el carácter público de la vía, el Consistorio fijaba una inscripción como la existente en el callejón de Nuncio Viejo: Esta calle es de Toledo.

Una de estas peculiares travesías (públicas/privadas) es el típico pasadizo del Ayuntamiento que enlaza la plaza el Consistorio con la calle de la Ciudad, manteniendo en sus extremos sendas puertas que, hasta los años setenta del siglo XX, se cerraban durante la noche. En dicho siglo se conocía popularmente como pasadizo de Balaguer por el vecino allí residente, aunque ahora algunos «explicadores» lo bautizan como el pasaje de los Suspiros (?) a la desorientada audiencia que les sigue, cuando la realidad es ajena a esta apelación romántica de inspiración veneciana

Cita

Calle de la CIUDAD

Calle de la Ciudad

Calle de la Ciudad. Calle que rodea parte del edificio del Ayuntamiento de la ciudad. Aquí vivió Julio Porres Martín-Cleto, a quién está dedicada esta calle, historiador de la ciudad, autor del libro «Historias de las calles de Toledo», libro de cabecera de todas aquellas personas que buceamos en la historia de las calles de Toledo.

La plaza del Ayuntamiento

Los toledanos a esta plaza la conocen también por la plaza de «LOS TRES PODERES», y con solamente echar un vistazo de 360 grados sabes el por qué.

Tenemos el “PODER JUDICIAL” con el Palacio de Justicia, el “PODER POLÍTICO O CIVIL” que es el Ayuntamiento de Toledo y por último y ni muchísimo menos el menos importante es el “PODER ECLESIÁSTICO” representado por el Palacio Arzobispal y la Catedral de Toledo.

Cita

Esta plaza nació por una necesidad de crear espacio libre ante la Catedral de Toledo. Esto fue ordenado por el Cardenal Gil Álvarez de Albornoz en 1339. Para ello, se derribaron casas pertenecientes al cabildo incluso un granero perteneciente a la Catedral.

Mires donde mires ves edificios emblemáticos y con siglos de historia, pero ante todo, por su magnificencia y tamaño (quizá algo «comprimida» en este espacio reducido), destaca la poderosa Catedral de Toledo.

Ayuntamiento visto desde la plaza

Ayuntamiento

El Ayuntamiento está declarado como Bien de Interés Cultural desde el 19/12/1996

Historia

La construcción de la casa Consistorial de Toledo (España) no se planteó de una manera aislada, sino con vistas a establecer su relación con la Catedral, a través de la plaza que vincula a ambos edificios. La reforma de esa plaza y la construcción del nuevo consistorio estarán íntimamente unidos; incluso la propia plaza adoptará el nombre del Ayuntamiento, a pesar de tener edificios tan importantes en su perímetro como la Catedral y el Palacio Arzobispal.

La paternidad del nuevo edificio del Ayuntamiento es bastante compleja, ya que el proyecto primitivo sufrió bastantes alteraciones por la lentitud con que se llevaron a cabo las obras. Es muy probable que Covarrubias recibiera el encargo, pero quien realizó las trazas fue Nicolás de Vergara el Viejo. Hasta 1575 no comenzaron las obras.

En los primeros años del siglo XVII, la obra estaba parada, a pesar de no haberse acabado la fachada principal. Muerto Vergara el Mozo, Jorge Manuel Theotocópuli, el hijo del Greco, se hizo cargo de la construcción y, en 1612, aportó las trazas para cerrar las torres con chapiteles de pizarra. En 1614 se hizo la escalera y la yesería de las diversas bóvedas, con trazas suyas, así como las dos escaleras de caracol dispuestas para subir a las torres.

En 1618 se volvieron a parar las obras, a pesar de que la fachada sur aún no se había llegado a concluir.

En el año 1690 se reemprendieron las obras, haciéndose cargo de ellas el Arquitecto don Teodoro Ardemans, quien las concluyó en 1703

Fachada del ayuntamiento iluminada por la tarde

Descripción

Podemos considerar tres grandes etapas constructivas: La primera se corresponde con las obras realizadas por Vergara el Mozo; la segunda, con el período en que intervino don Jorge Manuel Theotocópuli, y la tercera, con los últimos años del siglo XVII y primeros del siguiente, en que actuó Teodoro de Ardemans.

