Estaba hablando y te acercaste, querías escuchar por si hablaba de ti, pero de mis labios no salió tu nombre, mi lengua no sabía que me querías oír. Tan solo hablaba de mí, de que sé escribir, de que mis poemas no tienen dueña, porque aún nadie me los ha sabido pedir. Mis poemas tienen dueña, son de ella, pero cualquier ella aún está por existir y me dicen que la estoy esperando, que mi espera es como un no dejar vivir, porque ella se ha acercado a escucharme. Querías escuchar por si hablaba de ti pero eras tú la que no te he hacías oír.
Manuel Pellicer Sotomayor, Poema de 2001

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