Introducción
Resolveré las cinco preguntas del examen sorpresa referentes a la novela «Esperando a mi Daddy con lo que espero, al menos, haber saciado un poco más de tu interés al respecto, porque yo creo que resulta divertido eso de indagar en la historia, profundizar un poco más en los detalles y que la lectura resulte un poco más entretenida. Que, además, te sientas un poco partícipe de esa creación literaria y llegues a plantearte cómo lo hubieras escrito tú, si todo esto tiene algo de sentido o son ideas con más o menos coherencia.
Me gusta pensar que el lector es como otro personaje más, porque en muchas ocasiones mis personajes, los narradores, buscan la complicidad de éste. Les hablan de una manera un tanto más directa. Le muestran sus intimidades, donde otros personajes de la novela no llegan a estar, porque, si Jessica es de las que manda a su Daddy imaginario al pasillo o le echa de casa, con los lectores de la novela no es menos condescendiente. Aunque tal vez en alguna ocasión se le olvida que la observamos, pero no por ello deja de ser menos celosa de su intimidad.

Pongámonos a la faena
1. Razón del nombre de Daddy, según Jessica.
Como ya sabemos, Jessica se cría como una chica sin padres, abandonada por su madre al nacer y con unos datos un tanto escasos y en apariencia incoherentes sobre su padre. Se cría en en un internado desde que nace hasta que se marcha a la universidad, de tal manera que su frustración la demuestra en su desconocimiento en no querer aprender a hablar español, nada referente a España, y más en concreto a Toledo, ante lo cual, como no puede acallar esos sentimiento filiales y el anhelo por su parte es una constante, para ella Daddy no es alguien que se encuentre tan lejano, aunque quiera dar esa apariencia ante los demás.
Daddy, el nombre de «Daddy», en realidad, procede de un oso de peluche, de una de las niñas con quien coincide en el internado en su más tierna infancia. Con una de las que llega a crear una cierta afinidad, porque, como tal, ella es una chica un tanto rebelde, retraída, recelosa de asumir su realidad. Sin embargo, en cuentra en ese muñeco la representación de ese cariño paternal que falta en su vida.

Con ello se evita tener que pronunciar el verdadero nombre y de algún modo consigue mantener su secreto, aunque este para las cuidadoras del internado no sea tal, porque de algún modo son quienes le siguen el juego, se lo fomentan porque es la única manera de tenerla más o menos controlada. Con las alusiones a Daddy a ella se le pasan todos los males, de tal manera que el nombre del oso pasa a ser el nombre de ese «amigo invisible».
Es decir, para ella es una manera de no perder esa ingenuidad, inocencia. es su manera de expresar ese cariño, lo que puede llegar a resultar un tanto inmaduro por su parte, pero también reconoce que es un truco, una medida de presión, un recordatorio para que los demás se tomen sus anhelos en serio. En cierto modo es Ana, su tutora, la única que asume el reto y se encarga de ayudarla a hacer su sueño realidad.
Cuando Daddy y Jessica se encuentran, ésta toma la determinación de llamarle así, sin que por parte de éste haya ningún reparo, son manías de una chica venía de lejos con una historia un poco extraña y con quien no tiene muy claro hasta que punto implicarse.
2. Motivo por el que Jessica deja de jugar con los chicos del parque

Como ya os he comentado, Jessica crece como una niña rebelde, que no quiere ir a ningún sitio, tiene poca vida social. Esa rebeldía se demuestra en sus continuas escapada al parque, donde participa del juego de los chicos, quienes en un primer momento la aceptan como a una más, con la inocencia de la infancia y el hecho de que ésta no tiene reparo en unirse a sus juegos, incluso involucrarse en sus peleas, en tener una apariencia como la de éstos.

Esta idea del parque y de los niños se me planteó como expresión de esa rebeldía, libertad, frente al agobio que le supone su estancia en el internado, que las demás tiene familias de acogida los fines de semana y en vacaciones, pero ella se queda a la espera de que llegue Daddy, por pura cabezonería. Ante lo cual escaparse al parque es su único desahogo. Consciente de que muchas veces lo hace sin permiso, porque es su manera de llamar la atención. da la sensación de que busca que la regañen, que la controlen las veinticuatro horas del día, por lo que comportarse mal, es más un aliciente y el castigo un premio.
Sin embargo, la llegada de Ana cambia todos sus esquemas. Va a seguir siendo igual de testaruda y cabezota con todo lo referente a Daddy, pero la edad y la influencia de Ana harán que madure, que se dé cuenta de quién es ella en realidad. Que eso de jugar con los chicos está bien, pero no siempre según las normas que éstos le impongan, porque se empieza a dar cuenta de que sus inquietudes son diferentes, que ella necesita tener más afinidad con niñas de sus edad.
3. Nombre y lugar de nacimiento de la mejor amiga de Julia Stephanie Mc Windsor Fernández.