La fachada que da a la plaza es el elemento más representativo del edificio, y en ella podemos atisbar el primitivo proyecto de Juan de Herrera, que va a perdurar a pesar de las transformaciones llevadas a cabo por los sucesivos arquitectos. Las escribanías que se había comprometido el Ayuntamiento a construir, en sustitución de las antiguas derribadas, ocupan la parte baja de toda esa fachada. La planta inmediatamente superior también conserva el «paseadero» herreriano. En la tercera planta, Jorge Manuel cambia los arcos herrerianos por un gran balcón, introduciendo grandes aberturas rectangulares, y reduce la altura de este piso, por lo que el aspecto general del edificio se hace achaparrado. Posteriormente, Ardemans elevó las torres y las coronó con un chapitel de pizarra barroco.

fachada lateral por la calle Ciudad
Calle Consistorial, hacia la plaza del consistorial
Puerta de acceso del ayuntamiento. Plaza del consistorio

En la fachada norte nos encontramos dos grandes arcos en la primera planta, uno haciendo de puerta principal y otro cerrado. Debido al fuerte desnivel existente entre esta calle y la plaza, en este lateral se ha suprimido todo el basamento y la torre sobresale sólo un piso por encima de los otros tres. Las columnas han sido sustituidas por pilastras. La fachada sur tiene una composición de la torre muy semejante a la de la norte. Debido también al desnivel tan fuerte en esta zona, hay dos plantas de basamento: La que se corresponde con la fachada principal y otra inferior que se desarrolla en parte por debajo de la plaza. La planta en la actualidad ocupa toda la manzana y cuenta con un patio central en torno al cual se distribuyen las diversas oficinas.

La puerta principal da paso a un zaguán de vastas dimensiones, de donde parte una escalera con decoración barroca. En frente de la puerta de entrada nos encontramos con la sala capitular de verano, que cuenta con pinturas en el techo y un alto friso de azulejos de Talavera del siglo xviii. Ocupando este piso y el superior, se ha reutilizado una puerta mudéjar correspondiente al edificio anterior. Detrás de esta puerta, en la segunda planta, se encuentra la sala alta capitular, abovedada, que tiene a los pies un pequeño oratorio barroco rematado con cúpula. En esta misma planta, en la fachada sur, se conservan tres habitaciones que debieron pertenecer al antiguo edificio y hoy albergan el Archivo Municipal.

Dos torres jalonan los dos extremos de esta fachada rematados con el típico chapitel herreriano.

Vista panorámica desde la torre de la Catedral
Vista desde la torre de la catedral

Interior

Escaleras de acceso a la sala capitular
Gigantones guardados hasta la próxima procesión bajo las escaleras de la sala capitular

En su interior encontraremos las llamadas «reglas del bueno gobierno», concisas y sabias, escritas en una lápida en la escalera principal. Dicha lápida se colocó por orden del primer Corregidor que tuvo Toledo, Don Gómez Manrique.

recibidor de la sala capitular
Muro interior
Muro interior

En el interior la Sala Capitular es realmente majestuosa. Situada en el piso principal, destaca su techo con pinturas al fresco. Se representan las cuatro virtudes cardinales con todos sus atributos. Los muros están tapizados con una colgadura de terciopelo carmesí labrado con preciosos dibujos de coronas, palmas y otros motivos, y las Águilas Imperiales con las Armas de Toledo, tejidas en la misma tela. Todo hecho en las famosas y desaparecidas fábricas de la ciudad. 

Sala capitular

A los pies de este Salón se encuentra la Capilla del Ayuntamiento. Antiguamente allí oían misa los concejales antes de empezar la sesión.

Pies de la sala capitular
Capilla de la Inmaculada a los pies de la sala capitular

En el Archivo existe una colección de medidas antiguas de gran importancia histórica. Esto es así porque fueron patrón de las medidas de Castilla; así como el estandarte de la ciudad.

Patio interior situado en el centro del edificio.
Se encuentra acristalado con una vidriera con el escudo de la corporación en el techo (águila bicéfala de Carlos V). Sus paredes están construidas con el típico aparejo toledano a base de cajas de mampuesto encintado y ladrillos.

