Dia en la novela: Sábado, 14 de diciembre, 2002
Introducción
Como todo lo acontecido hasta este punto de la historia, se van produciendo saltos en el tiempo de sábado a sábado, dado que aquellos que ya saben algo de la novela entienden que, dado que es Ana quien acude a Toledo, estos encuentros se deben a las convocatorias que se le hacen, aparte de que hayan de compaginarlo con su vida y su trabajo.
Con el añadido de que Ana se ve condicionada por los problemas de salud y, en ocasiones, por unos padres un tanto protectores. Aunque para ella esto de venir a Toledo de vez de en cuando, de tratar con las amigas, le devuelve la vitalidad, a pesar de que esas visitas no siempre son todo lo agradables que le gustaría, porque en el fondo de ha de enfrentar a sus propias circunstancias, más que escapar de éstas.
Lo de sus desencuentros con Manuel son una distracción, algo que no le termina de cuadrar del todo y que mantiene su mente ocupada, aunque sea un tema que prefiera mantener en secreto y sin que tenga mayor importancia.
El problema es que Manuel también se distrae y no tiene a nadie mejor ni peor en quien fijar su atención. Sin embargo, en este punto de la novela parece que esta cuestión ya está más o menos resuelta. Por lo cual Ana no tiene motivos para inquietarse.
Retiro de diciembre
Por cuestiones de salud y trabajo, aparte de que tampoco encontré a nadie del grupo que se animara, falté al retiro de noviembre. Incluso a mis padres les pareció un poco imprudente que mi objetivo fuera no faltar. Al final las circunstancias les dieron la razón, pero me quedé con un mal sabor de boca, con un pequeño remordimiento, aunque comprendiera que los demás tenían razón.
Ana
Cuando llegó la fecha del retiro de diciembre, me encontré con que la gente del grupo estaba ocupada y poco dispuesta a emprender el viaje, ni el sábado ni todo el fin de semana, para que no se hiciera tan pesado, mientras que por parte de mis amigas de Toledo la postura era muy diferente, insistentes en que no me lo pensara demasiado y acudiera porque no me faltaría de nada durante mi estancia.
Ana

Se acerca la Navidad y ella tiene un millón de planes e ilusiones. Con la expectativa de que sean los de Toledo quienes le devuelvan la visita. Por lo cual intenta contagiarles su entusiasmo.
Que, sin saber si aquel día en Toledo estaba o no nublado, con la sola presencia de Ana, era como si luciera el sol en todo su esplendor. Aparte que se da a entender que se quedará todo el fin de semana, por lo cual sus amigas serán las primeras que se contagiaran y compartirán con ella esa felicidad.

Ana regresa a Toledo tras dos meses de ausencia, con idea de que la vida sigue. Que, si necesita un empujón, ahí están sus amigas para dárselo y a lo cual no se siente capaz de negarse. Su vitalidad, en cierto modo, pretende ser como la locomotora que arrastre tras de sí a los demás. Siente que se cuenta con ella, que ha sabido hacerse un sitio en el grupo, ser ella misma y ya no le acompaña la coletilla de ser «la novia de Carlos». Es tan solo ‘Ana’, la chica que viene de otra ciudad en representación de su grupo, cuando no hay nadie más que le acompañe y sin que sus pesadillas la frenen en casa. Es una chica valiente y decidida.
Con esa mentalidad y disposición comienza el día, con el aliciente de que en la reunión de ese sábado, con un poco de suerte, se puede volver a casa con un jamón, que no lo hará con las manos vacías. De manera que a pesar de sus inquietudes, le sobran motivos para emprender ese viaje.
Durante la comida
Como es costumbre en el retiro de diciembre, aquel año también se repartieron papeletas para la rifa, como excusa para recaudar fondos para los gastos del Movimiento, como una excusa más para compartir entre todos, porque, según me explicaron, la gracia de la rifa residía en eso y no tanto en los premios, sobre lo que destacaba un jamón.
Ana