Como es lógico la respuesta a esta pregunta está clara. Se trata de Jessica
Julia Stephanie Mc Windsor Fernández no puede ser otra que Yuly, con «Y» porque con ‘J’ la traducción del nombre en español es ‘Julio’ y ella es una chica, en femenino. Nacida un 4 de julio en Boston, aunque de madre española y de padre con ascendencia irlandesa. ¡Qué no hay nada más americano que el 4 de julio! Sin embargo, ella es una enamorada de España
Ella se definen como las mejores amigas del mundo, aunque tengan personalidades un tanto incompatibles, pero se ven obligadas a entenderse. Yuly representa todo aquello que Jessica por su manera de ser rechaza, pero son amigas casi desde el primer momento, no surge como tal una enemistad ni enfrentamento entre ellas. Ambas se sienten fuera de lugar en su primer día de instituto, en la clase de Spanish. Donde Jessica da muestras de su carácter poco sociable y Yuly, aparte de llegar la última, se va a sentar en el único sitio que encuentra libre, justo al lado de Jessica.
Su amistad surge a raíz de un primer trabajo de clase, explicar los motivos por los que acuden a esa asignatura, Yuly decide ser quien lo escribe, para hacer gala de su conocimiento del idioma, porque ella es bilingüe, aunque le costara al principio mentalizarse. Y Jessica decide ser quien responda de manera que se evita tener que escribir y a ser posible desentenderse porque acude a clase un tanto obligada. Pero se encuentra con que Yuly es bastante curiosa y le gusta esforzarse en todo lo que hace por lo cual se implica y esfuerza en conocer a su nueva compañera de clase y posible nueva amiga.
4. Crisis económica mundial de 1987. Causas y consecuencias para la familia Catcher. Tanto los hermanos Catcher, como para su prima Ana.
Ya respondido en este enlace Crisis económica mundial de 1987
5. Coste de una cena para unas 30 personas en un restaurante de tres /cuatro tenedores, en Boston, año 2002. Paga Jack Catcher, quien pretende impresionar a su chica y festejar a lo grande que ya es una renegada y ha abrazado su misma fe. Pista: El coste de la compra de la luna para Jack sería simple calderilla, pero te advierto que me refiero a Jack Catcher con novia.
Esta pregunta es referente a la época de Jessica en la universidad, a su último año en el campus, cuando las circunstancias le obligan a ser una chica con una vida social un poco más activa, aunque estos nuevos amigos y personajes secundarios de la novela de un modo u otro han estado en su vida durante la universidad y es una manera de conseguir que todos confluyan y cerrar esta etapa de su vida
El número de comensales, en realidad, es indiferente, igual da si son 30 que 300. Lo relevante de la pregunta es la fecha, el motivo de la celebración y el hecho de que sea Jack quien pague, no quien invite. Esta anécdota refleja la personalidad de Jack, por ese intento por destacar, por demostrar de lo que es capaz, de ese despilfarro sin medida ni control, lo que sea por hacer feliz a su chica, Luz McPherson, quien ha dado un giro radical a su vida para entender el sentido de perdón y del amor, quien está dispuesta a darle una segunda oportunidad a quien por sus circunstancias personales debería considerar el chico más odiado del mundo. Jack de familia adinerada y hermano de un sacerdote católico.

La familia de Jack o el propio Jack Catcher, porque no tiene reparo en presumir de ello, tiene dinero para comprar la luna siete veces y aún les sobraría. Sin embargo, Luz no se ha enamorado de él por su dinero, porque cuando se conocieron le pareciera un chico bastante normal, hasta que empezó a hacer gala de su personalidad, de sus osadía, de no conocer ni tener límites para nada, que si hay que escalar la fachada del edificio más alto del campus, ahí está Jack, aunque éste pertenezca a otra universidad y pueda poner a Luz en serios problemas.