El Palacio del Conde Esteban

Fachada en la plaza del Consistorio

Ya situados en el número 3, contemplamos una casa palacete conocida como Casa del Conde Esteban, que fue su dueño en 1890 o también como Casa del Arcediano de Madrid. Posteriormente residió D. Francisco Esteban, y a finales del siglo XIX el inmueble fue propiedad de D. José María Rubio. 

Después de salvar unos escalones a pie de plaza, llegamos a la entrada y avanzamos para tomar un largo tramo de escalones hasta llegar al interior del palacete. Contemplamos una gran viga de madera tallada y decorada sobre dos columnas ochavadas soportando ambos extremos. Las columnas con capiteles mudéjares decorados con motivos florares en yeso, a continuación, un arco mudéjar de yesería del siglo XV da entrada al patio. Del interior del inmueble se trasladó al Museo Arqueológico Nacional otro arco completo similar al existente, (Textos: Antonio García Ramírez)

Cercano este lugar a la Catedral, traemos una de las leyendas más “infernales” de la ciudad:

El Diablo Confesor “Pero el dolor llegó en forma de habladurías a la casa de Don Ángel, pues al poco descubrió que la moza que pretendía su hijo era de las más pobres de la ciudad, y esta baja condición supuso un importante impedimento para que autorizara el matrimonio de su hijo. Esto provocó no pocas discusiones entre padre e hijo, tan duras que algunos vecinos oían gritos en mitad de la noche, durante el día, e incluso afirmaban haber oído en alguna ocasión el frío sonido del acero toledano saliendo de sus vainas…”.

En el estudio de los edificios antiguos, al igual que en otras muchas disciplinas, un pequeño detalle puede ser determinante a la hora de obtener conclusiones o establecer hipótesis con cierto peso. En la entrada de hoy queremos contarles algún “pequeño” detalle relativo a la disposición constructiva original de la llamada “Casa del Conde Esteban”, en la Plaza del Consistorio nº 3. Una casa singular que conserva, aún hoy en día, elementos arquitectónicos excepcionales, muestra de un pasado glorioso y ejemplo de que una buena labor de conservación puede preservar perennes nuestros bienes patrimoniales.

Esta casa tiene dos patios, uno medianejo, el otro es más bien patinillo. El primer patio está bien proporcionado para las alturas que tiene el edificio, y llega con holgura la luz hasta la planta baja. Curiosamente el segundo patio está dispuesto a continuación del otro, se puede decir que están enlazados los dos. Del grande se pasa al chico a través de un arco angrelado decorado con yeserías. No existe, que yo conozca, una disposición igual en otras casas de la ciudad. Este patinillo, casi cuadrado, era en tiempos parte de un antiguo salón principal de la casa. Un palacio o salón interior, originalmente de forma rectangular, con una altura libre de dos plantas que se cubría con una rica techumbre de madera decorada. Un espacio similar al gran salón central del Taller del Moro.

Arriba en el piso más alto de la casa, que abre ventanas a este patinillo, existe una nacela decorada con una inscripción de tamaño generoso. El gran tamaño de esta nacela nos recuerda que su texto se debía leer desde abajo, a más distancia de donde la leemos ahora. Sobre ella se dispone la solera de apoyo de una gran  armadura de madera. En el año 2004, durante la rehabilitación de esta zona alta abuhardillada aún pude ver, antes de su desmontaje, dos poderosos tirantes o vigas de aire que molestas cruzaban por en medio de la habitación. Estas dos vigas eran el recuerdo de la gran artesa que cubría el salón principal de la casa.

Arco angrelado, nacela y vigas de aire, “pequeños” grandes detalles aquí y allá que nos ayudan a leer en techos y paredes la disposición constructiva antigua de uno de los mejores edificios de la ciudad.

Web de referencia

Wikipedia / Casa consistorial de Toledo

Cultura Castilla La Mancha/Ayuntamiento de toledo

Objetivo Toledo

Patios de Toledo. Palacio del Conde Esteban

retazos de Toledo. Catedral y Ayuntamiento

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