¿Tú cuántas papeletas quienes para el jamón? Diez números por tira y la recaudación es por ayudar a los gastos de mantenimiento del grupo, dado que cada cual aporta lo que considera y lo que puede, que hay gente que hace aportaciones bancarias, pero esta es una manera un poco más anónima de ayudar y colaborar, que después hay que
Me contaron que hubo un tiempo en que toda la cesta era para un único afortunado, pero que ya llevaban varios años con un mayor reparto, aunque lo menos relevante era el valor material o la utilidad de los objetos. En cualquier caso se procuraba que fuera del agrado de todos y en un ambiente distendido. El precio de las papeletas era de 50 céntimos y dependía de la generosidad y del bolsillo de cada cual las que se compraran. En mi caso, y sin muchas esperanzas en que la suerte me sonriera, me gasté 15 euros.
Ana
Reunión por grupos
Todo parece que va sobre perlas hasta que se encuentra cara a cara con Manuel, que es algo así como darse de bruces con la realidad y darse cuenta de que no se puede engañar a sí misma. Esta vez el encuentro se produce de manera causal, tal distantes e indiferentes se muestran el uno con el otro que de manera casi inevitable están condenados a encontrarse, a enfrentar sus mundos y realidades.
Da la sensación de que durante toda la mañana se olvida de Manuel, después de que se casi se ignorasen durante su encuentro de octubre ahora parece que ha vuelto la calma entre ellos, que han superado sus desencuentros por las insinuación es de éste y parece que todo ha vuelto a la normalidad.
Pero como esto es una novela y tiene que pasar algo para que podemos contar la historia, esta aparente tranquilidad se ha de romper de algún modo. ¿Qué mejor hacerlo en el momento más inoportuno cuando Ana más relajada se puede sentir?
Aproveché aquel desbarajuste inicial, mientras se formaban los grupos y fui al servicio. Segura de que ello no me ocasionaría mayor problema, una vez que sabía en dónde se reuniría el grupo 3. Mi sorpresa fue mayúscula cuando acudí al salón y me encontré con Manuel, a quien había ignorado a lo largo de toda la mañana y ni tan siquiera me había preocupado por si estaba allí, aunque estaba casi segura de que sí
Ana
Ella que se ha planteado unas Navidades llenas de actividades y novedades, mientras Manuel que sigue atado a sus costumbres familiares, sigue siendo «el de siempre». Ella que está dispuesta a darlo todo y él se muestra poco dispuesto a renunciar a nada.
La rifa

- ¿Para quién será el jamón? ¿Para quien se entrega y compromete sin medida o para quien se frena y reprime por norma?
- ¿Será Ana quien sorprenda a sus padres al presentarse en casa con algo tan suculento?
- ¿Será cierto eso de que «desafortunado en el amor, afortunado en el juego?
Ana sigue un tanto dolida por eso de que su relación de pareja se ha roto y aún no ha encontrado a nadie con quien de verdad le apetezca intentarlo de nuevo y Manuel va de desplante en desplante.
Ella se ha rascado el bolsillo y él parece que tan solo intenta justificarse.
Cena entre amigos
Terminada la reunión, los que quedan se van a cenar. Después de haber pasado el dia juntos, lo menos para aquellos que se lo puedan permitir es apurar hasta última hora y el hecho de que Ana se quede en el ciudad para sus amigas más cercanas es un aliciente, lo que arrastra a los demás.
Tras la rifa, si mi intención no hubiera sido quedarme, hubiese tardado poco en despedirme de las amigas y cogido el coche, pero aquella tarde no tenía ninguna prisa ni a donde ir por mi cuenta, de manera que dependía de lo que hicieran mis amigas y éstas se quedaron allí, en la entrada, aprovecharon hasta el último momento antes de que se plantease una alternativa.
Ana

De hecho, sin que se puede librar de ese empuje, Manuel, se siente impulsado a unirse y con ello demostrar un cambio en su mentalidad, que no fuera siempre el primero en desaparecer ni en tomarse tan al pie de la letra lo de «podéis ir en paz», porque hay gente interesada en disfrutar de su compañía y no tanto de sus ausencias.
Y como entre los que se quedan se pueden formar parejas, de una manera un tanto jocosa, se hace alusión al tema, sin ninguna pretensión y, en todo caso, como una manera de que aquellos que a lo son se sientan reforzados y reciban el respaldo de los demás. En cierto modo es una excusa, una manera de ayudar a aquellos que mantienen su soltería para que den el paso, para que pierdan la timidez si entre los presentes se encuentra alguien de su interés. Lo cual provoca que se mencione lo habido entre Ana y Manuel, como una manera de romper el hielo e incluso de darles ocasión de que ambos se psiciones y dejen clara su postura al respecto.

Si las miradas matasen, Manuel no hubiera salido vivo de ese momento. Sin embargo, Ana prefiere desviar el tiro y poner su atención en otro que ya sabe de antemano no le corresponderá. Pero el caso es que la gente habla de ello. que hay incluso quien vería con buenos ojos que Ana y Manuel se dieran una oportunidad, ninguno de los dos está comprometido con nadie y algún que otro rumor no confirmado se ha escuchado en las conversaciones menos serias.
No pensaba escribirte, pero…..
Esto saca a Ana de sus casillas, la descoloca, porque se da cuenta de que por las buenas no consigue que Manuel ponga su atención en cualquier otra con quien tenga más en común, para así ella no sentirse implicada en sus romances infructuosos y que éste la considere como a las demás, porque no será ella quien se quede con lo que a las demás no les suscita el menor interés. De hecho, si el hecho de que se haya unido al grupo esa tarde es con pretendida expectativa, mejor que se olvide de volver a intentarlo.
Final del capítulo, versión de Ana
Cuando cerré el sobre me quedé con la sensación de que hubiera necesitado de un tercer folio, pero me pareció que tampoco había motivo para que dijese nada más cuando aquella carta suponía un distanciamiento definitivo entre los dos. Después de esto confiaba en que Manuel guardase las distancias conmigo…..
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