Ahí tenemos a Jack dispuesto de nuevo a hacer gala de su generosidad, de que está dispuesto a lo que sea con tal de que esa chica no se le escape, que si hay que invitar a cenar a media ciudad de Boston o a todo el estado de Massachussets, basta con que le pasen la factura, ya rendirá cuentas con sus padres cuando se lo echen en cara.
Pero, ¿se va a dejar Luz impresionar? Ella no se ha enamorado del niño rico, sino de quien en ese año y medio previo ha hecho gala de ser un chico bastante responsable y comprensivo, preocupado por evitar que Sharon, la hermana de Luz, cometa una tonteria. Se ha convertido en el protector de ésta, en su «hermano mayor», aún a pesar de que la relación entre ellos se hubiera roto por incompatibilidad en sus mentalidades. Lo que Jack tiene es un corazón de oro, más que el monedero lleno de billetes.
Recapacitemos un poco y analicemos de nuevo la situación.
Se celebra la conversión de Luz y Sharon, algo que de algún modo ambas han llevado en secreto y por separado. El único que tiene conocimiento de lo que ocurre es el Rev. David Catcher, quien no se reprime a la hora de ejercer de hermano mayor con Jack, porque de hecho lo es, aparte de como sacerdote y confesor.
Es decir, que esa factura de miles y miles de dólares en el restaurante no va a ser tal, pero Jack tiene que aprender una lección de humildad. Aunque, por supuesto, no se van a ir sin pagar, porque, además, el restaurante es propiedad de la familia. Pero esta vez tendrá que ser Jack quien se deje invitar.
Si somos justos con lo que se cuenta en la novela, en realidad, la factura, de tan solo 1 dólar ($1,00), la paga Luz, porque es quien le presta a Sharon, el dólar con el que ésta ha de comprar el perdón de Jack, para cumplir la penitencia impuesta, por esa guerra abierta entre ambos. Sin perdón no hay conversión del corazón.

Sí, Sharon le tiene que comprar el perdón a Jack, como parte de su penitencia. Un dólar, que, en realidad, no es nada y menos aún para Jack, para el mismísimo «Jack Catcher», quien se supone maneja cientos de miles de dólares a diario como si fuera calderilla, por eso de ser el heredero de la fortuna familiar. Sin embargo, Sharon se tiene que tragar su orgullo, arrepentirse de llamarle «Niño rico y mimado» y con ese dólar provocar que éste aumente su riqueza.

Luz tiene que demostrar con ello, y no solo de palabra, que en su corazón tan solo hay cabida para el amor. Por eso ante un acontecimiento tan importante, más que regalos caros y halagos de los que Jack esté acostumbrado a hacerle, lo que necesita en esos momentos es el mayor de los sacrificios, que su chico admita que no se le puede poner precio al amor.
Por su parte, a Jack se le queda una cara de tonto que ni él mismo se cree, porque ese arranque de generosidad infinita, de felicidad por tener el corazón de su chica, en realidad, es una demostración de amor, que ella le querría incluso aunque tan solo llevara un dólar en el bolsillo para invitarla.
Y David se siente satisfecho por haberle dado a su hermano otro pequeño ejemplo de humildad. Por entender que sus padres ha sido el mejor ejemplo para ellos, que, de haber sido un hijo derrochador, a quien la vida se asemejaba a la del hijo pródigo, aunque viviera en casa, al final ha comprendido que la felicidad está en pensar en los demás más que en uno mismo. Ideales que procura transmitir a su hermano, sobre todo se alegra de que éste haya encontrado a una chica con quien sea capaz de entenderse y que le quiera de verdad. El inconveniente va a estar en que Jack y Sharon va a seguir haciéndose la puñeta, de rabiar el uno al otro, pero ésto hará que a Jack se le bajen esos humos de grandeza y que Luz sea consciente de que su hermana valora la buena relación que hay entre ellas y que no quiere que se pierda.
De esta anécdota Jessica no es partícipe ni testigo. Nadie la invita a esa cena ni por entonces mantiene tan buena relación con las hermanas McPherson, aunque ninguno de los hermanos Catcher sea un completo desconocidos para ella. En esa época ella aún está centrada en sus asuntos y no se entromete en cuestiones ajenas.
Digamos que es una testigo ocasional de todo lo que sucede en el campus de la universidad, sin encontrar explicación a ciertos comportamientos. Ya tiene bastantes problemas con los propios y, como digo, Luz McPherson no se encuentra precisamente entre sus mejores amigas, aunque sean compañeras de clase.
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